Cada vez se conocen más los beneficios de la vitamina D para la salud: en la reducción del riesgo de cáncer, la mejora de la salud ósea, el refuerzo del sistema inmunitario, etc. Sin embargo, la mayoría de las personas que la toman a través de complementos alimenticios no lo hacen en las dosis adecuadas. Y la culpa la tiene la legislación en vigor, que obliga a los fabricantes a poner dosis demasiado bajas en sus comprimidos.
En este sentido, dos estudios centrados en niños y adolescentes(1) han confirmado que las dosis recomendadas oficialmente para esas edades no son suficientes. El primero, realizado sobre 119 niños de entre 6 y 7 años, ha demostrado que éstos necesitan un aporte diario de entre 400 y 800 UI para mantener unos niveles normales.
El segundo, llevado a cabo sobre 110 adolescentes de 15 años, ha probado que a esa edad son necesarias de 800 a 1200 UI al día. Y esos son simplemente los aportes aconsejados para evitar una carencia. Es decir, que para aprovechar todos los beneficios de esta vitamina sería necesario un aporte de aproximadamente el doble. Para los adultos, eso corresponde a en torno unas 4000 UI al día.
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