Podría parecer que la gripe ha desaparecido de la faz de la Tierra, con cifras anormalmente bajas para esta época del año en prácticamente cualquier punto del hemisferio norte. (1)
Las autoridades sanitarias atribuyen esta caída a los gestos de prevención de contagio adoptados frente al coronavirus (el lavado de manos, las mascarillas, la distancia social…). No obstante, lo que está claro es que en la actual situación de disrupción en la atención médica debido a la pandemia los datos no resultan del todo fiables.
Incluso hay expertos que alegan que un buen puñado de muertes atribuidas a la Covid-19 en realidad podrían deberse a la gripe.
Lo que en cualquier caso es lamentable es que los medios de comunicación de masas, centrados exclusivamente en la pandemia por coronavirus, se hayan olvidado este año del resto de infecciones invernales (gripe, resfriados, faringitis agudas…).
Y es que estas, si ya de por sí pueden suponer un peligro importante en los pacientes de mayor riesgo, asociadas a la Covid-19 pueden implicar cuadros mucho más severos.
Por eso hoy quiero darle tres recetas muy necesarias este invierno para combatir todo tipo de dolencias del aparato respiratorio desde el primer síntoma, ayudando a las defensas del organismo a mantenerse en plena forma en todo momento.
Una tos seca a menudo acompaña a un resfriado, a una faringitis o a una laringitis y, si no se trata bien, puede acabar en una traqueítis o en una sinusitis. Y es que este síntoma suele ser el primer paso de un proceso que conduce a la tos productiva (es decir, con flema) solo unos días después.
Por eso, en cuanto se empiezan a notar molestias en la garganta lo mejor es comenzar a hidratarse muy bien para drenar el organismo. Y para ello nada mejor que una infusión suavizante que además ayude a aliviar de forma general el conjunto de las vías respiratorias altas.
Lo que le propongo es una combinación de 50 g de malvavisco, 50 g de malva, 40 g de caldo blanco (también conocida como “gordolobo thapsus”) y 40 g de amapola. Debe usar cada vez 20 g del total de la mezcla, sobre los que verterá 1 litro de agua hirviendo y dejará infusionando 10 minutos.
Asimismo, si ya tiene la garganta irritada debido a los ataques de tos puede añadir a la mezcla 50 gotas de tintura madre (TM) de caléndula cuando la tisana se haya enfriado un poco (tome un máximo de 3 tazas al día con este agregado).
Si la tos termina por volverse productiva, empiece entonces a contar con las plantas expectorantes para apoyar la actividad de sus bronquios.
En estos casos lo ideal es combinar los efectos de la planta Pelargonium sidoïdes con los del aceite esencial (AE) de mirto común.
El primero evita la adhesión de patógenos a las membranas mucosas y, el segundo, rico en alfa-pineno y 1,8 cineol, estimula las glándulas mucinosas, provocando la eliminación de la mucosidad.
Goteo nasal, espesor mental… Mi consejo es que, en cuanto aparezcan los primeros síntomas de un resfriado -más si cabe este año- se prepare una infusión de flores de saúco y de capítulos florales de tomillo.
El saúco no es un ingrediente nuevo en los preparados antigripales y anticatarrales. Y el tomillo, por su parte, posee propiedades antivirales y antisépticas de múltiple espectro que lo hacen particularmente eficaz contra los rinovirus (responsables del resfriado).
Le recomiendo que prepare la infusión con 20 g de la mezcla de ambas plantas por litro de agua hirviendo. Déjelo infusionar tapado durante 10 minutos y, después, añádale el zumo de ½ limón y 1 cucharada de miel.
Podrá beber la preparación a lo largo de todo el día, hasta notar mejoría.
Asimismo, si vierte una gota de AE de pino silvestre, otra de AE de menta piperita y otra de AE de ravintsara en un recipiente con agua hirviendo y realiza vahos o inspiraciones con una toalla sobre su cabeza durante 10 minutos, estará realizando un fantástico ejercicio para limpiar y desinfectar sus vías respiratorias.
Una de las plantas que ya he mencionado, el saúco, es sobre la que me detendré un poco más en este tercer apartado.
Resulta que, además de sus flores, también sus bayas poseen excelentes propiedades antivirales. En concreto, poseen una sustancia inhibidora de las neuraminidasas, que son las enzimas que usan los virus para reproducirse y entrar en las células.
Pues bien, en este sentido un estudio realizado sobre 60 pacientes demostró que las personas tratadas con jarabe de saúco se recuperaron de la gripe unos 4 días de media antes que el resto. Y encima necesitando muchos menos fármacos contra sus síntomas asociados. (2)
Además, este jarabe tiene la ventaja de que es capaz de actuar sobre varias cepas de un virus, lo cual es importante para contrarrestar un agente patógeno en constante cambio como es el de la gripe.
Lo que yo le propongo es que se fabrique usted mismo su propio jarabe de bayas de saúco casero. ¿Cómo? Muy sencillo:
¿En qué cantidad hay que tomarlo? Pues para un adulto de alrededor de 70 kilos se recomienda 1 cucharadita de jarabe cada 2 a 3 horas, con un total de 5 tomas al día.
Antes de despedirme, un último consejo: creo que haría bien imprimiendo estas tres recetas y dejándolas a mano -en la puerta de su nevera, por ejemplo- este invierno.
Y por supuesto si cree que pueden ser de utilidad a sus familiares y amigos, le invito a compartir con ellos este texto. ¡Estoy seguro de que se lo agradecerán muchísimo!
¡A su salud!
Fuentes:
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