Un reciente estudio ha señalado que las experiencias traumáticas acaban afectando a la salud cardiovascular, hasta el punto de que pueden ser responsables de enfermedades del corazón.(1)
Dado el alto número de mujeres postmenopáusicas que se ven afectadas por enfermedades del corazón, este estudio pretendía llenar el hueco que había en la investigación sobre el impacto de las experiencias traumáticas en la salud del corazón, y que afecta especialmente a las mujeres. Sobre todo durante esta etapa de transición que es la menopausia, que es cuando el riesgo de enfermedad cardíaca es más alto y cuando hay un mayor deterioro en la función del endotelio (el revestimiento interno del corazón y de los vasos sanguíneos).
La nueva investigación contó con 272 mujeres no fumadoras perimenopáusicas (período en el que la menopausia se instala y desarrolla) y postmenopáusicas. Gracias a estas voluntarias pudo comprobarse que las mujeres que habían vivido tres o más experiencias traumáticas a lo largo de su vida tenían un endotelio más débil, lo que hacía que fueran más susceptibles a sufrir problemas cardiovasculares.
Entre las situaciones que se consideraban como experiencia traumática se encontraba el fallecimiento de un hijo, ser víctima de acoso sexual, abusos físicos o robo, haber sufrido un accidente de coche o haber sido testigo de un desastre natural.
Fuente: Rebecca Thurston: “Multiple sources of psychosocial disadvantage and risk of coronary heart disease”. North American Menopause Society (NAMS). 2017
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