Las personas con lesiones de médula espinal que a día de hoy no pueden curarse podrían recuperar la movilidad gracias a la luz roja. Así lo han señalado los creadores de un dispositivo que consigue que esa luz incida directamente sobre la conexión nerviosa dañada, reparándola.
Se trata de un novedoso enfoque terapéutico que han desarrollado un grupo de investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) y cuyos resultados son de lo más eficaces y rápidos(1). Con las primeras pruebas realizadas (en laboratorio y con animales) se ha visto que un tratamiento de apenas cinco días, administrando luz roja durante tan solo un minuto al día, permite recuperar hasta el 45% de las células nerviosas dañadas.
La razón de esta sorprendente eficacia es que esa longitud de onda en concreto, 660 nm, tiene un efecto neuroprotector y neuroregenerativo. Por tanto, es capaz de aumentar la supervivencia de las células nerviosas, además de estimular su crecimiento. Y dado que la fuente de luz se coloca directamente contra la piel, no requiere de cirugía, lo que también favorece una mayor recuperación del paciente.
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