Si yo fuera mujer, desde hoy mismo y hasta final de verano tomaría el complemento del que voy a hablarle.
Y es que las mujeres son las principales víctimas de las infecciones urinarias, aunque a partir de cierta edad tampoco los hombres logran escapar a este problema.
Las infecciones urinarias son muy molestas y dolorosas, y si no se tratan con rapidez, las bacterias que las ocasionan llegan a colonizar las vías urinarias y terminan provocando serios problemas, sobre todo si llegan a los riñones. Además, es muy fácil que se conviertan en recurrentes. Quien ha tenido una, es muy probable que repita, y repita, y repita…
Para tratarlas se suele recurrir a antibióticos (el más conocido de ellos es la fosfomicina, que se vende como genérico o comercializado como Monurol), un medicamento que en estas fechas se vende como churros en las farmacias. Su función es “neutralizar” la bacteria Escherichia coli, causante de estas infecciones.
Pero en un 20% de los casos, tras un tratamiento con antibióticos, los largos filamentos de los colibacilos vuelven a salir de las células, lo que genera un nuevo episodio infeccioso. Se entra entonces en un círculo de sobreinfecciones exponencial, en el que además las bacterias son cada vez más resistentes.
Además, los antibióticos atacan y destruyen tanto las bacterias patógenas como otras bacterias “buenas”, llevando a un desequilibrio que empeora las cosas.
De ahí la importancia de prevenir estas recidivas. Y, si usted ha tenido la gran suerte de no sufrir nunca una infección urinaria, asegurarse de que no le vaya a pasar ahora.
En verano son muy frecuentes por el calor y la humedad, especialmente tras los baños en piscinas y playas al mantenerse el bañador húmedo, lo que favorece estas infecciones.
Así que para qué andarnos con rodeos. Mi propuesta es esta:
Si quiere pedir ya el complemento que hoy le recomiendo, puede hacerlo directamente aquí.
Ahora le hablaré de por qué funciona tan bien, pero antes déjeme contarle por qué las infecciones urinarias se han convertido en la pesadilla de las mujeres, y más aún en verano.
La orina se compone en un 96% de agua, además de sales y de componentes orgánicos. Es un líquido absolutamente estéril.
El sistema urinario es un medio naturalmente hostil para las bacterias. La pared de la vejiga contiene células inmunitarias, así como sustancias antibacterianas, y el flujo urinario permite expulsar regularmente los bacilos que intentan subir hacia la vejiga y los riñones. Pero, a pesar de disponer de todas estas líneas de defensa, a veces las bacterias consiguen colonizarlo.
La frecuencia con la que se sufren las infecciones de orina depende mucho del sexo y la edad. En el caso de las mujeres, la proximidad entre el ano y el orificio externo de la uretra facilita enormemente la llegada de las bacterias intestinales provenientes del recto. Además, la uretra femenina mide apenas 4 cm, con lo que las bacterias tienen poco camino que recorrer antes de llegar a la vejiga.
¿Conclusión? Una mujer de cada dos padece al menos una infección de orina en su vida y cerca del 3% de las mujeres padecen una cistitis cada año.
En el caso de los hombres, el menor número de infecciones se explica principalmente por la longitud de su uretra (20 cm). Además, la acidez de sus secreciones prostáticas es antibacteriana.
No obstante, a partir de los 50 años el riesgo de infección de orina aumenta también para ellos con la aparición de los problemas de próstata, que impiden a la vejiga vaciarse completamente. Moreleja: si usted es hombre y se encuentra en ese tramo de edad, más aún si tiene problemas de próstata, este complemento también es para usted.
A muchos les parecerá increíble que allí donde los antibióticos están demostrando sus puntos débiles sea la naturaleza quien tenga la solución definitiva. Para mí, por supuesto, esto no es sorprendente, pero es que en el caso de las infecciones urinarias (sobre todo para prevenirlas y evitar que se conviertan en recurrentes), los principios activos de los que voy a hablarle son simplemente fabulosos.
Si quiere olvidarse para siempre de las infecciones urinarias deberá apoyarse en cuatro plantas que ejercen un efecto sinérgico y que trabajan en una misión común: reforzar la salud del aparato urinario en general, ayudando a prevenir y tratar infecciones en esta sensible zona.
