Estimado Lector,
Podría decirle que de lo que hoy voy a hablarle es solo para “valientes”.
No es exactamente así, pero es cierto que la palabra “ayuno” todavía asusta a muchas personas.
Para mí resulta incomprensible. Es muy posible que crean erróneamente que es sinónimo de pasar hambre, de sufrir… Pero hoy usted va a comprobar que eso es del todo incorrecto.
Además, es una práctica que logrará restaurar su organismo al completo y ponerlo a punto para afrontar el cambio de estación que se avecina, reforzándolo de cara al invierno.
Y no solo eso: optimizará su sistema inmunitario para hacer frente eficazmente a las amenazas bacterianas y víricas (incluida la del coronavirus, ante la que ya hemos visto en numerosas ocasiones que unas defensas fuertes son el mejor escudo posible).
Esto mismo es lo que acaba de corroborar un estudio publicado recientemente: que el ayuno intermitente modifica el metabolismo y restablece la homeostasis energética, obligando al cuerpo a reactivar el sistema inmune para proteger los órganos. (1)
Durante 4 años el equipo de investigadores responsable de este ensayo se centró en los efectos del ayuno intermitente (en 5 rangos de tiempo diferentes, que van de las 2 a las 22 horas) para comprobar sus efectos sobre el metabolismo, el funcionamiento de los órganos, la grasa corporal y el sistema inmunitario.
De ese modo, identificó una red de órganos (entre los cuales se encuentran el cerebro y el hígado) que comparten 37 rutas biológicas sobre las que el ayuno es capaz de actuar y que tienen un gran impacto sobre el sistema inmunitario. Es decir, que su refuerzo se convierte así en uno de los objetivos principales de esta práctica.
Por supuesto, un tiempo de ayuno más o menos prolongado afecta a los órganos de diferente forma (dependiendo de qué genes se ven implicados).
No obstante, cualquier tipo de ayuno, incluso el de más corto período de tiempo, ofrece un impacto notable mejorando la salud, optimizando el funcionamiento del organismo y reforzando las defensas.
Y no tiene nada que ver con pasar hambre ni con sufrir. Al contrario, lo habitual es comenzar enseguida a encontrarse mucho mejor y con mucha más energía, en cuanto se empieza a practicarlo.
¡No se lo recomendaría si yo mismo no hubiera comprobado que solo reporta beneficios!
Por eso le invito a hacer clic en el enlace que encontrará a continuación, donde le cuento mi propia experiencia con el ayuno y le explico cómo comenzar a practicarlo poco a poco y mejorar su salud al máximo gracias a él.
Conocerá todos los tipos de ayuno que existen, los tiempos recomendados y algunos trucos interesantes que le ayudarán a practicarlo con éxito.
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Buenas tardes:
Totalmente de acuerdo, mi mujer y yo lo hacemos y son increíble las ventajas. Y cómo te encuentras de ánimo en hacerlo. No necesitas dormir tanto, te encuentras fuerte y ayudas al organismo a comerse la chatarra.
También lo hace mi suegra, que tiene un deterioro cognitivo propio de la edad. Hemos notado mucha mejoría.
Un saludo,
Raúl