Estimado Lector, estimada Lectora,
Me dirijo a usted porque creo que es absolutamente imprescindible hablar con claridad del riesgo que supone la celebración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en plena alerta epidemiológica por el virus del Zika.
El zika no es una enfermedad nueva, pero aún no sabemos lo suficiente sobre ella.
Este virus representa una amenaza dramática para la humanidad. Y las autoridades miran irresponsablemente hacia otro lado.
No podemos asumir el riesgo de celebrar un acontecimiento de tal magnitud, que va a suponer la llegada de cientos de miles de personas (atletas y sus delegaciones, periodistas, aficionados, turistas…) a un lugar que se encuentra en el epicentro de la última gran epidemia global, y que luego van a volver a sus países de origen, donde pueden expandir la enfermedad.
La situación del zika exige prudencia.
Río de Janeiro es una ciudad muy afectada por el virus. Los mosquitos, vector de transmisión del virus, tienen mucha capacidad de transmisión de enfermedades. Y el virus también se transmite por vía sexual. Muchos de los más de medio millón de visitantes de múltiples países que se espera visiten la ciudad durante los Juegos serán inevitablemente contagiados y diseminarán la enfermedad por el mundo, con un impacto potencialmente muy grave sobre todo en países con sistemas de salud poco sólidos o en aquellos con poblaciones de mosquitos que puedan transmitir la enfermedad.
Y lo peor es que aún no sabemos lo suficiente sobre las consecuencias de la infección; los científicos aún no saben lo suficiente. Estamos hablando de un riesgo para la salud pública de dimensiones planetarias. Desde Tener S@lud llevamos años preocupándonos por la salud y el bienestar de las personas. Por eso le pedimos que apoye esta petición para solicitar a las autoridades sanitarias y deportivas que prime la prudencia a la hora de decidir si mantener, posponer o reubicar la celebración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en la fecha prevista.
Le animamos a leer el texto que sigue. Aunque sabemos que es largo, y que usted tiene poco tiempo, contiene información muy importante que explica por qué la petición que queremos presentar es razonable, lógica y, en realidad, la única sensata. Al final encontrará todas las fuentes científicas, por si quiere consultarlas o profundizar en esta información.
El Zika es un virus que se aisló por primera vez en un macaco Rhesus en el bosque de Zika, en Uganda, en 1947, de donde tomó su nombre. La primera epidemia humana tuvo lugar sesenta años después, en la isla de Yap en la Micronesia francesa en 2007, pero sus consecuencias se silenciaron.
Desgraciadamente, estallaron nuevas epidemias en Polinesia y Nueva Caledonia en 2013 y 2014, sin que en ningún caso hubiese reacción por parte de las autoridades sanitarias.
Y un año más tarde, en 2015, la enfermedad se transmitió a Sudamérica, donde ha adquirido proporciones de epidemia, estimándose que hay hasta tres millones de afectados. (1)
Las autoridades sanitarias minimizan el riesgo y no parecen estar demasiado preocupadas. Pero se trata de desinformación. Lisa y llanamente.
Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó como emergencia de salud pública de importancia internacional la epidemia del virus del Zika el pasado 1 de febrero, hemos pasado de no saber apenas nada sobre esta enfermedad a irnos llegando novedades con cuentagotas (a medida que los investigadores van teniendo más información). Y todo lo que vamos sabiendo es más y más aterrador.
El virus del Zika lo transmite principalmente un mosquito de tipo Aedes, el Aedes aegypti, que transmite cuatro enfermedades: la fiebre amarilla, el dengue, el chikungunya y el zika.
El mosquito actúa como vector, lo que significa que un mosquito debe picar a una persona infectada y, posteriormente, picar a otra sana, a quien transmitiría a su vez la enfermedad.
Pero el virus del Zika también se puede transmitir a través de otro mosquito de la misma familia Aedes, su primo el Aedes albopictus (coloquialmente conocido como mosquito tigre), que puede hibernar y sobrevivir en regiones con temperaturas más frías.
Se trata de un mosquito presente en muchos países occidentales (sin ir más lejos está bien instalado en España, sobre todo en la costa mediterránea, desde Cataluña hasta el sur del país), que por lo tanto podrá convertirse en el vector capaz de transmitir la enfermedad cuando tras los JJOO lleguen de Río personas infectadas.
