Tal vez haya tomado algún laxante de vez en cuando para hacer frente a problemas de estreñimiento puntuales. Sin embargo, muchas personas tienden a usar estos medicamentos con demasiada frecuencia, incluso de manera regular, hasta el punto de que llegan a tomarlo casi todos los días de la semana.
Pues bien, un estudio(1) ha analizado durante 10 años a 502.229 personas de 57 años de media y ha observado que tomar laxantes con esa frecuencia tan alta aumenta en un 51% el riesgo de desarrollar demencia. Además, si se emplea un laxante de tipo osmótico (son los que atraen agua al colon para ablandar las heces, a diferencia de los fármacos que actúan estimulando el sistema intestinal), ese riesgo aumentaría hasta el 64% y, si se toman dos tipos de laxantes, puede llegar incluso hasta el 90%.
Esta sorprendente relación se debería a que el uso regular de estos fármacos llega a modificar la microbiota del intestino. En concreto, hace que aumente la producción de toxinas intestinales que, debido al denominado “eje cerebro-intestino”, acaban afectando a ese órgano con el que el intestino está tan relacionado.
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