Hoy voy a darme una pequeña vuelta por su cocina, si usted me lo permite. Lo que quiero es asegurarme de que tiene bien a mano los ingredientes que no pueden faltar en cualquier hogar.
Los aceites más saludables, las mejores especias medicinales… ¡Trate de no que no le falte nada de esto!
En un próximo Tener S@lud le daré además una variada lista de utensilios libres de tóxicos con los que evitará una exposición innecesaria a compuestos dañinos para la salud.
Seguramente tiene la impresión de que cada vez hay una mayor cantidad de tipos de aceites disponibles en el mercado. La pregunta que muchos se hacen es: “¿cuál debería usar?”. Yo le aconsejo:
Además, es un buen aceite de cocina porque es estable a altas temperaturas. Su punto de humeo es de 177 °C, lo que significa que no produce compuestos tóxicos mientras no alcance dicha temperatura (el aceite de colza y el de girasol tienen este límite en los 107 °C, el de maíz en los 160 °C y el de oliva en los 191 °C).
Para freír, tras los aceites o ácidos grasos saturados (como el de coco) los más recomendables son los ricos en ácidos grasos monoinsaturados (como el de oliva o el de girasol). Recuerde que es muy importante no reutilizar indiscriminadamente el aceite para freír. Además, procure echar los alimentos que va a freír con el aceite bien caliente, pero no humeante.
Este aceite resulta indispensable para aliñar en crudo o saltear a bajas temperaturas pero, a la hora de freír, resisten mejor las altas temperaturas los aceites con alto contenido en ácidos grasos saturados. El aceite de coco, como ha visto, puede ser una buena opción.
En su congelador debe haber siempre judías verdes, espinacas, guisantes… para tenerlos a mano y consumirlos con frecuencia. Aunque la mejor apuesta es siempre el consumo de vegetales frescos, ecológicos, de temporada y de proximidad, tener disponibles algunos de ellos ultracongelados (como guisantes, judías verdes, espinacas…) puede ser útil en momentos en los que no tenemos apenas tiempo y nos aseguran un aporte diario de este grupo de alimentos. Normalmente los productores cosechan estos alimentos en su temporada (cuando son más abundantes) y los congelan rápidamente para evitar pérdidas nutricionales.
Y, aunque a primera vista pueda parecer lo contrario, resulta de gran interés comprar las alubias, las judías y los garbanzos enlatados, no solo por lo cómodo que resulta disponer de estos alimentos ya preparados. Eso sí, apueste siempre por productos de cultivo ecológico y de proximidad.
De lo que sí debe asegurarse es de lavarlos bien al sacarlos de la lata, ya que suelen contener mucha sal (que ha sido añadida para que se conserven adecuadamente). Aparte de esto, sus productores estudian el tiempo de hidratación y cocción de una manera científica para que estas legumbres se cocinen perfectamente.
Hay una excepción: las lentejas. Por una razón que desconozco, las lentejas enlatadas suelen ser acuosas o estar demasiado blandas y, en cualquier caso, resultan mucho peores que las que se obtienen en casa al hervirlas en una olla con agua.
Hay otra serie de productos indispensables en los que quizás no haya reparado, por no tratarse de ingredientes o alimentos muy comunes en las recetas. Sin embargo, no solo darán un sabor agradable a sus platos, sino que además ayudarán a que usted se mantenga saludable. Por ello, tenga siempre en su despensa:
El 90% de la sal marina está ahora contaminada por microplásticos(1). Y nadie quiere rociar su comida con micropartículas de plástico, que podrían ser altamente nocivas para la salud.
La sal del Himalaya, por su parte, no está refinada, es más pura y se considera una de las mejores fuentes de minerales naturales. Por todo ello, es mucho más aconsejable que la sal de mesa refinada.
Use pimienta entera en lugar de pimienta molida. La pimienta entera se mantiene casi indefinidamente sin perder sus propiedades. En cambio, la pimienta molida vence a los tres meses y además al comprarla es más difícil contar con una garantía real de su calidad.
Y lo mejor es que, al cocinar, la añada en último lugar para que conserve sus aceites esenciales.
Y es que, al igual que el brócoli, contiene sulforafano (un compuesto anticancerígeno). Y también mirosinasa, una enzima que aumenta este potencial anticancerígeno.
El jengibre también es sumamente beneficioso, y por ello se ha utilizado durante milenios tanto en India como en China en multitud de alimentos y bebidas. Es un tónico y un remedio popular clásico contra el dolor de cabeza y las náuseas. También trata problemas digestivos y dolores musculares o articulares, entre otros.
El comino, por su parte, es la segunda especia más consumida en el mundo, después de la pimienta negra. Estimula la secreción de enzimas pancreáticas, que son necesarias para la digestión y asimilación de nutrientes. También tiene propiedades anticancerígenas y antidiabéticas gracias a sus terpenos, fenoles y flavonoides.
¿Qué le ha parecido este listado de ingredientes indispensables? ¿Añadiría algún otro? No dude en compartir sus propuestas con el resto de lectores de Tener S@lud aquí. Así recopilaremos entre todos las ideas más útiles para mejorar la salud empezando por la cocina.
Fuentes:
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