Cada vez hay más evidencia de que los vapeadores contienen sustancias muy tóxicas que aumentan el riesgo de sufrir una enfermedad periodontal(1). Y también se ha descubierto que las bebidas alcohólicas permeabilizan las mucosas de la boca, por lo que captan más de esos tóxicos presentes en el tabaco. Por tanto, seguir ambos hábitos incrementa las probabilidades de que la infección bucal se agrave y acabe derivando en un cáncer oral.
Pero a esto hay que añadir otro dato de lo más preocupante: se ha descubierto que en la flora intestinal de las personas que vapean hay una mayor presencia de bacterias Selenomonas, Leptotrichia y Saccharibacteria, las cuales pueden provocar una disbiosis. Como consecuencia, el sistema inmunitario puede verse alterado y que le cueste hacer frente a la infección periodontal, lo que agravará aún más ese problema de salud.
Existen ciertos síntomas que pueden hacer sospechar que nuestra boca no está tan sana como debería. Por ejemplo, si se observan manchas de color blanco o rojo, así como pequeñas úlceras que no terminan de curarse. También si hay dificultad al tragar, masticar e incluso al hablar, o si existe un dolor persistente en el oído. Si percibe estas molestias no dude en acudir a un especialista para que le haga un chequeo completo y trate el problema antes de que vaya a más.
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