► Arándano rojo: antibacteriano y diurético
Conocido desde hace décadas al otro lado del Atlántico, el arándano rojo se consume allí como remedio tradicional contra las infecciones urinarias. Esta propiedad se reconoce en Europa desde 2004, tras el reconocimiento oficial por parte de la agencia francesa de seguridad alimentaria (AFSSA). (1)
Las bayas de arándano rojo deben sus propiedades a varias moléculas, como son el ácido hipúrico, la fructosa, la vitamina C y las proantocianidinas. Un estudio demostró que estas últimas actúan casi como un antibiótico, evitando la adhesión de las bacterias de E. coli a las células epiteliales de la pared de la vejiga urinaria y modificando la composición química de la orina. Por lo tanto, el consumo de arándanos rojos es especialmente eficaz tanto para prevenir y aliviar las infecciones urinarias como para evitar las recidivas. (2) (3)
Recientes ensayos han mostrado además que sus efectos “antiadhesión” son inmediatos y duraderos, ya que se dejan notar dos horas después del consumo y pueden durar hasta diez horas.
Y eso no es todo. Un estudio sobre mujeres con problemas de reinfecciones urinarias a las que se hizo un seguimiento durante un periodo de doce meses demostró que el arándano rojo reduce un 40% el riesgo de infecciones recurrentes, algo que corroboró otro estudio canadiense. (4) (5)
Por eso la recomendación es que no espere a que aparezca la infección para tomar arándano rojo, sino que es preferible anticiparse y prevenirla tomándolo durante al menos un mes consecutivo y, si usted es propensa o ya ha sufrido una infección, dos o tres veces al año. Póngase manos a la obra sin miedo, porque a diferencia de lo que ocurre con los antibióticos, que las bacterias se vuelven resistentes a ellos, los compuestos antibacterianos del arándano rojo no tienen ese efecto y además actúan sobre un 80% de las bacterias que ya se hicieron resistentes a los antibióticos.
► Brezo: drenante y antiinflamatorio
Esta planta, también conocida como calluna o brecina (Calluna vulgaris) es un extraordinario remedio frente a afecciones renales y de vejiga. En la actualidad también están reconocidas científicamente sus propiedades diuréticas, su efecto antiséptico urogenital y su acción antiinflamatoria (que se debe a la presencia de flavonoides y taninos en su composición). Alivia de forma muy rápida los dolores que acompañan a las afecciones urinarias bajas.
Por lo tanto, el brezo está especialmente indicado contra la cistitis, la colibacilosis y también para combatir las inflamaciones de la uretra y de la próstata. Su efecto es especialmente acusado si se combina con el arándano rojo.
Pero eso no es todo. El brezo contiene además arbutósido, que posee propiedades antibacterianas cuando se transforma en el riñón en hidroquinona. Se ha demostrado que el arbutósido mata ciertas bacterias de la orina como la Escherichia coli y la Staphylococcus aureus (6).
El brezo libera su principio antiinfeccioso exactamente donde se requiere, lo que lo convierte en un antiséptico urinario e intestinal de primera. Además, aumenta la diuresis, una propiedad de gran utilidad para favorecer la eliminación de las toxinas y el exceso de ácido úrico y de ácido oxálico que se encuentran principalmente en la orina en episodios de cistitis.
► Grama: diurética y calmante
La grama es una planta muy popular por sus beneficios para el aparato urinario en general y contra la gota, algo de lo que da fe su utilización ancestral.
La grama es muy rica en fructosanos, por lo que es muy recomendable utilizarla junto a las dos plantas anteriores en caso de infección urinaria, dado su efecto estimulante de la diuresis (8).
Por lo tanto, como el arándano rojo y el brezo, actúa sobre las infecciones urinarias y al mismo tiempo sobre los riesgos de recidiva.
El estadounidense RD Hagin expuso el gran contenido de 5-OH-triptófano presente en la grama. Este precursor metabólico de la serotonina (uno de los principales neurotransmisores), interviene en la gestión del sueño, el dolor y el estado tímico, por lo que es especialmente beneficiosa en crisis inflamatorias causadas por la infección urinaria.
