Estimado Lector,
Mientras que en Europa la epidemia de Covid-19 parece estar remitiendo, hay pacientes que han pasado la enfermedad y que continúan con una salud delicada incluso varias semanas después de haberla superado “oficialmente”.
En esos casos los síntomas persisten y el estado de salud sufre grandes altibajos.
Algunos pacientes experimentan una especie de crisis de asma permanente, con dificultades para respirar e incluso sensación de quemazón en el pecho. Y asimismo pueden sufrir trastornos nerviosos, migrañas, flebitis (inflamación venosa)…
Además de eso, también arrastran un gran cansancio y preocupación, lo que repercute en su estado anímico. Y es que a las dudas sobre su propia salud, que no mejora, se une la preocupación por la evolución de la pandemia, los rebrotes, la situación económica…
Todo ello les conduce a un estado de ansiedad y estrés permanente.
Y lo peor es que la proporción de estos pacientes que no se recuperan del todo no es baja: alcanzaría entre el 10 y el 15%, una cifra nada trivial. (1)
Pero, entonces, ¿qué puede hacer si usted o alguno de los suyos se ve afectado por estos problemas persistentes (incluso si en su caso la infección no ha sido diagnosticada a través de una prueba PCR)?
Hoy le acerco algunos consejos que espero sean de utilidad:
No creo que sea necesario insistir en esto, pero es importante que mantenga un contacto regular con su médico. Mi intención no es asustarle, pero en algunos pacientes la situación ha empeorado con mucha rapidez, por lo que toda precaución es poca.
Beber mucho será uno de sus grandes aliados en esta batalla, pues mantenerse bien hidratado ayuda a contener mejor la fiebre, al tiempo que también protege las membranas mucosas del sistema respiratorio.
Ahora bien, ¿vale cualquier agua? Pues no. El agua del grifo no siempre es ideal, mientras que el agua embotellada ya sabe que no es la mejor solución de cara a combatir la saturación de plásticos que existe en el planeta…
Una opción fantástica es beber agua de grifo pero energizada o tratada por ósmosis inversa. Se puede filtrar con carbón vegetal, por ejemplo, lo que elimina sus contaminantes. Pero esto requiere una instalación específica. No es una mala opción en este caso y el esfuerzo merece la pena, pero debe contar con ello.
En cuanto a las infusiones, apueste por diferentes plantas como el jengibre, la flor de saúco, el tomillo, el eucalipto y el laurel. Aumentarán y mejorarán su respuesta inmunitaria y además son grandes activos capaces de aliviar y limpiar por completo el sistema broncopulmonar. (2)
Aunque no lo parezca, es uno de los mejores momentos para hacerlo.
La idea de base es que es el cuerpo el que logrará vencer al virus, de ahí que no importen tanto los tratamientos que se sigan como el reforzar la capacidad del organismo para defenderse. En otras palabras: la inmunidad.
Por eso usted debe hacer todo lo posible para ayudarlo, para reforzarlo. Y la dieta es una de las mejores formas de conseguirlo.
Una buena alimentación, rica en fibra, permite evacuar todos los días y le hará sentirse ligero y con energía.
Ahora bien, cada persona es diferente, por lo que lo que es válido para usted quizá no lo sea para los demás.
Faltan mayores consensos entre los nutricionistas, pero lo que está claro es que la dieta mediterránea es un muy buen punto de partida.
Es decir, que hay que consumir muchas verduras y legumbres orgánicas y de temporada: zanahorias, nabos, alcachofas, berenjenas, calabacines, tomates, pepinos, rábanos, endivias, hinojos, coles de todo tipo, espinacas, espárragos, diente de león, verdolaga, calabaza, ensaladas de todas las variedades posibles… (3)
Y sume a sus platos, además, diferentes hierbas aromáticas. ¡Algunos pueblos mediterráneos usaban tradicionalmente hasta más de 100 variedades!
La dieta mediterránea se basa principalmente en elementos vegetales, incluido el aceite de oliva virgen extra, que sirve para todo tipo de aliños, escabeches…
Y asimismo en ella se añaden ajo y cebolla a prácticamente cualquier elaboración. Aunque no mucha gente lo sabe, estos dos son ingredientes naturales que ofrecen una enorme protección para el organismo. ¡Y en tiempos de pandemia incluso pueden favorecer el distanciamiento social! (Por supuesto, tómeselo como lo que es: una pequeña broma…).
No olvide tampoco la fruta, el marisco y los pescados grasos (especialmente los más pequeños, menos contaminados), que proporcionan omega 3 muy útil para el funcionamiento del cerebro, y la carne, sobre todo de aves de corral criadas al aire libre. Esta proporciona proteínas básicas para el cuerpo, así como hierro y vitamina B12.
El papel del pan, en cambio, es más controvertido: en la mesa mediterránea tradicional estaba muy presente, pero hoy en día no tiene buena prensa debido al papel del gluten y de las harinas refinadas, pésimos para la salud. De hecho, el pan blanco no es otra cosa que un azúcar de absorción rápida con un alto índice glucémico.
