Trabajar en otro horario que no sea de 09:00 horas de la mañana a 17:00 horas de la tarde puede conllevar diversos problemas de salud. Así ha concluido un reciente estudio, cuyos responsables señalan que tener jornadas laborales distintas a esta afectan negativamente a la salud física y metal(1).
Para la investigación contaron con más de 7.000 personas a las que realizaron un seguimiento durante 30 años. Y es que no solo querían confirmar que un horario de trabajo distinto al de 9:00 a 17:00 es malo para la salud, lo que efectivamente se demostró. También querían comprobar si, en el caso de haber tenido ese horario tan nefasto en algún momento de nuestra vida laboral, aunque luego hayamos cambiado por otro más beneficioso (y viceversa), puede habernos dejado secuelas.
Y así es. Los investigadores concluyeron que las personas que no siguen un horario diurno tradicional (de 9:00 a 17:00) tienen más riesgo de sufrir trastornos depresivos al llegar a los 50 años. Ahora bien, si han tenido un horario diurno estable siendo jóvenes (en torno a los 20 años), pero a los 30 años han pasado a tener un trabajo con horario cambiante y lejos de esa jornada ideal, también existe riesgo.
En definitiva, el efecto del horario de trabajo sobre la salud es un factor que se acumula a lo largo de toda la vida. Según los responsables, esto podría deberse a que, por regla general, tener trabajos con un horario más volátil está asociado a una mayor fatiga física, agotamiento emocional y falta de sueño, lo que hace que se sea más propenso a llevar un estilo de vida poco saludable que, al final, incrementa todos esos riesgos.
1. Han, W. J.: “How our longitudinal employment patterns might shape our health as we approach middle adulthood-US NLSY79 cohort”. PLoS one. 2024.
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