El autismo se manifiesta en parte con acciones estereotipadas como balanceo corporal, movimientos repetitivos y autolesiones.
En un estudio(1), 23 niños de edades comprendidas entre 5 y 11 años y que padecían trastornos autísticos realizaron 15 minutos de actividad física de moderada a intensa a su libre elección (trampolín, bicicleta estática, carreras de obstáculos, danza, juegos de pelota…) para ver cómo afectaba a su concentración.
El resultado fue claro: durante las 2 horas siguientes al ejercicio, los comportamientos estereotipados se habían reducido de manera significativa y la atención había mejorado. Así pues, este método se podría usar eficazmente para mejorar las capacidades de aprendizaje en caso de autismo.
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