Desvelamos las claves de la conocida como “viruela del mono”: qué es exactamente, cuáles son sus síntomas y cómo evitar contagiarse. Además, conocerá algunas medidas preventivas de lo más eficaces, junto a tratamientos naturales para las vesículas, el principal signo que alerta de esta infección.
Parece que los medios de comunicación quieren generar una nueva ola de pánico entre la población.
En esta ocasión sobre la probabilidad de que otra pandemia paralice el planeta cuando la del Covid-19 aún está dando sus últimos coletazos.
¡Y esta vez el “culpable” es el mono!
Con varios centenares de casos diagnosticados en todo el mundo, la viruela del mono va ganando terreno. Y España es, además, uno de los países que más casos registrados tiene. (1)
Ahora bien, ¿existen motivos para preocuparse?
En lugar de responder, le presento todos los datos para que sea usted mismo quien saque sus propias conclusiones.
Le tranquilizará saber que se trata de una enfermedad que casi siempre se manifiesta de forma benigna. Además, su duración es breve, de en torno a 2-3 semanas como máximo.
Está causada por un virus de la familia Orthopoxvirus, el Otopoxvirosis simia, que resulta infeccioso para los animales. Es decir, que estamos ante una enfermedad viral zoonótica que sobre todo se transmite entre especies animales, aunque en ocasiones el animal puede contagiar a las personas.
Y no se trata de una patología reciente, ni mucho menos. Fue descubierta en 1958 cuando se observó que algunos monos presentaban ciertas lesiones cutáneas en forma de vesículas que recordaban a las de la viruela.
Precisamente por ello es conocida como la “viruela del mono”.
A día de hoy la mayoría de casos (y hablamos de contagios entre animales) se dan en los bosques de África ecuatorial y central, aunque no es la primera vez que han surgido epidemias en países europeos. Así ocurrió en 1968 en Francia, por ejemplo, a raíz de que se trajeran algunos chimpancés desde Sierra Leona.
Y pasaría poco tiempo hasta que se registrara el primer caso en humanos. Concretamente en 1970.
¿Qué animales pueden contagiar a las personas?
Expertos han señalado que ciertos roedores como las ratas gigantes de Gambia, así como los perros de las praderas, los lirones o el pangolín malayo (un mamífero que en su día se relacionó con la Covid-19), entre otros, son algunos de los animales más susceptibles de transmitir la enfermedad a las personas.
Los primeros signos que alertan de una infección por Otopoxvirosis simia son fiebre alta, dolor de cabeza e inflamación de los ganglios linfáticos.
Varios días después empiezan a aparecer vesículas por todo el cuerpo, similares a las de la varicela, que pueden verse acompañadas por una inflamación de las vías respiratorias con tos.
La incubación del virus dura de 5 a 21 días y su principal riesgo asociado es la sobreinfección cutánea a consecuencia de la erupción de las pústulas.
Pero no se preocupe: para tratar estas y otras heridas similares se puede acudir a la fitoterapia, de la mano de algunas plantas de propiedades cicatrizantes. Por ejemplo, puede preparar una infusión con 1-2 g de flores de caléndula (Calendula officinalis) por cada taza de agua, que deberá aplicar por vía tópica. Y lo mismo con los tallos de la cola de caballo (Equisetum arvense), en este caso con unos 10 g por cada litro de agua. (2)
Y aquí puede conocer otro excepcional aliado cutáneo que desde tiempos inmemoriales se ha usado como hidratante para la piel, precisamente para evitar esas infecciones.
Lo cierto es que la variante que está circulando actualmente por Europa es bastante menos agresiva que la de África central, donde es endémica.
Según estudios recientes, el contagio entre personas se produce generalmente por un contacto estrecho y duradero. Por ejemplo, a través de la sangre, las mucosas y los fluidos fisiológicos (es decir, manteniendo relaciones sexuales sin protección).
Ahora bien, también puede darse por vía aérea, a través de las pequeñas gotitas que exhalamos al respirar y que pueden depositarse en superficies como toallas, ropa de cama, etc.
Eso sí, algunas investigaciones -realizadas en poblaciones africanas- concluyen que son las personas que tienen el sistema inmunitario comprometido, así como los niños, las más susceptibles de contagiarse.
De ahí la importancia de reforzar el sistema de defensa del organismo. Y es que contar con un buen sistema inmunitario es clave para hacer frente a todas las patologías, ya sean presentes o futuras.
Aquí le hablo de una manera efectiva y natural para conseguir ese refuerzo, que en su día ya recomendé para hacer frente a la Covid-19.
Más adelante le daré otras recomendaciones muy útiles. Pero antes de eso…
Algunos expertos consideran que la vacuna de la viruela clásica (la provocada por el virus Variola virus) también puede ser efectiva para tratar la viruela del mono, ya que entre ambos virus existe inmunidad cruzada. En otras palabras, la vacuna de la viruela sería algo así como la “prima viral” de la del mono.
Ahora bien, la viruela, una de las enfermedades virales más terribles de los últimos tiempos, está oficialmente erradicada desde 1980, por lo que su vacuna ha dejado de administrarse.
Por ello, a raíz del aumento de casos de la viruela del mono, se ha empezado a estudiar la opción de utilizar Imvanex, una vacuna de tercera generación contra la viruela clásica.
De hecho, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha anunciado que ampliará las indicaciones de esta vacuna para su uso específico frente a la viruela del mono. (3)
En este caso se recomienda que la persona se mantenga aislada hasta que desaparezcan las lesiones cutáneas (aproximadamente 3 semanas). Y, por precaución, que también lo hagan quienes hayan tenido un contacto estrecho con ella. Al menos hasta confirmar que no están infectados.
Como ve, en realidad no se trata de nada nuevo. Y es que, tras dos años conviviendo con la Covid-19, se podría decir que nos hemos convertido en todos unos expertos en medidas preventivas antivirales.
Con la importante diferencia, eso sí, de que la viruela del mono no es una patología de tan fácil propagación, capaz de colapsar al mundo entero.
Precisamente porque todos contamos con la experiencia vivida durante la pandemia por Covid, usted ya conoce las medidas de higiene claves para evitar cualquier tipo de contagio:
• Lavarse las manos con frecuencia, especialmente al llegar a casa, antes de comer -y de preparar la comida- y después de ir al baño.
• No intercambiar artículos de higiene personal.
• Ponerse una mascarilla cuando se tiene tos, sobre todo si nos encontramos en un lugar público donde no es posible mantener una distancia de seguridad de al menos 1,5 metros.
Además, si detecta cualquier lesión en la piel que le haga dudar de si se ha contagiado, acuda al médico para descartar rápidamente la viruela del mono.
Y trate de mantenerse lo más aislado posible hasta confirmar si sufre o no la enfermedad.
En definitiva, gestos sencillos y de sobra conocidos que le ayudarán a protegerse usted mismo, así como a todos los que le rodean.
Y no olvide que la viruela del mono es una enfermedad benigna que suele curarse de manera espontánea.
Por tanto, el riesgo de epidemia -¡no hablemos ya de pandemia!- es muy bajo y no hay ninguna necesidad de entrar en pánico. Por mucho que ciertos medios de comunicación parezcan querer justo lo contrario…
1. “La OMS informa de 780 casos de viruela del mono en 27 países. El Mundo.
2. Plantas cicatrizantes e hidratantes. Fitoterapia.net
3. “La EMA dará de forma inminente la ampliación de indicación a Imvanex para su uso frente a la viruela del mono”. DiarioFarma.
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Felicidades por este artículo. Bien argumentado y sin alarmar a la población. Exponiendo soluciones y tratamientos razonables.