Hace poco se desarrolló un dispositivo para analizar el sudor en tiempo real que permitía conocer, gracias al nivel de electrolitos y metabolitos presentes en el organismo, si había riesgo de desvanecimiento a causa de la deshidratación o a la fatiga. Ahora el mismo grupo de investigadores ha creado otro sensor diseñado, en esta ocasión, para determinar el nivel de cortisol(1).
Y es que la denominada “hormona del estrés” sufre importantes fluctuaciones en diferentes situaciones: estrés -incluido el postraumático-, depresión y ansiedad, entre otros. Por tanto, gracias a este dispositivo será posible tener un control preciso e instantáneo de estas situaciones (con un análisis de sangre se requerirían al menos 2 horas) y se podrá actuar antes en caso de eventual crisis.
El sensor se probó con éxito con varios voluntarios tanto en situaciones de relax como de estrés físico (debían realizar ejercicios aeróbicos y sumergir las manos en agua helada, por ejemplo), detectándose inmediatamente un aumento de los niveles de cortisol en los últimos casos.
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