Las vacaciones son una época de esparcimiento y de dejar atrás la rutina diaria. En ellas, es habitual viajar para conocer nuevos lugares o, tal vez, practicar ese hobby al que no dedicamos tanto tiempo como nos gustaría.
Sin embargo, para muchas personas las vacaciones no suponen una gran diferencia con respecto al resto del año. De hecho, es habitual que no se concedan ningún día de ese descanso que todos merecemos.
Y eso que en su día a día desempeñan una labor casi titánica.
Me refiero a los cuidadores de familiares enfermos de alzhéimer u otras demencias.
Ellos realizan una tarea constante en la que se enfrentan a desafíos abrumadores. Sobre todo, teniendo en cuenta que no son profesionales, así como la carga emocional que implica que aquel a quien se cuida es un familiar querido a quien se ve sufrir y deteriorarse.
Debido a ello, en no pocas ocasiones sus necesidades, tanto físicas como emocionales, quedan relegadas a un segundo plano.
Y eso también incluye, por ejemplo, el renunciar a irse unos días de vacaciones…
“¿Cómo me voy a ir de vacaciones si tengo a mi madre enferma?”.
“Me sentiría culpable pasándomelo bien, sabiendo que mi marido está en una residencia”.
Ideas como estas han pasado por la mente de muchos cuidadores. Son pensamientos repletos de temor y de un gran sentimiento de culpa que Natalí Pintos, psicóloga especializada en demencias, conoce muy bien.
Ella fue la protagonista de uno de los Encuentros en Vivo para suscriptores de Salud AlterNatura.
Estos encuentros son solo para suscriptores, pero en esta ocasión nos gustaría hacerlo extensivo a todos los lectores de Tener Salud, pues hay muchos cuidadores, auténticos héroes anónimos, que van a poder beneficiarse de este encuentro y queremos compartirlo con ellos.
Porque muchas veces los cuidadores son los grandes olvidados y no reciben el apoyo que tanto merecen.
Natalí Pintos ha compartido en nuestro encuentro ORIENTACIÓN, RECURSOS Y HERRAMIENTAS que son como una bocanada de aire fresco para los cuidadores. Palabras repletas de sabiduría y conocimiento, pero también de empatía, porque ella no solo es una gran experta en la materia, sino que también sabe lo que es cuidar de un familiar enfermo.
Si usted también se siente impotente tratando la pérdida de memoria de su familiar…
Si a veces se ha sentido abrumado ante las preguntas repetitivas de su familiar e incluso ha sentido que ha perdido la paciencia y después se ha sentido culpable…
Si le embarga una tristeza insuperable al ver que su familiar a veces no le reconoce…
Si siente que la falta de ánimo de su familiar podría estar arrastrándole a usted también…
Le invito a ver este Encuentro.
Para acceder solo tiene que hacerlo a través de este enlace o del que encontrará un poco más abajo.
Dura una hora.
Y sé que le resultará de gran utilidad.
Y en el caso de que usted no sea cuidador, pero conoce a alguien que desempeña esta gran labor, le pido que comparta este correo con él. Seguro que se lo agradece enormemente, pues de entrada le hará ver que no está solo en el cuidado de su familiar.
Que cuenta con más ayuda de la que imagina y más cerca de lo que cree.
Lo explicó Nalatí Pintos durante el encuentro: “Es imposible que puedan cuidar ellas solas. Por eso lo primero es aceptar que necesitan ayuda y pedirla”.
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