En la mayoría de los casos el virus provoca en las personas infectadas síntomas relativamente leves (aunque no siempre es así), que los manifiestan unos días después de ser picadas por el mosquito. Eso cuando presentan síntomas, pues en el 80 % de los casos, el virus puede que no provoque ningún síntoma. Y esto, que podría parecer una gran ventaja, es en realidad uno de sus mayores peligros.
Ahora verá por qué.
Y es que pese a que la vía principal de transmisión del virus son los mosquitos, en febrero la OMS alertó del “posible” contagio por vía sexual. (2)
Un paciente estadounidense que contagió a su esposa por esa vía tras haber sido infectado en un viaje a Senegal evidenció esta nueva posibilidad, que ya se sospechaba. Un dato aún más preocupante si cabe teniendo en cuenta el alto porcentaje de casos en los que el zika cursa sin síntomas.
Eso significa que un hombre perfectamente sano puede sin embargo estar infectado de zika y transmitirlo en sus encuentros sexuales.
Y lo peor es que de esta vía de transmisión, que hoy día resulta tan preocupante, sólo se alertó a la población el pasado mes de febrero, y con el matiz de “probable”. Esto pone de manifiesto que la enfermedad va muy por delante de lo que va nuestro conocimiento sobre ella.
¡Hay aún demasiadas incertidumbres en esta nueva epidemia!
Por eso le pido su firma, para aunar fuerzas y entre todos conseguir que la salud pública y el bien común sean los únicos criterios que se tengan en cuenta a la hora de tomar una decisión respecto a la celebración de los Juegos Olímpicos en la fecha prevista.
Cuando una mujer embarazada tiene zika puede transmitir la enfermedad al feto, lo que a su vez puede provocarle microcefalia (algo que confirmaron los expertos el pasado mes de abril, hace sólo dos meses). (3)
La microcefalia, que era una enfermedad considerada rara, ha pasado a tener una incidencia alta en los países en los que se ha hecho endémico el zika.
Sólo en Brasil, donde a día de hoy hay confirmadas 900.000 personas infectadas (aunque se estiman 1,5 millones), han nacido ya 1.500 bebés con microcefalia, una malformación neonatal que se caracteriza por una cabeza de tamaño muy inferior a lo normal debido a un desarrollo anómalo del cerebro. De Brasil nos llegan continuamente sobrecogedoras imágenes de recién nacidos afectados por la enfermedad.
Las consecuencias del virus del Zika son dramáticas para las mujeres embarazadas, y no se limitan a la microcefalia.
Ya no hay tampoco ninguna duda sobre la vinculación de la enfermedad del zika de la madre con el síndrome de Guillain-Barré en el bebé, una afección neurológica rara en la que el sistema inmunitario ataca los nervios periféricos, de síntomas parecidos a la esclerosis múltiple. Hasta ahora este vínculo sólo se intuía, pero no se pudo confirmar hasta el pasado mes de febrero. (4)
Un estudio publicado en The New England Journal of Medicine sobre 88 mujeres embarazadas infectadas indica que en el 29 % de ellas el feto sufría graves malformaciones. Algunos estaban ciegos, otros tenían graves lesiones nerviosas, reducción de la placenta, o estaban muertos. (5)
Por motivos que desconozco, los grandes medios de comunicación no están transmitiendo esta información, y se contentan con citar la cifra de un 1 % de riesgo de microcefalia.
Un segundo estudio publicado en la revista científica Stem Cell el 4 de marzo pasado indica que el virus del Zika actúa específicamente sobre las células nerviosas que van a formar el córtex en el cerebro del bebé, lo que significa que las consecuencias pueden ser aún más graves después del nacimiento, ya que el niño puede nacer sano y desarrollar la minusvalía más tarde. (6)
La posible relación entre el zika y otras anomalías neurológicas no termina ahí. Los científicos están a la espera de confirmar la implicación del zika en enfermedades como la mielitis (inflamación de la médula espinal) o alteraciones cerebrales.
A medida que avanzan en sus investigaciones, más se pone de manifiesto lo poco que aún sabemos.
