Una fotografía de un niño de tres años vestido con un pantalón azul y una camiseta roja consiguió sacar del letargo y la indiferencia al mundo entero a principios de este mes.
El pequeño estaba muerto, varado boca abajo en una playa del oeste de Turquía. Le habían traído las olas después de que naufragara la barca en la que viajaba con su familia huyendo de la guerra de Siria en un intento desesperado por llegar a Europa.
Se lo tragó el mismo mar en el que su familia puso sus esperanzas de una vida sin bombas ni violencia. Y las mismas olas que dejan en la orilla botellas, plásticos y otros despojos de la civilización trajeron también el cuerpo del pequeño sirio, despertando la conciencia adormecida del mundo.
El agua le acariciaba la cara y sus manos parecían rendidas. Al ver esa insoportable imagen, miles y miles de personas tomaron conciencia, quizá por primera vez, de la magnitud de la tragedia que está ocurriendo a un paso de nuestras confortables casas.
El pequeño, con sus pantaloncitos y su camiseta empapados y sus zapatillas aún puestas, se ha convertido en un símbolo puro y limpio frente a la maldad que asola el mundo con sus guerras, sus traficantes de seres humanos, sus intereses y su monstruoso sinsentido. Cada día otras fotos nos salen al paso para recordarnos que la tragedia continúa.
Introduzca en su buscador de internet las palabras “refugiados sirios” y simplemente vea las imágenes. Y es que no hacen falta palabras ni titulares para intentar comprender y sentir, aunque sea a través de la pantalla del ordenador, lo que están viviendo.
Filas infinitas de personas que han huido de sus casas y que caminan a pie, exhaustas, cargadas con lo que han podido coger, intentando llegar a un sitio seguro. Atraviesan campos y siguen carreteras, se refugian donde pueden, duermen a la intemperie o, si tienen suerte, sobre colchonetas en campamentos habilitados por las organizaciones humanitarias.
Vemos agotamiento en sus miradas, miedo y desesperación. En algunos, también esperanza.
Ver estas imágenes, dejarse conmover por ellas, no es un ejercicio morboso; al contrario, es un ejercicio necesario de concienciación. Porque sólo quien se estremece ante el sufrimiento de otros puede considerarse realmente persona.
Esos seres que huyen, que vagan sucios y agotados, no son distintos a usted o a mí, querido Lector; no son mejores ni peores. Son personas normales y corrientes, que hasta hace poco tenían sus trabajos, sus estudios, sus casas, sus ilusiones, sus afanes, sus preocupaciones… Exactamente como usted y como yo.
Son padres, madres, hijos, hermanos, abuelos; son estudiantes, maestros, fruteros, comerciantes, músicos, abogados, conductores. Un buen día, asolados por las bombas, la muerte y la destrucción, simplemente tuvieron que huir. Si ve también fotos de las ciudades de las que huyen, destrozadas por las bombas, entenderá por qué tomaron la decisión de irse. Y lo hicieron literalmente con lo puesto. Como quizá haríamos también usted y yo si nos encontráramos en su situación.
Su viaje no siempre tiene un final feliz. A veces sus sueños acaban ahogados en los mares, dentro de un camión frigorífico abandonado en una carretera y otras más frente a una alambrada.
No tema porque en este texto de Tener S@lud no voy a hablar de política, de fronteras, de burocracia… ni de culpables. Ni es el sitio ni soy la persona que deba hacerlo. Hoy sólo he querido detenerme en las víctimas. Porque detrás de las cifras que leemos cada día en la prensa hay personas con un nombre y una historia.
Como la del pequeño niño sirio varado en la playa. Se llamaba Aylan y junto a él también murió ahogado su hermano Galib, de cinco años, y su madre, cuando el bote en el que viajaban con otras personas se inundó de agua y volcó cuando ya veían la costa. Sólo se salvó el padre, a quien sus hijos se le escaparon de las manos. Las agencias de noticias hicieron llegar más fotos de ese día, y en otras instantáneas puede verse a un policía turco recogiendo con infinita ternura el minúsculo cuerpo de Aylan de la playa.
Muchas asociaciones humanitarias trabajan sobre el terreno con campañas específicas con el objetivo de ayudar a las víctimas. He recopilado la lista de algunas de ellas para que todos los que así queramos podamos hacer un donativo en la medida de nuestras posibilidades:
En Tener S@lud y Los Dossiers también queremos contribuir, por lo que donaremos la mitad del precio de las suscripciones a Los Dossiers que recibamos hasta final de este mes a ayudar a las víctimas de Siria.
Iremos creando un fondo común y, al terminar el mes, repartiremos lo recaudado en presencia de un notario entre las asociaciones de la lista anterior. Como sabe, el precio de Los Dossiers está ajustado al máximo, pero aún así, con el esfuerzo de todos, lo que consigamos servirá de mucho.
