Hay alimentos inflamatorios y antiinflamatorios. Lo que comemos puede desencadenar una inflamación crónica. Pero también existen alimentos que combaten la inflamación. Vamos a tratar sobre ellos.
¿Sabe que muchas personas portan en su organismo un enemigo silente? Es la inflamación. Y se trata de un mecanismo natural del cuerpo que si se vuelve crónico puede provocar daños irreversibles. Existen alimentos inflamatorios y antiinflamatorios y por eso me propongo contarle los alimentos que pueden desencadenar una inflamación crónica. Y también indicarle los que la combaten.
Imagine que su cuerpo fuera una especie de ciudad con muchas calles y edificios. Dentro de su cuerpo hay soldados (células defensivas) encargados de proteger la ciudad.
Si se produce algún tipo de traumatismo o una infección (en la piel o en cualquier otro órgano), los soldados se ponen a trabajar para reparar el daño. Así, la inflamación es la respuesta del sistema de defensa del cuerpo. Cuando ocurre, su organismo forma una especie de “zona delimitada” para promover la reparación de los tejidos dañados. Este proceso puede provocar síntomas como hinchazón, dolor, enrojecimiento o calor, pues se está librando una pequeña batalla en esa parte del cuerpo.
La inflamación es buena en pequeñas dosis porque ayuda a sanar heridas y mantenernos saludables.
Sin embargo, si hay demasiada inflamación en todo el cuerpo, puede causar problemas. Es como si hubiera una gran batalla en todas las calles y edificios de la ciudad, y eso lógicamente no es bueno. Si se prolonga en el tiempo, esta inflamación se vuelve crónica. Y no se concentra en un único sitio, sino que se dispersa por todo el organismo sin que usted se dé cuenta, alterando poco a poco sus estructuras y funciones.
Con el tiempo puede dar lugar a enfermedades cardiovasculares, metabólicas, reumáticas, inmunológicas y tumorales.
Es importante que esté atento a los síntomas para poder actuar a tiempo y prevenir complicaciones. Por eso es importante saber sobre alimentos inflamatorios y antinflamatorios.
¿Siente fatiga constante, dolor muscular y en las articulaciones? ¿Tal vez padece problemas gastrointestinales? O tiene fiebre, erupciones cutáneas como por ejemplo úlceras en la boca, aumento de peso, diarrea y reflujo ácido… Estos son algunos de los muchos síntomas de la inflamación y pueden confundirle porque en ocasiones afectan a varios tejidos a la vez, lo que hace que no entienda bien qué sucede.
Algunas pistas que le ofrece su cuerpo para detectar una posible inflamación son, como hemos visto, el dolor (que casi siempre es un aviso), el enrojecimiento, la hinchazón o el calor.
Y atento también porque una inflamación, si se da, pongamos por caso, en el aparato digestivo, al permanecer alterada la microbiota intestinal, puede llegar a provocar malestar mental con depresión, ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo.
Uno de los factores más importantes de la inflamación crónica es el tipo de alimentación que sigue pues algunos alimentos pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en el organismo. Cuando se comen muchos alimentos inflamatorios, los soldaditos del organismo se ponen muy activos y la inflamación aumenta.
Por eso es importante evitar los alimentos inflamatorios y comer alimentos saludables que ayuden a calmar la inflamación.
Si lo hace así, sus soldados celulares podrán mantener la ciudad (su organismo) en buen estado. Tenga en cuenta limitar el consumo de estos productos:
Y puede que se pregunte, ¿qué sucede con los alimentos lácteos? Pues bien, los que tienen grasas saturadas como la leche entera, la mantequilla o los quesos son, por lo general, inflamatorios. Por el contrario, el yogur favorece el desarrollo de las bacterias “buenas” de la microbiota intestinal.
Ya ve que en un grupo puede haber alimentos inflamatorios y antinflamatorios.
Ahora que sabe qué grupos de alimentos pueden hacerle daño, tome nota de los que no pueden faltar en una dieta antiinflamatoria:
Y en especial los ácidos grasos omega-3 presentes en pescados azules (el salmón, la sardina, el atún, el arenque o la caballa) y en las semillas de chía, linaza o nueces.
Por último, recuerde evitar los alimentos que le causan sensibilidad o alergias, entre ellos los que contienen lactosa o gluten, por ejemplo.
¿Distingue bien ahora entre alimentos inflamatorios y antinflamatorios? Es muy probable que si restringe el consumo de los alimentos pro inflamatorios y aumenta el de aquellos que favorecen la salud, sobre todo la intestinal, se sentirá mejor y mucho más saludable. Pruebe también con el ejercicio. Salud!
Artículos relacionados