En más de una ocasión hemos comentado que una buena higiene del sueño ayuda a prevenir innumerables afecciones (EPOC, ictus, alzhéimer…). Ahora, una investigación de la Universidad Autónoma de Madrid ha señalado que, si existe una mala calidad del sueño y esta es persistente, la persona puede perder audición(1).
Se trata del primer estudio que confirma esta relación. En él, los investigadores analizaron diferentes aspectos de la mala calidad del sueño (ronquidos, insomnio, somnolencia diurna…) y observaron que todos ellos tienen un fuerte impacto sobre el sistema auditivo. Tanto, que el riesgo de pérdida de audición puede ser ¡hasta de un 49%!
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