La OMS acaba de advertir (¡ya en junio!) que los estudios científicos han puesto de manifiesto que la infección intrauterina del virus del Zika puede estar asociada a un nuevo síndrome congénito y provocaría en el feto otros daños cerebrales graves, problemas genitourinarios y de alimentación. (7)
Y no sólo eso. Los médicos brasileños habían considerado hasta ahora que los peores efectos del virus del Zika se producían si la infección tenía lugar durante el primer trimestre de embarazo. Pero en dos casos descritos en nuevos estudios, se produjo la muerte del bebé en el útero de su madre durante la 25ª y la 32ª semana, y otros niños cuya madre se había infectado al final del embarazo mostraron igualmente signos de calcificación en el cerebro y microcefalia.
Los riesgos son simplemente enormes; desproporcionados.
En las zonas en las que esté presente el virus, va a ser peligroso tener un hijo.
Actualmente, y al margen del zika, a quienes desean tener un hijo les preocupa el riego de trisomía del par genético 21, responsable del síndrome de Down, de espina bífida o de otras malformaciones graves, pero éstas no afectan más que a uno de cada mil niños, aproximadamente.
En el caso del zika, si la madre se infecta con el virus, el riesgo de malformación se multiplica …¡por 290!
Pero las mujeres no siempre son conscientes de haber sido picadas por un mosquito. Ni tampoco tienen la seguridad de que la pareja con quien vayan a tener un hijo esté infectada. Como hemos visto, en el 80% de los casos, el virus del Zika puede que no provoque ningún síntoma en la madre ni en el padre, ni siquiera una simple fiebre (por eso la medicina consideraba hasta ahora al zika una enfermedad benigna).
El Comité Olímpico Internacional (COI), para proteger a los atletas, ha puesto a su disposición 450.000 preservativos, más del triple que en los JJOO de Londres. La delegación australiana, por su parte, ha decidido repartir sus propios profilácticos impregnados de gel antiviral.
¿Es eso todo lo que se va a hacer para proteger al mundo de la transmisión del zika?
¿Y qué ocurre con los miles de aficionados que, quizá, mantengan relaciones sexuales en Brasil o sean picados por mosquitos infectados?
El tema no está para bromas.
La OMS ha tenido una idea de última hora. Y el 31 de mayo (¡a apenas dos meses de los Juegos!) ha decido recomendar a los hombres y mujeres que viajen a zonas azotadas por el zika que no practiquen sexo -o lo hagan con protección- al menos durante los dos meses posteriores a su vuelta (doblando su anterior recomendación de un mes de abstinencia) y que ni mucho menos durante ese tiempo se planteen tener un hijo.
Si un hombre que ha viajado tiene síntomas, el periodo de abstinencia recomendado es de seis meses. Y si su pareja está embarazada, tenga el hombre que ha viajado síntomas o no, deben abstenerse de tener relaciones durante todo el resto del embarazo.
Y es que aún no está claro cuánto tiempo puede permanecer el virus en los fluidos corporales, pero un informe ha demostrado que puede vivir en el esperma al menos 62 días después de que se detecten los síntomas, lo cual es mucho más de lo que se pensaba. (8)
Lo que sabemos hoy del zika es apenas la punta del iceberg. No es prudente ni razonable continuar con la programación de los JJOO en este marco de incertidumbre. Y precisamente por eso le pedimos su ayuda, uniéndose con su firma a la petición que vamos a presentar para que se reconsidere la celebración de los Juegos en la fecha y lugar previstos.
El jugador de baloncesto español Pau Gasol ha denunciado valientemente la situación.
En una rueda de prensa celebrada el pasado día 30 de mayo (el día anterior a que la OMS recomendara abstinencia contra el zika), el pivot de los Bulls y de la selección española mostraba su desconcierto por la poca preocupación que muestra el mundo hacia esta gran amenaza de la que aún sabemos tan poco.
El jugador, que escribió un clarificador artículo sobre el tema, confesó que está tan preocupado que se está planteando seriamente no acudir a los JJOO de Río. (9)
“Espero que los comités y las organizaciones sanitarias internacionales informen de la situación real en Brasil para que los atletas tomen sus decisiones con todas las consecuencias. Estoy siendo proactivo para obtener la mayor información posible porque me siento responsable de formar y concienciar a la gente”, explicó posteriormente Pau Gasol en una rueda de prensa. (10)
Es increíble que un gesto tan valiente como el de nuestro jugador, abanderado de la delegación española en los anteriores JJOO, haya sido recibido hasta con burla por parte de algunos. “Si a Gasol le pica un mosquito con zika (…) ni se enteraría y podría seguir siendo el mejor baloncestista”, declaraba como respuesta el jefe de epidemiología de un hospital español.