¡Ah! Y no he mencionado las patatas, que algunos integran en la dieta mediterránea. La verdad es que estas son ricas en saponinas, fuente de defensas naturales, pero precisamente por ello son difíciles de digerir por algunas personas. De hecho, no son lo más recomendable… sobre todo cuando se tienen tantas alternativas entre las que elegir.
El Dr. Pierre-Jacques Raybaud, médico generalista e inmunólogo, recomienda usar un inhalador siguiendo un preciso protocolo de preparación antes, el cual pasa por tapar sus orificios de ventilación y por llenarlo de agua caliente. El objetivo es conseguir un vapor de agua lo más caliente posible, ya que de ese modo será capaz de matar los virus respiratorios.
Él recomienda inhalar durante media hora al día, lo que permite reducir la carga viral en el organismo. Ahora bien, si los virus bajan a los bronquios este sistema ya no es tan efectivo, por lo que convendrá optimizar el resto de medidas de implementación inmunitaria del organismo.
El estrés al que está sometido el cuerpo en estas circunstancias puede agotar las reservas de vitamina C muy rápidamente. Por ello le convendrá tomar entre 1 y 3 g al día en forma de complemento alimenticio.
Más que en la dosis, debe fijarse en la forma en que se toma, ya que debe garantizar su absorción. Por eso conviene apostar por la forma liposomal o de éster C.
También puede convenirle el completo protocolo que defiende el Dr. Paul Marik, aunque este debe ser pautado por un médico o terapeuta integrativo y practicarse en una clínica (le animamos a consultar si en su caso sería aconsejable). (6)
En su estrategia el paciente recibe:
Es uno de los productos de la colmena más extraordinario. Las abejas lo cosechan de los brotes de ciertos árboles, especialmente álamos (Populus alba), y lo utilizan para inmunizar su propio habitáculo (la colmena).
Hay diversas variedades por colores: amarillo, verde o rojo. El primero es el más conocido en Europa, mientras que el verde se produce en América Latina y el rojo en los bosques tropicales. (7)
Si bien los tres son efectivos para ayudar al sistema inmunitario, lo mejor es que consuma el que se produce más cerca de usted.
Estos tres nutrientes han sido muy citados como refuerzos naturales efectivos frente a la amenaza del coronavirus.
Si sus síntomas persisten y todavía no los consume en forma de complemento nutricional, no espere más y comience ya. ¡No tiene nada que perder y sí mucho que ganar!
Un refuerzo natural del organismo
Ninguna de las estrategias que ha visto en este e-mail supone un riesgo en caso de salud delicada, sino todo lo contrario: le ayudarán a reforzar su organismo para optimizar su sistema de defensa frente tanto a la Covid-19 como a otras enfermedades.
No obstante, en caso de duda o de estar siguiendo un tratamiento previo, le animo a que consulte con su médico o un experto en salud natural, ya que podrán personalmente.
Le deseo la más pronta y mejor de las recuperaciones. Siga cuidándose.
¡A su salud!
Luis Miguel Oliveiras
P.D.: Conocer la experiencia de otros pacientes siempre resulta muy beneficioso. Por eso, si desea contar la suya (ya haya sido diagnosticado o simplemente crea que ha sufrido la enfermedad) le invito a que deje su comentario
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Está muy bien hablar de estos temas, pero no habláis de cómo se originó, de dónde salió. Es más, desde que comenzó esta falsa pandemia ni si quiera aún nadie ha demostrado la existencia de este supuesto virus. Si realmente existe, el covid 19 no es ningún virus, es una palabra que tiene su significado.
No se han hecho los 4 postulados, ¿entonces a que están jugando? Esto es plandemia o no pandemia.
Si dicen que estaba el año pasado… además salió un informe de un hospital Barbastro diciendo que la posible causa es la vacuna de la gripe 2019-2020, esa vacuna se llama chiroma R y tiene coadyuvantes como el polisorbato80 que es la causa, más el 5G, ya tienes una bomba de relojería.
Nadie ha visto un virus, Stefan Lanka sí secuenció un virus, el único, nadie más ha podido secuenciar un virus, ni el del sida. Ni uno más.
Un saludo.
Tengo unas pequeñas irritaciones en la piel. Me echo un poco de aloe vera, a veces le pongo un poco de aceite de ajo y parece que quiere desaparecer pero todavía no lo consigo. En el momento de aplicación hay bastante picor y luego desaparece. Nunca he estado enfermo pero creo que parte de ese virus. Me alimento más o menos como vosotros aconsejáis: cada día consumo verdura, ajos, cebolla, legumbres, frutas, carne de ave y siempre acompañado de verde y ajo y cebolla, vitaminas d, k, c, nueces y chía, aceite de oliva, un poco de pan sin gluten… Pero yo al contrario que la demás perdonas quiero subir de peso. Creo que estoy superando el estrés psicológico de esta pandemia. Nunca he ido al médico, he pedido cita pero todavía no me atienden, me siento muy bien pero persiste esa piel irritada.
45.000 a 50.000 son los muertos reales según datos del INE en esta primera ola de la pandemia Sr. Oliveras. Desdramatizar el asunto está muy bien. No aprender de las duras lecciones y querer ocultar el tamaño real de los efectos de la pandemia no nos va servir de nada. El conocimiento, y no la desinformación, es el que nos puede ayudar. Un cordial saludo.