Si usted alguna vez se ha planteado suscribirse a Los Dossier pensando en su salud y la de su familia, quizá éste sea un buen momento para hacerlo. Y si no quiere suscribirse, puede hacer su donación directamente a alguna de las organizaciones humanitarias anteriores.
Lo que aportemos entre todos no va a devolver la paz a un país devastado por la guerra, ni va a volver piadosos a los crueles, ni va a devolver su casa a los que la tuvieron que abandonar, ni va a cerrar las heridas. Pero se convertirá en raciones de comida, agua potable, ropa de abrigo, colchonetas para dormir, juguetes para los niños y escuelas en los campos de refugiados. Se convertirá en sonrisas, caricias y esperanza.
Haga clic aquí para suscribirse y ayudar.
Por favor, reenvíe a su entorno este e-mail. Cada grano de arena contribuye a formar una montaña. Y las aportaciones de todos, por pequeñas que sean, son muy valiosas.
Le invitamos a compartir su opinión sobre esta crisis humanitaria con el resto de lectores de www.saludnutricionbienestar.com haciendo un comentario un poco más abajo.
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A la lista tendríamos que añadir a la COMISIÓN ESPAÑOLA DE AYUDA AL REFUGIADO mirar su web, merece la pena la lucha que lleva desde sus inicios, hace más de 30 años por este colectivo.
Lo importante es presionar juntos todos y cada uno, para eso tenemos Internet y ahora sí podemos hacer sentir nuestra voz por éste medio, para obligar a los gobiernos del mundo a parar sus guerritas que todas son de índole económica, necesitamos una Web a la que podamos suscribirnos y hacernos oír todos juntos; sólo así podremos cambiar las cosas, casos como el del niño muerto en la playa, son pan de todos los días en varias regiones del mundo y de seguro no en todas hay una ONG para medio ayudar y Dios sabe a quién y donde va a parar ese dinero que cuando llega a los necesitados ya pasó por mil manos en las que se quedó por trámites burocráticos y varias razones más de la mitad de nuestros donativos; no digo que no existan ONG derechas que intenten hacer llegar los medios a quien realmente los necesita y si ayuden, pero tampoco dejo de decir que son el medio de vida de varios vivos en el mundo.
Concretando, el camino es hacer oír nuestra voz no nuestro bolsillo para que el dinero que se gasta en guerras que ese si que es muchísimo, se emplee para que todos vivamos mejor, si no nada más les hacemos el juego a nuestros Amos.
Con todo respeto.
AAS.
Mi opinión es que todos, absolutamente todos, y a medida de sus ingresos, pagáramos un impuesto para ayudar a nuestros hermanos.
Al menos, que se pudiera ingresar lo que pueda cada uno en una cuenta bancaria.
Demasiado sentimentalismo en el niño muerto en la playa. Existe mucha crueldad en todo el mundo. No se puede tomar refugiados a troche y moche. En España existen muchas personas que necesitan ayuda para subsistir, y ahora si éramos pocos pario la abuela. Sí hay que ayudarles pero en su país.
Observaciones sobre el drama de emigrantes y refugiados
Asistimos a un goteo diario con la llegada masiva a Europa de emigrantes y ahora de refugiados políticos y sociales. Esta realidad tendrá explicaciones múltiples que ocuparía mucho espacio y no es este el caso.
Este fenómeno emigratorio hacia los países ricos se prevé que se acrecenté en el futuro debido a varias razones: aumento de las guerras de rapiña promovidas para los países ricos, el paro, aumento del calentamiento global con las consecuencias que esto conlleva: cataclismos, sequías, hambrunas, epidemias…
Estas emigraciones a Europa sin duda están acarreando ya consecuencias sociales, políticas, económicas y culturales que tendrá que soportar la ciudadanía europea, entre las que se encuentran el aumento entre otros de los servicios sociales, sanitarios, viviendas y en la enseñanza… en un momento de recesión económica y donde no se vislumbra cambio. También el paro actual aumentará creándose un ejército de reserva de parados permanente que sin duda beneficiará a las patronales.
Ante este previsible futuro, la ciudadanía está reaccionando de diferentes modos. a) creando e impulsando partidos y organizaciones xenófobas, fascistas o radicales que propugnan cerrar Europa a la emigración de todo tipo. b) Dando la espalda a los partidos socialdemócratas y de izquierda, como ya está corriendo en Europa.
