Hoy sabemos que un desequilibrio de la microbiota intestinal, vaginal o bucal puede conllevar multitud de patologías. Pero a ellas hay que añadir ahora la microbiota ocular (presente en la córnea y la conjuntiva, además de en el borde de los párpados), tras haberse relacionado su desequilibrio con el ojo seco.
Esta afección suele deberse a un fallo de las glándulasque lubrican el ojo a través de las lágrimas, lo que conlleva molestias e incluso lesiones en córnea y conjuntiva. Y aunque los principales factores de riesgo asociados a este problema son propios del estilo de vida (por ejemplo, larga exposición a las pantallas, uso de lentes de contacto, ambientes secos…) también puede deberse a una infección por Demodex: un parásito que también forma parte de la microbiota ocular.
De ahí que, para prevenir su sobrecrecimiento y el consecuente riesgo de ojo seco, no solo hay que mantener buenos hábitos y una higiene ocular adecuada (por ejemplo, lavarse bien la cara con productos naturales y evitar el uso excesivo de maquillaje). También hay que cuidar de la microbiota en general. Sobre todo, si tenemos en cuenta que no podemos intervenir sobre otros factores asociados al ojo seco, como el propioenvejecimiento o los cambios hormonales (en caso de embarazo, menopausia, etc.).
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