De todos los nutrientes esenciales para el organismo, la vitamina C (o ácido ascórbico) es uno de los más importantes, conocidos y estudiados. Y, por qué no decirlo, seguramente también sea el más famoso.
Desde saludnutricionbienestar le hemos contado sus beneficios para la salud en más de una ocasión, bien como protagonista de nuestros e-mails bien por alusiones desde otros compuestos y alimentos que incluyen vitamina C en su composición.
Aunque la lista es larga, es probable que ya conozca el “batallón” de increíbles propiedades saludables que atesora: fortalece el sistema inmunológico, es antioxidante y combate los radicales libres, favorece la salud cardiovascular y la regeneración de huesos y tejidos, facilita la absorción del hierro, evita el envejecimiento prematuro y las enfermedades degenerativas, previene la arteriosclerosis y la hipertensión, es necesaria para la síntesis del colágeno, la carnitina y algunos neurotransmisores…
Puede que también sepa que el ser humano es incapaz de sintetizar la vitamina C, por lo que debe obtenerla a través de los alimentos. La dosis mínima en adultos para no sufrir carencia es de 60 mg por día, pero, según los estudios, para garantizar una verdadera protección de la salud y la prevención de algunas enfermedades se necesitarían al menos 1.000 mg, que no pueden alcanzarse sólo mediante la alimentación. (1)
Un modo de vida estresante, las enfermedades, la contaminación, el tabaco, las técnicas de producción agrícolas y los malos hábitos alimentarios generan un mayor déficit de vitamina C, que hace indispensable un aporte extra en forma de complementos nutricionales.
En resumen, ya sabe QUÉ es la vitamina C y CÓMO tomarla.
Pero lo que probablemente no sepa (y aquí sí que puedo ayudarle) es CUÁL es la vitamina C ideal para su organismo.
Voy a darle las claves para que sepa elegir el complemento con la vitamina C que realmente necesita, la que más y mejor trabaja para su salud.
Le aconsejo que las siga a rajatabla si se quiere beneficiar de todo el potencial que tiene la vitamina C y que no siempre ha podido aprovechar.
Mi primer consejo es algo tan obvio como buscar en la etiqueta el origen de la vitamina C, precisamente porque no siempre se hace. En función de su procedencia y elaboración, podrá encontrarse con vitamina C natural, química, sintética (mezcla de las dos anteriores) o de síntesis natural, mezclando el contenido de frutas y el contenido real de vitamina C.
En este punto, está claro que la vitamina natural siempre será la primera recomendación. Y debo insistirle en que lea bien las etiquetas y compruebe el origen de la vitamina C si no quiere que le den gato por liebre, ya que la reglamentación autoriza la declaración “natural” cuando el complemento contiene tan sólo un 10% de extractos naturales, lo cual es demasiado poco para un efecto óptimo. (2)
La sabiduría popular ha asociado desde siempre el zumo de naranja natural a la prevención de catarros y resfriados y al tratamiento de estados carenciales.
Por eso es normal que usted crea que consume suficiente cantidad de vitamina C a través de los cítricos (naranjas, mandarinas, limones y pomelos) y otras frutas como la piña o el kiwi. Y que éstas son las frutas que mayor cantidad de vitamina C le aportarán.
Pero no es exactamente así.
En la naturaleza existen frutas con mucho mayor contenido de vitamina C, hasta 10, 20 e incluso 30 veces más.
Efectivamente, la acerola (Malpighia emarginata o Malpighia glabra), un fruto de origen tropical similar a nuestras cerezas, presenta una concentración de vitamina C ¡hasta 30 veces mayor que la naranja! (1.745 mg por 100 g de acerola). También es rica en vitamina B6, B1 y A, así como en flavonoides y minerales (hierro, calcio, fósforo, potasio y magnesio). (3)
Otra de las ventajas de la vitamina C de la acerola es que es bioasimilable, lo que garantiza su eficacia y facilita su asimilación por el organismo.
Además, la acerola, como fruta o complemento a base de ella, es muy segura, los efectos secundarios son casi inexistentes (raras diarreas en caso de sobredosis debidas a su efecto desintoxicante), y no tiene ningún tipo de contraindicación.
