Para mejorar su tratamiento se ha desarrollado un dispositivo llamado Vertiguard(1) que analiza el control postural del paciente. Tiene forma de cinturón y, gracias al giroscopio y a las almohadillas vibratorias que posee, registra en todo momento la estabilidad del paciente, ya esté de pie, sentado o tumbado (y teniendo también en cuenta si está parado o en movimiento). Con los datos recopilados ofrece un análisis en el que se indica el riesgo de caída, así como los ejercicios que le permitirán mejorar la falta de equilibrio.
Además, si durante la rehabilitación (incluye ejercicios motores, oculares y de equilibrio) se detecta inestabilidad, se activará la vibración en la zona del cuerpo cuya postura debe corregirse. Y según de intensa sea la falta de equilibrio, mayor será la vibración. De este modo el paciente será consciente de lo que está haciendo mal, lo que permitirá corregirlo.
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