Esta reacción de la ciudadanía europea tiene varias explicaciones: Que considera que con la llegada de la emigración su cultura, puestos de trabajo, economía y calidad de vida se ponen en peligro. Que los Gobiernos (excepto Suiza) no consultan a la ciudadanía sobre la llegada de los emigrantes, realidad que como he comentado de una u otra manera afectará a dicha ciudadanía. Que EEUU ha promovido y promueve con la ayuda de los gobiernos europeos guerras desestabilizadoras de rapiña en Oriente, tales como Irak, Libia, Siria, etc. cuyas consecuencias también las soporta Europa de diferente manera.
Pero como no podemos ni debemos olvidarnos del aspecto humanitario, no creo que la solución a estas tragedias venga con la llegada masiva de emigrantes a Europa, porque ésta no tendrá límite en el futuro, sino que los países ricos se replanteen su voracidad respecto a estos los países pobres, olvidándose de promover el caos con conflictos y guerras de rapiña desestabilizadoras.
También es imprescindible apoyarles generosamente para que la vida sea posible como lo ha sido hasta hace pocos años. Y sobre todo hacerles justicia sobre los efectos devastadores del cambio climático -impulsado mayoritariamente por los países desarrollados- tendrá en esos frágiles estados que apenas han contribuido al mismo con sus limitadas emisiones de C02.
La ciudadanía europea tiene que elegir entre el «buenismo» filántropo y la racionalidad operativa, porque esto se nos está yendo de las manos.
Y quien manejaría esos fondos alma de Dios, si es por eso que tienen que existir ONG, porque algunas de ellas pueden ser honradas, pero gobiernos honrados habrán existido?, o el poder corrompe y todos somos corruptos?.
Vuelvo a insistir, tenemos que hacer oír nuestra voz, no nuestro bolsillo, ese ya lo sangran nuestros gobernantes con impuestos que superan el 25 % de nuestro salario, de ahí para arriba no deberíamos pagar un euro, y si lo pagáramos deberíamos exigir Seguridad Social por ello para nosòtros y nuestras familias, para los que paguen impuestos, no para todos indiscriminadamente.
Democracia es igual al Gobierno de los Iguales, como va ha ser igual a mí un individuo que evade su contribución a la Sociedad pero eso si quiere decidir sobre mi economía.
Estoy tan consternada por la tragedia de esos migrantes que caminan y caminan, después de haber pasado penurias en la guerra, en el mar y en toda su marcha. No puedo colaborar económicamente porque tengo una situación de pensionista muy precaria y, en casa, no llegamos ni a mitad de cada mes.
Quisiera responderle a Juan que acusa a los EEUU soy norteamericana y reconozco que en gran parte Ud. tiene razón pero en rapiñar Europa no se queda atrás; Europa fue nuestra maestra Inglaterra, España y demás. Pero sí lleva Ud. Razón no somos un caramelito.
Pero volviendo al tema de los refugiados, es criminal lo que está pasando, pero no sois solo vosotros los que veis horror, tuve que volar a Haití por razones de trabajo (soy cirujana) para ayudar en aquella repugnante miseria no han tenido una Guerra, tuvieron hace unos pocos años un terremoto y ¿qué? Se les ayudó. EEUU colaboró y Europa colaboró y ¿dónde está ese dinero? ¿En manos de los delincuentes de los políticos? ¿De quién más? Muchos todavía viven en cobertizos ¿eso es moral? ¿Eso es humanidad? El hombre es un depredador incansable, se solaza hiriendo, maltratando, anulando a los demás. Recuerdo la canción Dime, porque las armas en las manos, los niños maltratados, los viejos olvidados.
Srs. son los intereses creados que han vuelto al humano en un devorador, pero que comentar de Haití si en España el hambre ha calado hondo, la pobreza, los niños que subsisten gracias a organizaciones caritativas, a los abuelos que se sacan el bocado de la boca para dárselo a sus nietos, ¿en qué mundo estamos?
Armando, es cierto Democracia gobierno de los iguales, pero no olviden las palabras de Abraham Lincoln: «Se puede engañar al pueblo un tiempo, pero no todo el tiempo». Tengo derecho a opinar del mundo y de España porque soy hija de un refugiado español, que huyó de España y gracias a los EEUU recondujo su vida y formó una familia. El mundo es un desperdicio, la gente no colabora, dentro de unos días la foto del niñito será olvidada y volveremos a pensar en necedades. Si todos pudieran cantar «El Himno a la Alegría», si fuéramos menos egoístas, más pensantes.
Felicito a la gente de tener salud aunque soy cirujana me agrada la medicina natural.
Estoy de acuerdo con el comentario de Juan, la solución es parar las guerras. Soy poeta y escribí: Oh Dios escucha los gritos del hombre que corre, el miedo lo sigue, la metralla evapora su hogar, su familia, su mundo.
Oh Dios escucha a los miles, miles que gritan: paren la guerra, detengan la guerra, comercio de otros.
Mire, es muy enternecedor lo que escribe, sin duda con muy buena intención.