Como encontrar acerolas frescas en la frutería no es fácil y, en el caso de hacerlo, el ácido ascórbico no sería totalmente eficaz, pues pierde sus propiedades si se expone al aire o al calor, la mejor forma de aprovechar la vitamina C de esta fruta es en forma de complementos nutricionales.
Es fundamental que sepa diferenciar entre el contenido de fruta y el contenido de vitamina C que hay en un complemento. En este sentido, de nuevo le remito a las etiquetas y le sugiero que lea detenidamente la letra pequeña de su composición.
La mayoría de los complementos que puede encontrar en las tiendas y farmacias anuncian 500 mg de vitamina C, cuando en realidad se trata del peso del comprimido, en el cual el contenido de vitamina C (la mayoría de las veces sintética) sólo es realmente de alrededor de 120 mg.
Esto explica su falta de eficacia en el organismo.
Por tanto, debe centrar su búsqueda en los complejos que proponen un contenido real de vitamina C de origen natural.
Conclusión: debido a las grandes variaciones en la composición de los complementos de vitamina C, le aconsejo que centre su atención en el origen, en las frutas de las cuáles se extrae y en la concentración de sus principios activos.
Como la alimentación no basta para suministrarnos la dosis indispensable para el buen funcionamiento de nuestro organismo, y atendiendo a esas tres variables, la mejor vitamina C que usted puede encontrar en forma de complemento es la que proviene de la acerola, en estado natural y en la proporción aconsejada.
Si la vitamina C es una excelente fuente de salud, la que proviene de la acerola suma nuevas propiedades, multiplica sus efectos beneficiosos y es preventiva y curativa a la vez.
Aunque sea en pequeñas cantidades, la vitamina C puede proteger nuestro organismo de los daños ocasionados por los radicales libres, responsables del envejecimiento celular, generados por la exposición a toxinas y contaminantes (ciertas quimioterapias, medicamentos, contaminación, humo del tabaco, etc.), así como de los efectos nocivos de la radiación UVB sobre la piel. (4)
La vitamina C también participa en la activación de otros antioxidantes importantes, como por ejemplo la vitamina E. (5)
Su rol en el refuerzo de las defensas naturales ha sido demostrado ampliamente: la vitamina C estimula la producción y la función de los leucocitos (glóbulos blancos), esenciales para el sistema inmunitario. Simultáneamente, su acción antioxidante protege a estos mismos glóbulos de los daños oxidativos. (6) (7) (8)
Por otro lado, la vitamina C es conocida por aumentar los niveles de interferones, las proteínas producidas naturalmente por el sistema inmunitario. Son utilizadas en particular en el tratamiento de enfermedades virales, puesto que inhiben la replicación de los virus en las células. (9)
Su acción estimulante es muy beneficiosa para el sistema nervioso, puesto que favorece la producción de la noradrenalina y de la dopamina, neurotransmisores responsables de la cognición (atención y concentración), la motivación y la formación de las ideas positivas.
También permite evitar o frenar la depresión, que es además el primer síntoma de carencia de vitamina C. Tanto es así que hay estudios que han puesto de relieve que aumentar la dosificación de vitamina C permite limitar los daños oxidativos responsables de la depresión. (10)
El rol de la vitamina C como cofactor está vinculado principalmente a su potencial de oxidación-reducción.
Numerosos estudios demuestran la correlación entre un aporte elevado de vitamina C y la reducción de los riesgos o la disminución de ciertos síntomas de las enfermedades cardiovasculares, los cánceres, la enfermedad de Alzheimer, la diabetes, el asma, el resfriado, etc. (11) (12) (13)
La investigación científica también sugiere que la vitamina C participa en el metabolismo del colesterol y de los ácidos biliares, lo que puede tener repercusiones en los niveles de colesterol en la sangre y los problemas gástricos.
Por último, la vitamina C aumenta la biodisponibilidad del hierro procedente de los alimentos mejorando su absorción intestinal.
