Hoy voy a escribir un texto que a primera vista puede resultar un poco frívolo. Y al final de él le daré algunos consejos prácticos de salud.
Empecemos con lo más ligero. Mire las dos fotos siguientes de la actriz Scarlett Johansson:
Cuesta creer que sea la misma persona, ¿verdad?
Aparte del maquillaje y otros detalles, hay dos cosas que las diferencian claramente: el pelo y la actitud.
En la primera de ellas, un pelo descuidado y una pose natural. En la segunda un peinado de peluquería y una actitud de estrella de cine, derrochando seguridad y glamour.
Scarlett Johansson no es la única a quien un buen peinado cambia radicalmente, de aspecto y de actitud.
De hecho, según las encuestas, para la mayoría de las mujeres (70%) el pelo es algo importante no sólo en su aspecto físico, sino también para su autoestima y su estado de ánimo. (1) (2)
Hasta tal punto es así que un slogan publicitario que utilizaba hace unos años la cadena francesa de peluquerías Jacques Dessange (presente en 47 países) era “Recoiffe-moi le moral”, que sería algo así como “péiname el ánimo”.
Antiguamente los barberos pertenecían al mismo gremio que los cirujanos y los sacamuelas. No sólo se ocupaban del pelo de sus clientes, sino que también ponían vendajes, curaban fracturas, trataban enfermedades de la piel, practicaban sangrías y también purgas, curaban uñas encarnadas y los callos de los pies. (3)
Todo buen mecánico debe ser capaz de cambiar las ruedas de su coche; pero el peluquero, como el médico, trabaja con personas. Por eso todos nos hemos dado cuenta de que unas veces estamos a gusto con el peluquero y otras veces no.
Hoy para muchas personas ir al peluquero es casi como ir al psicoanalista. El salón de peluquería es un lugar de encuentro, de intercambio social, donde se charla y a veces incluso se intercambian confidencias.
Muchas veces las peluquerías pertenecientes a cadenas forman a su personal siguiendo un método uniforme, y parten del principio de que todas las personas son intercambiables, que un mismo corte de pelo puede hacerse en Estrasburgo, Marsella, Londres, Madrid o Nueva York.
No tengo nada contra las grandes cadenas de peluquería pero yo, por mi parte, defiendo a los peluqueros de barrio, que comprenden y conocen a su clientela.
Lo ideal es que le corte el pelo alguien que se le parezca, que le comprenda o al que le gustaría parecerse. Por eso me gusta mucho la siguiente foto. Por muy especial que sea su look, se ve enseguida que este peluquero está haciendo exactamente lo que el cliente espera de él. Se parecen, están en simbiosis y hay que reconocer que el resultado es fruto de un buen entendimiento.
Desde hace unos años, los peluqueros están volviendo a descubrir que su papel no se limita a cortar el pelo. Hacen masajes y se preocupan por las necesidades anímicas de sus clientes; utilizan aceites esenciales y crean ambientes.
Algunos llegan al extremo de ofrecer un tratamiento psicológico completo, como el peluquero francés Rémi Portrait, creador del “corte de pelo energético” o el belga Sébastien Ledentu, peluquero energetista emocional. (4) (5)
Ambos cortan el pelo con una navaja de afeitar más grande de lo habitual. Explican que “tocan música” sobre el cabello de sus pacientes, a modo de un violonchelo, mientras que la navaja representa el arco.
Las personas que pasan por sus manos declaran que “algo ocurre”: brotan emociones, sentimientos de alegría y también lágrimas.
Para Rémi Portrait, el cabello es nuestra antena energética y la historia personal de cada uno se manifiesta a través de él. No se destruye tras la muerte y conserva el ADN, como los dientes y los huesos.
Según la forma de la cara, la tez y su carácter y el estilo, su peluquero tiene la misión de ayudarle a encontrar un peinado que se corresponda con la persona que usted es realmente.
Y ahora van los consejos para “alimentar” su cabello desde dentro y cuidarlo por fuera.
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