► Ortiga blanca: remineralizante y reconstituyente
La ortiga blanca viene a poner la guinda en la prevención y tratamiento de las infecciones urinarias.
Contiene numerosos minerales (calcio, cloro, magnesio, fósforo, manganeso, potasio, azufre, zinc y muy en especial hierro y silicio) así como vitaminas (en concreto las B2, B5, B9, C, E y la provitamina A), lo que en sí mismo la convierte en un excelente apoyo en el tratamiento de las infecciones urinarias. Pero si a eso le añade su contenido en fitoesteroles y fenoles, que favorecen también la eliminación renal, el tratamiento y la prevención de la formación de cálculos renales y la limpieza de las vías urinarias, entenderá que no podía faltar en un tratamiento verdaderamente eficaz frente a estas infecciones.
Hay que decir que su acción diurética es diferente a la de la grama. De hecho, estimula la diuresis solamente si hay sobrecarga de desechos nitrogenados que deban eliminarse, estimulando el sistema ácido-base, lo que implica mayor acidez en la orina y la consecuente excreción del exceso de desechos nitrogenados. Una vez concluida la eliminación de los desechos, entran en juego sus propiedades tónicas y regeneradoras, por lo que la ortiga blanca es imprescindible para la salud del aparato urinario.
Si usted es hombre, debe saber que la ortiga blanca estimula y refuerza la próstata en hombres afectados por hipertrofia benigna de próstata (fases I y II) y alivia los diferentes problemas urinarios ligados a esta afección (9).
Como ha visto, cada una de estas plantas posee activos naturales con propiedades únicas. Aunque en apariencia en algunos casos sus propiedades resultan similares, tenga la seguridad de que no se solapan, sino que por el contrario lo que hacen es combinarse, lo que logra una acción mucho más eficaz y duradera.
Estas cuatro plantas son desde mi punto de vista el “dream team” contra las infecciones urinarias. Pero como siempre digo, a la hora de decantarse por un complemento (o incluso si se quisiera optar por otra forma de administración, como infusiones, etc.), es imprescindible conocer la fuente de extracción y las dosis de principio activo.
Por eso hoy he seleccionado un producto que trabaja con extractos naturales y una buena concentración de los principios activos, además de una combinación “inteligente” de éstos, para conseguir la máxima eficacia. La sinergia de los principios activos es una información adicional que se da al cuerpo, algo así como las instrucciones para decirle dónde y cuándo deben actuar, pero sin interactuar. En gran parte la eficacia de un complemento se debe precisamente a esta función sinérgica.
El producto que hoy le recomiendo trabaja con una correcta combinación de 74 mg de arándano rojo, 62 mg de grama, 40 mg de ortiga blanca y 24 mg de brezo. Su fórmula galénica es muy avanzada, con una cápsula en formato “microgránulos” que libera los principios activos durante 8 horas.
Basta tomar una sola cápsula al día para obtener todos los beneficios que le he dicho, protegiendo su sistema urinario de las infecciones y recaídas, y es imprescindible para acompañar a un tratamiento convencional si ya se ha puesto en tratamiento. Y además actúa desde la primera toma.
Pídalo ahora en este enlace y su aparato urinario se lo agradecerá.
Fuentes:
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El médico investigador Uffe Ravnskov (nacido en 1934 en Dinamarca), publicó en la revista The Lancet del 05 Mayo 1984, su comprobación en 50 mujeres, de que la mayor parte de las veces las molestias urinarias (cistitis, uretritis) eran causadas por el uso de JABÓN, no por las BACTERIAS. El jabón es el que irrita la mucosa urinaria. Las bacterias a veces están y otras veces no están.
Muchas veces los problemas de salud no se solucionan haciendo cosas nuevas, sino abandonando viejas costumbres dañinas. La cafeína y la nicotina también irritan a la mucosa urinaria. Usamos jabón en los genitales por MIEDO a la infección («Peor el Remedio que la Enfermedad que se quiere prevenir») y por MIEDO a ser rechazado por oler mal.