Estamos rodeados de tóxicos. Esto es algo que ya nadie pone en duda, pues se encuentran en el aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos que comemos.
Pero lo cierto es que en verano esta exposición aumenta por ciertos hábitos frecuentes en los meses de calor, así como en las vacaciones.
Por ello hemos hablado con los responsables de Hogar sin Tóxicos, organización que lleva años denunciando situaciones de riesgo para la salud de las personas como consecuencia del uso de productos tóxicos. (1)
Ellos nos han ayudado a elaborar una lista con las principales sustancias tóxicas a las que estamos expuestos en verano, así como sus riesgos y las alternativas naturales que existen.
Con la llegada del calor se disparan los ciclos biológicos de multitud de insectos, que se convierten en molestos (cuando no peligrosos) compañeros de verano. Sin embargo, esto no debe llevar al uso indiscriminado, y a veces excesivo, de insecticidas y repelentes tóxicos.
En su lugar, puede apostar por herramientas preventivas muy efectivas, a la par que inocuas para nuestra salud. Por ejemplo, colocando mallas mosquiteras en las ventanas o sobre las camas de niños y bebés, más sensibles a las picaduras.
Y también interesan las plantas de interior que, además de decorar su hogar, desprenden un olor que a los mosquitos les resulta muy desagradable, actuando como eficaces repelentes. Es el caso de la albahaca, el romero, el tomillo, la menta…
Asimismo, dado que muchos insectos se ven atraídos por el olor de la comida, asegúrese de limpiar bien los restos de comida de mesas y encimeras, además de tapar todos los alimentos.
En verano aumenta el consumo de frutas y verduras crudas, que aportan un sinfín de nutrientes al tiempo que nos refrescan. Ahora bien, en la medida de lo posible debe intentar que esos alimentos tengan una certificación ecológica, para así reducir la exposición a los pesticidas que tanto se emplean en la agricultura industrial.
Y es que estos incluyen sustancias tóxicas que actúan como disruptores endocrinos. Esto es, que afectan al sistema hormonal, lo que puede desencadenar todo tipo de afecciones, incluso en bajas concentraciones. (2) (3).
Por otro lado, el pescado es uno de los manjares que no suelen faltar en los chiringuitos de playa. Eso sí, hay que tener cuidado con la variedad que se elija porque, debido a la contaminación que sufren numerosos ríos y mares, los animales que habitan en ellos están expuestos al mercurio, entre otros metales pesados. Sustancias tóxicas que luego llegan a nuestro organismo cuando nos los comemos.
No obstante, los pecados son ricos en ácidos grasos omega-3, muy beneficiosos para el sistema cardiovascular, nervioso e inmunitario, por lo que no es cuestión de evitarlos a toda cosa. Solo reducir el consumo de aquellas especies que, debido a su mayor tamaño, suelen tener una mayor concentración de metales pesados.
Por ejemplo, el pez espada o emperador, el tiburón, el atún rojo y el lucio. Y en el caso de las mujeres embarazadas, deben evitar por completo estas especias y optar por pescados más pequeños, como la sardina, la dorada o el boquerón. (4)
Ahora bien, en el caso de las frituras, hay que limitar su consumo en todo lo posible, ya sean pescados o carnes. Y es que las altas temperaturas pueden afectar a la propia estructura del alimento y, en consecuencia, reducir los beneficios que de entrada ofrecen. Pero, además, en ese proceso se pueden formar compuestos nocivos, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), que se sospecha pueden causar cáncer. (5)
Y lo mismo ocurre con los alimentos procesados y ultraprocesados, en este caso por su alto contenido en grasas saturadas animales, así como por su relación con los denominados “contaminantes orgánicos persistentes” (COPs). Así es como se conoce a las sustancias químicas persistentes (es decir, que resisten el paso del tiempo y los factores ambientales) que, además, tienden a acumularse en el organismo.
Pues bien, se sabe que los COPs se bioacumulan en las grasas animales saturadas. Por tanto, reducir su ingesta ayuda a reducir la exposición a esos contaminantes. (6)
Pasar el día en la playa o en la montaña es un plan excelente y, si nos queremos ahorrar el ir a un restaurante o a un chiringuito, nada mejor que llevar nuestra propia comida. Pero, ¡ojo! Muchas personas usan túpers de plástico, lo que no es nada bueno.
Y es que muchos plásticos utilizados para contener alimentos también contienen sustancias perjudiciales, como el bisfenol A (señalado como disruptor endocrino), que pueden acabar contaminando los alimentos con los que están en contacto. Incluso si es en bajas concentraciones.
