Varias investigaciones ya habían demostrado que, para mantener la mente despierta, las personas mayores pueden enriquecer su dieta con luteína y zeaxantina, dos pigmentos vegetales de la familia de los carotenoides. Su función más conocida hasta el momento era la de proteger la retina, especialmente contra la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), y ahora se ha descubierto que también posee un poderoso efecto sobre el cerebro. Pero, ¿también pueden beneficiarse las personas más jóvenes?
Para determinarlo, un equipo de investigadores de la Universidad de Georgia (Estados Unidos)(1) reunió a 51 personas de entre 18 y 30 años de edad. 37 de ellos recibieron diariamente y durante un año un suplemento alimenticio que consistía en 10 mg de luteína y 2 mg de zeaxantina, mientras que a los otros 14 voluntarios se les suministró placebo el mismo tiempo. Cada 4 meses los voluntarios se sometieron a varias pruebas de destreza mental, y los resultados dieron una clara ventaja a los jóvenes que habían consumido el complemento respecto a los del grupo del placebo.
Así, tanto su memoria espacial y su capacidad de razonamiento como su atención continua mejoraron y fueron superiores a las del resto. Y lo mejor de todo es que un aporte extra de luteína y zeaxantina puede obtenerse de forma natural de la dieta: ¡basta con priorizar el consumo de verduras de color verde y de yema de huevo!
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