Todos los días todos nosotros hacemos algo peligrosísimo para la salud: ¡sentarnos! Suena a broma, pero no lo es.
El hombre nació para moverse. El cuerpo está compuesto por el engranaje de múltiples articulaciones que, en perfecta coordinación con el conjunto de los músculos, permite que exista el movimiento y se puedan realizar tanto movimientos sencillos como otros extremadamente complejos, y ya sean rápidos o lentos.
El cuerpo humano necesita actividad, por lo que si mantiene la misma postura durante un tiempo prolongado aumenta la tensión muscular. Los músculos, las fascias, los tendones y los ligamentos necesitan movimiento para mantener la circulación de los fluidos corporales, su alimentación, hidratación y tensión óptima.
Mantener cualquier posición durante mucho tiempo implica inexorablemente una isquemia, es decir, una asfixia progresiva de los tejidos, que desencadenará el proceso que conduce al dolor. Y si esa posición es sentada, se está causando un gran daño a las articulaciones y los músculos, de forma que con el paso de los años se termina produciendo una profunda modificación en el equilibrio de la tensión muscular del cuerpo.
Y, sin embargo, muchas personas se pasan literalmente todo el día sentadas, en un completo sedentarismo: al conducir sus coches, sentados en el trabajo frente al ordenador, en el sofá al llegar a casa…
¿Y luego se quejan de que les duele la espalda, los hombros o el cuello? ¡Lo raro sería que no les dolieran! De hecho, el 80% de las personas sufrirán a lo largo de su vida problemas en esas partes de su cuerpo.
Muchos lo ven como ley de vida, unos dolores vinculados al proceso natural del envejecimiento. Pero nada más lejos de la realidad: son dolores ligados al sedentarismo.
No me cansaré de aconsejarle que lleve una vida más activa, pero hoy me voy a contentar con proporcionarle una magnífica solución que le permitirá evitar multitud de problemas y dolores en la espalda, los hombros y el cuello. Y bastan unos pocos segundos al día para lograrlo.
Por muy sedentaria que sea su vida (imaginemos que su trabajo le exige pasar ocho horas al día sentado frente al ordenador), es muy importante que haga micropausas frecuentes levantándose. El truco que le voy a contar consiste en aprovechar alguna de estas pausas (por ejemplo, al levantarse para ir al baño o a la máquina de café) para hacer dos ejercicios sencillísimos.
Ejercicio nº 1
Tiempo necesario: 18 segundos.
Póngase de pie, contraiga los glúteos y vaya subiendo los brazos lentamente hacia el techo. Inspire por la nariz y, a continuación, mantenga la respiración durante 3 segundos mientras simula la acción de empujar el techo con las manos.
Después relaje y descienda lentamente los brazos a lo largo del cuerpo mientras inspira con el vientre, colocando los pulgares hacia fuera con las manos abiertas. Mantenga la respiración 3 segundos en esa posición.
Relaje y repita 3 veces.
Sencillo, ¿verdad? Pues este ejercicio, en el que invertirá menos tiempo del que dedica a sacar el pañuelo y sonarse, por poner un ejemplo, es una micropausa postural que le ayudará a limitar y evitar multitud de problemas y dolores. Sobre todo alternándolo con el segundo ejercicio.
“¿Y dónde está el segundo ejercicio?”, se estará preguntando.
¡Déjeme que me reserve algo! Ese otro ejercicio (para el que necesitará invertir dos segundos más que en el anterior, es decir, 20 segundos) está incluido en el último número de Salud AlterNatura, que estamos a punto de enviar a la imprenta.
Así que le invito a suscribirse y aprender los dos ejercicios que actúan en sinergia para ahorrarle dolores de espalda, cuello y hombros (incluso a las personas más sedentarias). Tiene para apuntarse hasta el próximo sábado 18 de febrero a las 12 de la noche, que es el momento en que cerramos la lista de destinatarios que van a recibir este número. ¡Aún está a tiempo, pero debe darse prisa! Puede pedirlo aquí.
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