Al participar en la formación del colágeno, la vitamina C de la acerola ayuda a reforzar la estructura de los huesos, los cartílagos, los vasos y la piel. (14)
También es recomendada a los deportistas, dado que favorece la resistencia física y participa en el aumento de masa muscular. Y asimismo ayuda a la recuperación después del esfuerzo. (15)
Como siempre, la pregunta del millón es qué complemento elegir.
Basta echar un vistazo por tiendas especializadas o internet para saber que la oferta de complementos de vitamina C es abrumadora, y difícilmente podría estudiar y compararlos todos. Como le he dicho, yo he atendido especialmente a su composición, distinguiendo entre las vitaminas C de origen natural, químico o sintético, y entre el contenido de frutas y el contenido real de vitamina C. Y la verdad es que la mayoría de los complementos no eran realmente lo que parecían.
En cualquier caso, mi propuesta es clara: un complemento a partir de vitamina C procedente de la acerola (como no podía ser de otra manera) y de origen natural. Pero, ¡ojo! Si la acerola es la fruta que contiene más vitamina C del reino vegetal, también es cierto que un arbusto de la amazonia peruana conocido como camu camu (Myrciaria dubia) le ofrece ¡más de 20 veces el aporte de las naranjas!
Así que el complemento que he elegido para usted es una combinación de las dos frutas con el mayor contenido en vitamina C y le ofrece una alta biodisponibilidad para asegurar que su organismo la absorba correctamente.
Pero lo mejor, como le he insistido en varias ocasiones hoy, lo encontrará en su etiqueta.
Si la lee con detenimiento descubrirá que una cápsula de este complemento al día le aporta 242 mg de acerola (esto supone unos 42 mg de vitamina C natural) y 168 mg de camu camu (lo que suma otros 84 mg de vitamina C natural). Una concentración de vitamina C exclusivamente natural difícil de encontrar en otros complementos; prácticamente podríamos hablar de ¡una supervitamina C!
Por tanto, según sus necesidades y la riqueza en frutas y verduras frescas de origen ecológico que usted incluya en su alimentación, la recomendación es tomar 1 ó 2 cápsulas al día con el objetivo de:
=> Apoyar las defensas naturales.
=> Ayudar a la prevención y la curación de las infecciones, así como mejorar en estados de convalecencia (tras catarros, gripes o resfriados).
=> Favorecer el equilibrio nervioso y combatir el estrés.
=> Favorecer la cicatrización de heridas y tejidos (incluso tras una intervención quirúrgica).
=> Luchar contra el envejecimiento prematuro de las células y la piel gracias a su potente acción antioxidante.
=> Reducir la sensación de cansancio y fatiga.
De entre la amplísima oferta de complementos de vitamina C, éste que he seleccionado es el más eficaz y perfectamente asimilable por el organismo. Su fórmula exclusiva asegura la acción sinérgica de los principios activos brindando una acción óptima. Además puede tomarlo con total tranquilidad, ya que no es excitante ni tiene efectos secundarios indeseables ni contraindicaciones.
Le garantizo que es la mejor vitamina C (y a un precio muy ajustado teniendo en cuenta que es toda natural) que puede encontrar.
Si lo desea, puede comenzar a beneficiarse ya de ella en este enlace.
******************************
Fuentes:
Sato Y, Uchida E, Aoki H, Hanamura T, Nagamine K, Kato H, Koizumi T, Ishigami A.PLoS One. 2017; 12(1):e0170438. Epub 2017 Jan 23.
Int J Biol Macromol. 2017 Nov 20. pii: S0141-8130(17)33233-6
Artículos relacionados
Me ha encantado.
Yo soy fan de la acerola y desde que la usamos en la familia mantenemos los resfriados en raya. Este año todavía no nos ha afectado
Saludos,
Sonia
Me gustaría saber cuál es la cantidad recomendada de vitamina C, lo digo porque he leído que la cantidad recomendada para un varón adulto es de 95 mg y si excedes esta cantidad se puede convertir en oxalato y por tanto cálculos renales que yo ya he sufrido en varias ocasiones ¿Que me pueden decir al respecto?