Cierto. Pero, ¿y si a Gasol le pica posteriormente, ya de vuelta a España, un mosquito de la familia Aedes? ¿y si en lugar de un solo jugador estamos hablando de las cientos de miles de personas que se espera que visiten Brasil en esas fechas? ¿Y si esas personas que viajan a Brasil este verano y se contagian dispersan la enfermedad por el mundo al volver a sus países?
Pau Gasol no es el único en preocuparse por esta situación.
Un grupo de expertos mundiales, encabezado por el profesor Amir Attaran, catedrático de Epidemiología y Salud Pública de la Universidad de Ottawa (Kansas, Estados Unidos) ha dirigido una carta a la OMS pidiendo abiertamente que estos JJOO se pospongan o se organicen en otra parte. (11)
Son voces muy cualificadas y sus argumentos son de un enorme peso. “Con medio millón de personas acudiendo a Río para los Juegos, que vienen de cada rincón del mundo, se abre la posibilidad de que una persona de cualquier lugar se infecte”, aseguran. Les preocupan sobre todo los visitantes que procedan de entornos proclives para la difusión del virus (como India o África Central, pero sin olvidar todos los países –por ejemplo España- que cuentan con poblaciones de mosquitos capaces de diseminar el virus).
Los firmantes de la carta son profesores, investigadores y científicos especializados en epidemiología, salud pública, medicina comunitaria, ética, bioética, investigación de emergencias y desastres, medicina materno-infantil, microbiología e inmunología, entre otras. De todas las partes del mundo, desde Estados Unidos, Canadá, Israel, España, México, Rusia, Inglaterra, Thailandia, Sudáfrica, Turquía… e incluso del propio Brasil, el país teóricamente más interesado en seguir adelante con los Juegos. Y no dejan de sumarse nuevos firmantes.
“Hay que aplazar los Juegos: el zika se contagiará por vías insospechadas”, afirman todos a una.
Su voz debe tenerse en cuenta.
Cuando la OMS declaró el zika emergencia internacional, aún no estaba demostrada científicamente su vinculación con la microcefalia ni el síndrome de Guillain-Barré. Tampoco que se transmitiera por vía sexual. La información con la que vamos contando es más alarmante cada día que pasa. Ahora las grandes preocupaciones son las transfusiones sanguíneas como vía de transmisión, los trasplantes de órganos, el control de las poblaciones de mosquitos que actúan como vectores (y la mutación de los mosquitos, cada vez más adaptados y resistentes… ¡ya están circulando 40 cepas diferentes!) así como avanzar en el rápido diagnóstico y el control de los embarazos de riesgo.
Y otra gran duda que planea de fondo: la incertidumbre. ¿Por qué a veces la infección cursa sin síntomas y otras veces sí los produce? ¿Por qué en ocasiones el virus tiene en el feto consecuencias tan devastadoras y otras veces no se transmite de la madre al hijo?
Es más lo que ignoramos que lo que sabemos.
No hay apenas investigación científica en torno al zika. Los científicos trabajan contra reloj en una vacuna, en tratamientos (inalcanzables a corto plazo), en formas de controlar la difusión de la enfermedad (por ejemplo, mediante la suelta masiva de mosquitos macho esterilizados) y en conocer más a fondo el virus y sus efectos en el ser humano. Las grandes publicaciones científicas están compartiendo todos sus ensayos y artículos en torno al virus para ayudar a la comunidad científica de forma global.
Pero no llegamos a tiempo.
Cuando se declaró la emergencia internacional por zika se habían detectado casos en 24 países. Hoy, más de 61 países y territorios han informado de casos autóctonos (es decir, contagios producidos en el país, no en un viaje al extranjero).
No hay vacunas. No hay tratamiento. Sólo hay un gran desconocimiento.
Seguir adelante con la celebración de los JJOO en las circunstancias en las que nos encontramos hoy en día es una absoluta temeridad.
