Estoy seguro de que le ha pasado alguna vez. Se encuentra en una reunión y el ambiente está que arde. Tiene que defender su proyecto y siente que está perdiendo cancha; habla más alto, interrumpe a un compañero con un gesto que demuestra que está cada vez más tenso… él a su vez sube el tono de voz y usted gesticula en su dirección, de manera que todo el mundo vea quién lleva razón.
En ese momento ya no es usted el que está hablando. Su cuerpo y su boca van por libre; Literalmente se encuentra fuera de sí.
En términos de neuroquímica (la química del cerebro), está siendo víctima de un secuestro. ¡Su cerebro se encuentra en manos de piratas del aire!
En las situaciones de mucho estrés, de miedo o de provocación, una hormona, que también es un neurotransmisor (que activa la comunicación entre las neuronas y las células nerviosas) inunda el cerebro: se trata del cortisol.
Las funciones del cerebro que están vinculadas a la razón, la reflexión, la prudencia y la compasión quedan temporalmente bloqueadas. Y la amígdala, nuestro cerebro emocional, toma el control. El cuerpo produce sustancias químicas para protegerse de la vergüenza y la pérdida de credibilidad y, por consiguiente, se vuelve incapaz de regular sus emociones o de gestionar la diferencia entre sus expectativas y la realidad.
Presa del pánico, tan sólo cuenta con cuatro actos reflejos entre los que elegir: la lucha (continuar el conflicto), la huida (entregarse a la decisión del grupo), el silencio (abandonar la partida y callarse) o la paz (reconciliarse con el rival quedando completamente sometido a él).
Cualquiera de estas opciones es mala, ya que excluye el hecho de que la información y opinión de cada uno se pueda compartir y tener en cuenta de manera honesta y útil por parte de todos. Sin embargo, después de trabajar 18 años en empresas de todos los tamaños, puedo decirle que la reacción de la lucha es, con diferencia, la que más perjudica a su carrera profesional y a su relación con los compañeros. Por desgracia, también es la más frecuente.
Ello se debe a otro fenómeno neuroquímico. Y es que cuando discutimos y “ganamos”, nuestro cerebro es invadido por la adrenalina y la dopamina, dos hormonas que nos proporcionan una sensación de bienestar, de fuerza e incluso de dominación. Nos sentimos invencibles. Y es la sensación que cada uno de nosotros busca volver a experimentar. Cuando se presenta una nueva ocasión para discutir, buscamos de nuevo ese enfrentamiento. Nos “engancha” el hecho de tener razón.
Numerosos políticos y directivos padecen esta adicción. Se vuelven muy fuertes en el juego de defender su punto de vista y vencer a sus rivales manipulando los argumentos. En cada ocasión, sienten intensas oleadas de placer, pero no miden el impacto de su comportamiento sobre las personas que les rodean. De hecho, acaban por hacerse daño a sí mismos al aplastar a sus colaboradores, quienes se ven empujados a elegir ellos también entre sus reacciones de lucha, huida, silencio o paz, las cuales, como he explicado más arriba, disminuyen los efectos beneficiosos de toda colaboración.
Por suerte, existe otra hormona que nos proporciona el mismo placer que la adrenalina: la oxitocina. Su producción se desencadena cuando nos encontramos cerca de otras personas y nos permite experimentar la felicidad de estar juntos. Activa las regiones de decisión en nuestro cerebro racional (alojado en el córtex prefrontal, o parte anterior del cerebro), aumentando nuestra capacidad para confiar y abrirnos a las opiniones de los demás.
Como líder (en su familia, en sus actividades, en el trabajo…) su objetivo consiste en estimular su propia producción de oxitocina y la de las personas que le rodean, evitando en todo momento los picos de cortisol y adrenalina.
Éstos son algunos ejercicios que debe realizar en la oficina para liberarse (y liberar a los demás) de la “adicción” a querer tener siempre razón:
Recuperará así los mandos de su cerebro para tener unas relaciones familiares, sociales y profesionales más agradables, prósperas y productivas. Y estará ayudando a los demás a librarse, ellos también, de los piratas del aire.
¿Qué le ha parecido este artículo? ¿Quiere compartir su experiencia gestionando conflictos profesionales? Le invitamos a dejar su comentario un poco más abajo.
Fuente:
Artículo inspirado en Your Brain is Hooked on Being Right, Judith E. Glaser, Harvard Business Review, 28 de febrero de 2013.
Artículos relacionados
¡Extraordinaria la forma en que se ha abordado este tema, tan habitual en nuestros días!
Felicitaciones
Me ha parecido muy interesante el artículo.
