El alto consumo de alimentos ultraprocesados (elaborados a partir de ingredientes refinados o sintetizados y que destacan por un exceso de azúcares y grasas) también afecta a la salud neurológica. Así lo asegura un estudio que ha contado con 14.907 voluntarios a los que realizaron un seguimiento durante 16 años para conocer sus hábitos alimenticios(1).
Pasado ese tiempo los investigadores relacionaron los casos de depresión que se habían diagnosticado entre los voluntarios con el tipo de alimentación que habían seguido. De ese modo, comprobaron que consumir alimentos ultraprocesados de manera habitual conlleva un 33% más de riesgo de tener depresión en el futuro.
El nuevo problema asociado a los alimentos ultraprocesados en realidad confirma lo que ya se sabía sobre estos productos y su relación con un mayor riesgo de hipertensión y obesidad. Y es que estas patologías comparten algunos mecanismos fisiopatológicos con la depresión (reacciones inflamatorias y estrés oxidativo), por lo que es lógico que abusar de estos alimentos también acabe afectando a la salud del cerebro.
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