Las últimas noticias en relación a este caso es que su padre era/es un traficante como lo demás, que viven de la desesperación humana. Además, cuántos niños más, aparte de este crío murieron ahogados, desaparecidos en el mar, nunca más los recuperarán… Al menos, Aylán pudo ser enterrado con sus familiares.
Creo que tenemos que ser muy cautos con las noticias, fotos, etc. Evitemos ser manipulados por las mismas. (Se libra una guerra en este sentido).
DEP cualquier muerto en este u otro éxodo.
Es más que penoso que la imagen de un niño devuelto por el mar, donde ha muerto haga que se nos salten algo más que las lagrimas, pero la sociedad la montaron así, los pobres nada, solo sufrir, y los ricos a vivir.
Ya sabemos de quien son los intereses en que haya esas guerras, quien les da el armamento, quien además de traficar con las guerras, lo hace con las drogas y los seres humanos, por órganos robados de cuerpos incluso de turistas en países de fuera de Europa (por no decir la zona). Pero es así, mientras unos dejan que un pueblo se mate entre sus habitantes por estúpidas diferencia étnicas, nos crean en el llamado primer mundo, dependencia adictiva a las compras compulsivas y cambiantes de ropa, enseres, teléfonos y todo tipo de aparatos.
Viva la humanidad, que se ha convertido en su propia enemiga, recordar el final del Planeta de los simios como ese gran actor dijo «por fin lo habéis conseguido». No hace falta repasar las noticias, solo mirar alrededor nuestro, pero hace falta ver a un niño muerto en el mar y este mismo lo devuelve, que sigamos así, y «El planeta de los simios» estará cada vez más cerca.
Ayudemos a las organizaciones no gubernamentales que pueden canalizar nuestra generosidad. Cualquier cantidad es una ayuda eficaz y necesaria. También podemos ayudar, pidiendo a Dios que intervenga con su gran poder para que termine de una vez con esta barbarie.
Amigos:
Ayudemos con nuestro dinero -los que podamos- a las organizaciones no gubernamentales para que canalicen una ayuda masiva que alivie esta crisis.
Cualquier cantidad -por pequeña que sea- es una ayuda eficaz. También podemos contribuir incluyendo a estos desgraciados en nuestras oraciones.
¡Por favor, hazlo hoy!
Nathan
Estamos cosechando lo que en su día sembramos. La humanidad vista en perspectiva parece una raza de locos, mientras unos se matan por «creencias religiosas», otros lo hacen por diferencias étnicas, por recursos, por territorios etc.
Producimos cosas que en la mayoría de los casos no necesitamos y nosotros mismos nos creamos estas necesidades, a la vez que llenamos el planeta con multitud de desechos producto de estas mismas artificiosas necesidades.
Matamos a millones de animales diariamente ya no para alimentarnos si no para darnos gusto al paladar, mientras en otras latitudes se mueren de hambre, a la vez que y paradójicamente, la población aumenta sin cesar y amenaza con colapsar el planeta si no se pone freno a ello -quizás este sea el motivo de estas guerras-.
Creamos artefactos bélicos capaces de destruirnos a nosotros mismos en un santiamén… y para educar a nuestra juventud nada mejor que los videojuegos de guerra y destrucción…
De nada va a servirnos invocar a Dios o a quién sea. En el caso de que exista algo parecido, para este hipotético creador nosotros seríamos lo que un grano de arena en una playa o en un desierto es para quién lo pisa.
La peor pesadilla del ser humano es el mismo ser humano. Y ya puestos en temas de dios, este dijo que creó al hombre a su imagen y semejanza (??), y que luego se arrepintió de su creación al ver el resultado y quiso aniquilarla… y casi lo consiguió. Yo añadiría que ahora ya no le hace falta intervenir, estamos en ello…
Limosnas, ¿para qué? ¿Para lavar nuestra conciencia?
Me reafirmo con lo expresado por:
Juan, el viernes 11/09/2015
Armando A., el viernes 11/09/201
Mar, el sábado 12/09/2015
Carles, el martes 15/09/2015; en su ultimo punto y aparte. La peor pesadilla…
Lo que no comparto es lo dicho por el articulista: «No tema … de política, de culpables … etc.» ¿Es por miedo?
Bueno para que no todo se vea negativo les dejo si les apetece este enlace
https://www.youtube.com/watch?v=wT4sL3scNJE
Esto es la consecuencia de la voracidad de los poderes económicos, que como aves de rapiña quieren obtener beneficios a toda costa, provocando guerras, apoderándose de los recursos de esos países, sin los que nosotros no podríamos vivir.
Al igual que somos más sensibles a esta tragedia, es importante analizar las verdaderas razones por las que se producen y es posible que en esa reflexión, nos sonrojemos de vergüenza por nuestra complicidad.