Debían mandárselo a los presentadores de algunos programas de TV y moderadores de tertulias políticas. Es imposible oír lo que dicen, sobre todo la izqda. radical pisa siempre al de derechas, o apabulla con 10 asuntos escandalosos a la vez para sacarlos de sus casillas, interrumpir su exposición y sobre todo gritar tanto que no se oiga el argumento del contrario.
Se ve que el chute de adrenalina y cortisol les pone tanto como meter la mano en los fondos de todos los españoles. Saludos
Me ha parecido muy interesante, como casi todos y procurare leerlo de nuevo para UTILIZARLO.
Gracias
¡Muy buen artículo y totalmente real!
Tan solo intervenir para señalar una mayor aproximación a la realidad de lo que ocurre cuando somos víctimas de nuestro “pirata neuronal”…
Me gustaría señalar que en mi experiencia he logrado ver 5 formas en las que «el pirata neuronal» le impulsa a uno a lo que hay que hacer con el fin de «ganar».
Pondré un ejemplo en el que se discute algo importante y sobre lo que uno finalmente no logra ayudar con su intervención.
Lo primero que uno intenta hacer siempre, cuando está bajo el control del “pirata neuronal” es:
1-atacas, intervienes en la conversación adecuadamente aunque invalidando al oponente y si ves que no puedes ganar, entonces…
2-eludes, los hay tan buenos en esto que logran distraer al que está hablando y así tener opción al propio parloteo; pero si eso no sirve entonces…
3-ignoras, eso es lo que uno hace al ponerse a hablar cuando otro ya lo está haciendo. Si uno ve que tampoco ganara con esa acción, entonces…
4-huye, cosa interesante en una conversación ya que alguien que huye simplemente dejara el tema por importante que este sea y comenzara a hablar de alguna otra cosa. Y si ni por esas ve que puede salir airoso, ya solo queda…
5-sucumbir, donde por ejemplo en una charla sobre drogas psiquiátricas, en la que ha pretendido intervenir, con gran uso de evidencias científicas para contradecirles, uno aceptara sin embargo, que ahora y tal y como ellos dicen, esas drogas son de utilidad para la sociedad; y como un miembro ejemplar las apoyara, se las tomara y por sus efectos secundarios, pasara obedientemente a “mejor vida”.
Todo lo que publican es muy interesante y de utilidad! Quisiera saber que me pueden escribir con respecto a la Hernia Inguinal…tengo una del lado izquierdo. Gracias!
¡Excelente articulo!! Quiero aprovechar la oportunidad para solicitarles nombres de libros de la administración moderna en empresas con fines de lucro y también soluciones para erradicar la apatía y el ausentismo laboral, también como lograr la excelencia en el rol que le corresponda al empleado gracias
Muchas gracias por compartir me encanto el artículo.
Muy interesante este artículo e instructivo, ayuda a entender el proceso químico-físico-emocional de la persona y nos pone a todos al mismo nivel; aporta confianza y amor
Por su relación con el tema recomiendo el opúsculo de Schopenhauer El arte de tener siempre razón.
Pregunta: En estos casos ¿qué sucede con la persona que tiene extirpada la amígdala desde la infancia?
Gracias por vuestra colaboración.
Excelente, aleccionador, de lectura aconsejable para moderadores y panelistas. Una pregunta: ¿Hay adrenalina en el cerebro?
Que excelente artículo para continuar el proceso de formación permanente que requiere todo ser humano. Es un aporte para una gran carencia que tenemos los humanos, y que la academia no resuelve por calidad que tenga, y es la empatía para mejorar las relaciones interpersonales, solucionar conflictos y desarrollar la inteligencia emocional. Felicitaciones
Me ha gustado la sencillez con la que explica el proceso para poder aplicarlo en la empresa.
Sería muy interesante ver como aplicarlo a nivel interpersonal (con la pareja, el/la amig@, los hijos, etc.)
Lo encuentro muy inteligente y desde luego es muy eficaz en busca de rentabilizar la opinión personal, pero que hacemos con la busca de la verdad pura. ¿Como defendemos un punto de vista real ante la alternativa de un objetivo mas o menos interesado?
En todo caso mi enhorabuena por las dudas que crea a todos los que como seguramente yo nos gusta remar a contra corriente.
Muy interesantes sus artículos. Pero esta vez me he quedado muy sorprendida por el análisis inicial, aplicable a todos los seres humanos, que al final del artículo, se vuelve maniqueo, porque habla desde la posición del jefe, director, político…etc. Plantéeselo algo raro está pasando por su mente.
Está perfectamente reflejado en las bienaventuranzas sobre todo en:
Bienaventurados los mansos por ellos heredaran la Tierra
Muy bueno
Antonio, no es esa amígdala.