¡Un acontecimiento público de estas dimensiones, en mitad de una crisis de zika sin precedentes y que se celebra en un país que se enfrenta a graves problemas económicos y sociales es una irresponsabilidad desde la perspectiva de la salud pública!
¡Y no hay argumentos deportivos –ni económicos- que lo justifiquen!
Si somos millones las autoridades tendrán que replantearse con nuevos argumentos la celebración de los Juegos en el marco de la epidemia de zika. Por eso debemos firmar todos esta petición y difundirla lo más posible.
Es llamativo que sea un atleta, Pau Gasol, quien haya tenido que dar la cara por la salud y la seguridad, no sólo suya y del resto de los deportistas, sino del mundo en general. Otros nombres han empezado a mostrar su preocupación. La número uno del tenis mundial Serena Williams también ha declarado estar preocupada, como también el ciclista Tejay Van Garderen, la futbolista Hope Solo o el jugador de baloncesto español Rudy Fernández.
Nadie duda que por mucho que las autoridades brasileñas estén trabajando en limpiar la villa olímpica y las instalaciones deportivas de zonas de cría de mosquitos, por mucho que se prevenga a los visitantes que tienen que evitar ser picados por mosquitos, y por muchos preservativos que se repartan, muchos de quienes viajen a la ciudad carioca volverán infectados a sus países. Y muchos ni siquiera lo sabrán.
El riesgo es global. La OMS elevó a mediados del pasado mes de mayo el riesgo de contagio por zika en 18 países de Europa de “leve” a “moderado”, en especial en los países en los que están presentes mosquitos de la familia Aedes. En ese nivel de riesgo se encuentra ya España y también Francia, Italia, Turquía y Grecia, entre otros. (12)
Por supuesto que cancelar o retrasar los JJOO no significa que no vayan a seguir existiendo movimientos de viajeros a países con zika. Pero es evidente que no tantos ni de forma tan concentrada.
¿De verdad es necesario sumar a esta situación y a toda esta incertidumbre la celebración de los JJOO?
Según un análisis genético del virus del Zika que está haciendo estragos en Brasil, lo habrían traído de Oceanía unos atletas de las islas del Pacífico llegados a Río para el sexto campeonato del mundo de piragüismo en agosto de 2014. (16)
De una manera tan simple.
Y hace apenas unos días la OMS confirmó que la misma cepa del virus de zika que asola Sudamérica acaba de llegar por primera vez a África, concretamente a Cabo Verde. “Es una nueva prueba de que el brote se está extendiendo más allá de Sudamérica y está a las puertas de África”, declaraba la OMS. (17)
De lo que no hay ninguna duda es que de los miles y miles de personas de todo el mundo que irán a Brasil y luego volverán a sus países, algunas llevarán con ellas el virus del Zika, lo que será el preludio de una pandemia planetaria. Les habrá picado un mosquito infectado, o habrán sido infectados por vía sexual, y se convertirán así en portadores, transmitiendo el zika a otras personas, y luego la expansión puede ser exponencial.
Y muchos de ellos ni siquiera lo sabrán, pues como hemos visto hasta el 80 % de las personas infectadas no presenta síntomas, y aún no se sabe cuánto tiempo puede estar el virus en su organismo (y por lo tanto, pueden ir contagiando a otras personas).
Y siguen los preparativos de los Juegos Olímpicos en Río como si no pasase nada. Y aunque en Brasil en agosto no es verano, los investigadores tienen claro que la transmisión de los virus del zika, chikungunya y dengue en Brasil puede ocurrir durante todos los meses del año, sobre todo en el caso de personas que carecen de inmunidad por no haberse enfrentado nunca antes a la presencia del virus.
De hecho, el año 2014 tuvo lugar un importante brote de chikungunya en Bahía (Brasil) en los meses de agosto y septiembre (justo cuando este año se celebran los Juegos…). “Esto sugiere la posibilidad de transmisión del zika fuera de los periodos típicos de brotes de virus en una población sin inmunidad”, aseguran los científicos. (18)
Y no olvidemos que los visitantes que acudan a Río este verano (los JJOO se celebrarán entre el 5 y el 21 de agosto, a los que siguen los Juegos Paralímpicos del 7 al 17 de septiembre) carecen por completo de esa inmunidad.
