Tener sensibilidad a los lácteos es un importante factor de riesgo de enfermedad cardiovascular, pudiendo incluso ocasionar la muerte del afectado, según un reciente estudio(1). Además, esto también puede ocurrir en personas sin antecedentes de intolerancia, o con síntomas apenas visibles, lo que hace que se trate de un riesgo infravalorado.
Para llevar a cabo esta investigación se analizaron los datos de 5.374 participantes. Ello permitió observar que las personas cuyo sistema inmunitario produce anticuerpos IgE ante la presencia de lácteos tienen más riesgo de morir por enfermedad cardíaca. Y esto se debería a que esos anticuerpos activan la respuesta de los mastocitos, unas células del sistema inmune que juegan un papel clave en la inflamación.
Lo que ocurre es que, si esos mastocitos continúan activándose en el tiempo, la mayor inflamación derivada hará que se formen placas de ateroma dentro de las arterias que acabarán por obstruirlas, causando infartos. De ahí que los expertos señalen que ese vínculo es mayor entre las personas que producen los anticuerpos IgE (se estima que los secretan el 15% de la población) y, además, continúan tomando los lácteos que los desencadenan.
Lo cierto es que no es la primera vez que se asocia la leche a problemas de salud. Incluso entre personas que no tienen intolerancia a la lactosa, su principal proteína. Pero si necesita más pruebas de por qué convine reducir su consumo, aquí puede leer lo que le pasa a su cuerpo cuando deja de tomar lácteos. ¡Y todo es bueno!
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