Dormir con el perro tiene unas sorprendentes consecuencias para su salud, como está a punto de ver.
Es algo curioso. Cuando en una conversación entre propietarios de mascotas alguien reconoce tímidamente que su perro no solo se sube al sofá, sino que duerme en la misma cama, suele haber dos posturas opuestas entre quienes oyen esa confesión: a una mitad les parece una práctica repugnante, mientras que la otra mitad reconoce que… ¡ellos también!
Los perros y gatos viven una edad de oro en estos momentos.
En España hay más de 28 millones de mascotas (en más del 40% de los hogares hay una, e incluso hay más hogares con mascota que con niños). Y los países de nuestro entorno incluso nos superan.
Además, sus dueños les dedican buena parte de su tiempo. Concretamente 3 horas diarias, según una reciente encuesta. Y se gastan un dineral en el bienestar de su amigo de cuatro patas, en juegos, correas, comederos y todo tipo de accesorios.
Pero ¿dónde duermen los perros?
Pues, aunque sorprenda a algunos, más de la mitad de los dueños de perros (56%) duermen con su perro en la misma habitación, y el 50% de estos en la misma cama.
¿Tiene esto beneficios? ¿Inconvenientes?
Pues según una reciente investigación llevada a cabo tras encuestar a 2.000 dueños de perros, 7 de cada 10 encuestados informó de un sueño de mejor calidad cuando compartían su cama con su mascota. (1)
Y no solo eso. Este hábito también tuvo los siguientes beneficios:
E incluso un 43% de los encuestados aseguró que les resulta beneficioso para dormir, pues funcionan como fuente de “ruido blanco” que les ayuda a descansar mejor.
Compartir la vida con un perro no solo podría ayudar a dormir mejor, sino que tiene otros muchos beneficios para la salud, entre otros:
Según una investigación, redujo el riesgo de muerte de los pacientes tras un infarto en un asombroso 33% y el riesgo de muerte para los pacientes de accidentes cerebrovasculares en un 27%.
Además, los dueños de perros que hacían ejercicio regularmente tenían un riesgo de discapacidad aún menor. Es probable que se deba al cuidado diario que se dedica al animal, a la compañía que proporciona y al ejercicio que los dueños de perros realizan como parte de su rutina diaria, lo que reduce el riesgo de fragilidad, precursor de la discapacidad.
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