En caso de extenderse más aún la epidemia al terminar los JJOO, podría haber decenas de miles de muertes de neonatos y millones de niños con minusvalía, por lo que muchas parejas puede que decidan (legítimamente) que el riesgo de tener un hijo es simplemente demasiado grande. Además, una vez instalada, nadie puede asegurar que la epidemia desaparecerá por sí sola. Podrá formar parte del paisaje para siempre, haciendo que la perspectiva de tener hijos resulte de lo más inquietante. Y si eso se mantiene supondría un descenso de la población mundial, poniendo en riesgo el relevo generacional.
¿De verdad las autoridades sanitarias y deportivas de las que dependen las decisiones relativas a los JJOO no ven la magnitud del problema? Si presionamos todos juntos, podremos obligar a las autoridades deportivas y sanitarias a que reconsideren su postura. Por eso necesitamos tanto su firma.
El pasado mes de marzo, la publicación científica International Journal of Infectious Diseases publicó un estudio de revisión llamado “La rápida expansión del virus de zika en el continente americano – Implicaciones de salud pública en la preparación de eventos de masas durante los Juegos Olímpicos 2016”. (19)
En él, los científicos, tras analizar exhaustivamente los patrones de contagio en eventos de este tipo, la situación del virus del zika y todos los datos clínicos disponibles hasta el momento, deslizaban una frase cuanto menos inquietante:
“Nuestra esperanza es que los Juegos Olímpicos no se vean afectados por brotes de la enfermedad y que la amenaza percibida de una posible propagación internacional del virus del zika desde Brasil no llegue a materializarse”.
Todos tenemos esa misma esperanza pero… ¿es suficiente con un simple deseo? ¿basta con cruzar los dedos?
Esperamos mucho más de las autoridades de quienes depende la salud pública.
¿Compensa el riesgo con tal de celebrar los JJOO a toda costa, sin las suficientes garantías de seguridad? Desde luego que no.
Por supuesto que cancelar la celebración de los JJOO en la fecha programada es una decisión difícil. En juego están los sueños de muchos deportistas, que llevan años preparándose al más alto nivel para ese momento, así como el trabajo de las delegaciones deportivas de 206 países. Y también muchos intereses económicos (prueba de ello es que Brasil, que tiene puestas grandes esperanzas económicas en el acontecimiento como país anfitrión, es el primero en minimizar el riesgo).
Pero lo que sobre todo está en riesgo es la salud en el mundo entero. Y no es exageración ni catastrofismo, sino simple realismo. Y ese es el interés que debería primar por encima de cualquier otro.
No estamos pidiendo que se cancelen definitivamente los JJOO; sólo que sea la salud pública el único criterio que se tenga en cuenta a la hora de decidir mantener o cancelar la celebración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en la fecha prevista. Y, si es necesario, que se aplacen. Para dar tiempo a los investigadores a saber más sobre esta enfermedad y, por lo tanto, a prevenir el contagio y luchar contra su propagación.
Es la decisión más responsable. La única sensata, en realidad. Lo están diciendo científicos de todo el mundo. Y hasta los deportistas, que llevan años soñando y preparándose para esta cita.
Después, podrá volver a ponerse fecha a los Juegos Olímpicos, o podrá decidirse su reubicación en otro lugar.
Por eso le pedimos que firme esta petición para solicitar a las autoridades sanitarias y deportivas que se replanteen la fecha de celebración de los JJOO hasta que puedan celebrarse con absoluta seguridad.
Científicos, deportistas, médicos… pero sobre todo ciudadanos. De todo el mundo. Si somos millones quienes firmamos, las autoridades no podrán ignorarnos. Para ello debemos firmar inmediatamente esta petición todos y cada uno de nosotros y difundirla lo más posible.
Cuento con usted para que la firme y para que reenvíe este mismo e-mail lo antes posible a todos sus contactos.
La llama Olímpica sólo debe ser encendida para transmitir cultura y amor milenario por el deporte, para unir pueblos y fomentar la paz entre ellos; pero jamás para poner en riesgo la salud de millones de personas.
Muchísimas gracias de antemano, en nombre de la salud de todos.
El Equipo de Tener S@lud.
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