Estimado Lector,
Estos días pocas cosas hay más importantes que mantener la inmunidad lo más fuerte posible, ayudando al cuerpo a defenderse de cualquier patógeno (por supuesto hablo del coronavirus, pero no solo de él, ya que en general no es el momento más propicio para enfermar o acudir al médico por ninguna causa).
Además, a los microorganismos nocivos se suman las diversas tensiones que debe soportar el cuerpo en estos tiempos, derivadas de las restricciones a la movilidad, la falta de ejercicio y de exposición solar, la menor vida social…
Estos factores no son en absoluto baladí, ya que pueden comprometer su salud incluso más que los propios virus y bacterias.
… pero lo cierto es que las relaciones sociales tienen un fortísimo impacto en la microbiota y en la inmunidad.
Tanto es así que ese vínculo ha sido investigado en numerosos estudios en los últimos años. (1) (2) (3)
Conocidas sus conclusiones, parece haber consenso acerca de que una mayor interacción social diversifica la flora intestinal, lo cual es muy beneficioso para la inmunidad en general.
Eso quiere decir, por tanto, que un déficit de relaciones personales a largo plazo podría afectar a la inmunidad y a la salud de la microbiota incluso de sociedades enteras, además de por supuesto a su salud mental.
El problema es que, como todos sabemos, ahora mismo las relaciones sociales están en la picota. Y no es para menos: en plena segunda ola de la pandemia parece sensato reducir el número de contactos personales a fin de evitar contagios.
Pero eso implica, inevitablemente, que debemos cuidar de nuestra inmunidad todo lo que podamos por el resto de vías posibles. Y la dieta es una de ellas.
Eso sí, no voy a hablarle en este Tener Salud de probióticos como el kéfir ni de otros alimentos buenos para la flora que usted seguramente ya conoce y sabe que debe tomar (incluso es probable que ya lo haga). Al contrario: voy a recomendarle 3 alimentos que muy posiblemente no imaginaría que tuviesen semejantes efectos sobre la inmunidad.
¡Allá vamos!
Un solo plato de brócoli contendría la cantidad recomendada de vitamina C que se necesita en todo un día. Y no solo eso, ya que esta crucífera también es rica en potasio y vitamina B. (4)
Asimismo, se cree que ayuda a proteger contra el cáncer de mama y de próstata, que mejora la salud del corazón y que es buena para la salud ocular y del tracto respiratorio. (5)
Finalmente, también cuida el cerebro al ralentizar su envejecimiento. Es decir, que gracias al brócoli mantendríamos intactas durante más tiempo las facultades cognitivas.
¡Vaya una verdura!, ¿no le parece?
Ahora bien, aunque algunos tenemos la suerte de que además su sabor nos encanta, incluso solo ligeramente hervido o cocinado al vapor -con un poco de arroz, champiñones y algunas hierbas es una auténtica delicia-, a otros no les resulta tan agradable.
Si es su caso, debe saber que hay muchas formas de cocinarlo para conseguir que esté riquísimo. Por ejemplo, con esta receta de cocina china que mis hijos adoran:
Como ingredientes solo necesita 500 g de brócoli, un par de dientes de ajo, aceite de oliva, pimienta china, aceite de sésamo y sal.
Para prepararlo, siga los siguientes pasos:
Por supuesto, podrá combinar estos con otros ingredientes a su gusto; lo importante es que consiga darle un sabor especial a su plato.
Eso sí, si prescinde del aceite de sésamo debe saber que de ese modo estará privando a la receta de una gran cantidad de antioxidantes, vitaminas E, B1, B2, B3, B6 y B9 y minerales como calcio, magnesio, fósforo, hierro, zinc, manganeso y cobre. (6)
En mi podio de alimentos para reforzar la inmunidad tampoco pueden faltar las pequeñas coles de Bruselas.
Quizá a algunos se le esté poniendo peor cara aún que con el brócoli, y es que efectivamente pueden resultar un tanto amargas. Ahora bien, si le digo que estas pequeñas verduras son todo un concentrado de vitaminas A, B, C y K, y que también contienen hierro, manganeso y fibra, ¿a que ya cambia la perspectiva?
Debe saber que estas coles son un activo incomparable para la salud de su microbiota. Pero si ni siquiera así se convence, déjeme darle un truco de cocina infalible: sírvalas con limón, nueces, aceite de oliva y queso parmesano. ¡Su sabor es increíble!
Aunque sorprenda, la batata o boniato es uno de los alimentos básicos de la dieta de los habitantes de Okinawa, isla japonesa célebre por albergar una de las mayores poblaciones de centenarios de todo el mundo.
Allí, la variedad local de este tubérculo dulce se llama “beni imo”. Pero incluso si no proceden de Okinawa las batatas que usted incorpore a su dieta comenzarán desde el primer día a poblar su intestino de bacterias beneficiosas. (7) (8)
Y además de eso también son muy ricas en betacaroteno, nutriente que el cuerpo convierte en vitamina A, sustancia esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunitario. (9)
De ahí que no deba dudar en empezar a asociarlas al brócoli desde mañana mismo, incorporando esa combinación a su dieta como mínimo un día a la semana. ¡Conseguirá unas defensas de hierro!
¡A su salud!
Luis Miguel Oliveiras
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Debería hacer los comentarios más cortos. Son demasiado largos y da pereza empezarlos.
A mí me parecen muy buenos.
Muchas gracias por su desinteresada labor en la difusión de los temas que trata.
Muy interesante. Gracias por compartirlo.
Me parece estupendo todo lo que comentan y recomiendan.
Sobre todo el contenido de vitaminas y minerales.
Y la forma variada de comerlos.
Gracias.
Simplemente excelente. Vale la pena perder unos minutos o incluso horas cuando se trata de la salud y evitar la farmacia…
Evitar la farmacia significa simplemente, calidad de vida y un aporte significativo a nuestra economía…
Moltes gràcies per uns comentaris tan oportuns i savis!
Gracias por recordarnos que en la Naturaleza podemos encontrar el primer recurso para conservar una buena salud.
Unos consejos muy importantes para aprender a cuidar nuestro sistema inmunitario.