Los bifenilos policlorados o policlorobifenilos (PCB) son un tipo de compuestos químicos cuyo uso se prohibió en España en 1986 debido a las malformaciones congénitas que provocaban(1). No obstante, a día de hoy siguen produciendo malformaciones porque se trata de sustancias muy estables y todavía persisten en el ambiente. Y además continúan presentes en infraestructuras (especialmente generadores y estaciones de energía eléctrica) construidas con anterioridad a la prohibición, dado que no se han sustituido.
La exposición a estos compuestos tóxicos puede provocar, entre otros trastornos, una menor frecuencia y fuerza cardíaca, tanto en adultos como en recién nacidos e incluso fetos. Y es que, según han señalado los investigadores de un reciente estudio(2), las partículas nocivas pueden transmitirse a través de la leche materna o llegar a atravesar la placenta, fijándose a las células madre embrionarias.
Lo más grave de todo es que, a pesar de su prohibición y sus riesgos demostrados para la salud, los PCB sigan a la espera de ser sustituidos por otros compuestos no contaminantes. Además, dada su alta estabilidad térmica y su resistencia a la inflamabilidad, fueron intensivamente utilizados a lo largo del siglo XX, hasta que descubrieron sus efectos nocivos y se prohibió su uso en nuevas instalaciones.
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