Además, ese riesgo aumenta con los alimentos grasos o cuando se calienta el recipiente, razón por la que se recomienda no calentar en ningún caso el alimento directamente en el túper. De este modo se evita la “migración” de los tóxicos a la comida. Aunque lo mejor siempre será usar alternativas como recipientes de vidrio o de acero inoxidable. (7)
Lo mismo ocurre con las botellas de plástico, que también pueden contener bisfenoles. Por supuesto, en verano es crucial estar bien hidratado, bebiendo al menos 1 litro y medio de líquidos al día, y más en los días de especial calor o si vamos a estar caminando durante horas. Y muchas personas cumplen con esta regla de oro llevando consigo botellas de agua. Pero mejor si esa botella es de vidrio o de cualquier otro material libre de plásticos. (8)
Y el último ejemplo de recipientes tóxicos lo encontramos en las latas de conserva, que también pueden contener bisfenoles que migran a los alimentos. Y, de nuevo, ese riesgo aumenta con los alimentos grasos o en condiciones de mucho calor. Por esta razón hay que intentar no exponer las latas al sol si se llevan a un pícnic o excursión. (9)
El sol es un gran aliado de nuestra salud y estado de ánimo, por lo que debemos intentar exponernos a él todos los días. Ahora bien, en las horas centrales del día la incidencia de los rayos ultravioleta puede ser excesiva, por lo que en ese caso sí sería conveniente evitar el sol y permanecer a la sombra, con sombrero o a cubierto. Y, si fuera necesario, usar un protector solar. (10)
Sin embargo, muchos de estos productos también contienen sustancias que pueden actuar como disruptores endocrinos, por lo que debe asegurarse de que el producto escogido no los incluya. A este respecto, varias organizaciones de consumidores han publicado listas con las cremas solares que pueden contener estas sustancias. (11)
“¿Qué tiene que ver la limpieza con el verano?”, se estará preguntando.
Lo cierto es que en vacaciones mucha gente aprovecha los días libres para dar un “lavado de cara” a su hogar, bien cambiando el mobiliario, bien limpiándolo a fondo. Y si usted opta por esto último, debe evitar el uso de productos de limpieza que contienen formaldehidos o alquilfenoles, entre otras sustancias tóxicas, que sobre todo se encuentran en los productos perfumados. (12)
Es mejor apostar por productos ecológicos, disponibles en tiendas especializadas. O, mejor aún, recurrir a los remedios caseros que ya usaban nuestras abuelas, como jabón natural, vinagre, bicarbonato y limón, que son más que suficientes para muchas tareas de limpieza. ¡Tanto en verano como en el resto del año!
Si sigue estos consejos, verá reducida la exposición a esas sustancias tan perjudiciales y volverá de sus vacaciones aún más sano de como se fue.
1. “Decálogo para un verano menos tóxico”. Hogar sin Tóxicos. El grupo “Hogar sin Tóxicos” forma parte de la Fundación Vivo Sano, que desde hace años trabaja para ofrecer una sociedad más sana en el que todas las personas puedan disfrutar de una buena salud física y mental.
2. The 2021 European Union report on pesticide residues in food. 2023.
3. Beckman, K. Exponering för resthalter av pesticider i konventionellt odlade frukter, bär och grönsaker inom EU och i tredje land jämfört med konventionellt odlade i Sverige samt ekologiskt odlade. Instituto Karolinska – Universidad de Estocolmo. 2015
4. Guo W, Pan B, Sakkiah S et al.: “Persistent Organic Pollutants in Food: Contamination Sources, Health Effects and Detection Methods”. Int J Environ Res Public Health. 2019.
5. Hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria.
6. “Scientific Opinion on Dietary Reference Values for fats, including saturated fatty acids, polyunsaturated fatty acids, monounsaturated fatty acids, trans fatty acids, and cholesterol”. European Food Safety Authority.
7. Chun Z. Yang, Stuart I. Yaniger,V et al.: “Most Plastic Products Release Estrogenic Chemicals: A Potential Health Problem That Can Be Solved”. Environ Health Perspect. 2011.
8. Martin Wagner, Jörg Oehlmann. “Endocrine disruptors in bottled mineral water: Estrogenic activity in the E-Screen”. The Journal of Steroid Biochemistry and Molecular Biology. 2011.
9. Rudel RA, Gray JM, Engel CL, et al.: “Food Packaging and Bisphenol A and Bis(2-Ethylhexyl) Phthalate Exposure: Findings from a Dietary Intervention”. Environ Health Perspect. 2011.
10. https://futurosintoxicos.org/2024/06/20/cremas-de-sol-disruptores-endocrin/
11. https://www.ocu.org/salud/cremas-solares/como-elegir
12. Steinemann AC, et al. “Fragranced consumer products: Chemicals emitted, ingredients unlisted. Environ Impact Asses Rev”. 2020.
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