Todos los kilos de más que se tengan afectan a la salud y a la función pulmonar, incluso aunque no se sufra sobrepeso u obesidad y se esté dentro de un índice de masa corporal (IMC) normal. Eso es lo que confirma un estudio publicado recientemente en la revista Thorax en el que se realizó un seguimiento a unas 3.700 personas durante 44 años.
Esta relación entre mala salud pulmonar y sobrepeso se explica en parte por un proceso puramente mecánico: al haber más grasa abdominal y torácica se reduce el espacio que tienen los pulmones para expandirse con cada inspiración. Pero, además, ese tejido adiposo produce sustancias inflamatorias que reducen el diámetro de las vías respiratorias, lo que también dificulta la respiración.
La buena noticia es que el declive pulmonar a consecuencia de la obesidad puede reducirse si se pierde peso. Es decir, que los efectos negativos del sobrepeso sobre los pulmones pueden revertirse.
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