Si es de los que últimamente sólo prueba platos insípidos porque el salero se ha convertido en el enemigo número uno de su cocina, le interesará saber que no todos los expertos están de acuerdo con la recomendación de reducir a toda costa el consumo de sal.
Todos los científicos coinciden en que tomar cantidades ingentes de sal no es bueno para la salud… ¿pero habría que tomar tan solo 5 gramos al día, tal y como recomiendan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y muchas autoridades sanitarias a los ciudadanos? Como cada vez que un estudio parecía señalar que la sal perjudicaba la salud, aparecía otro que sugería lo contrario, un grupo de investigadores de Columbia, en Estados Unidos, se ha dedicado a analizar concienzudamente 269 trabajos científicos centrados en el consumo de la sal y su impacto en la salud. (1)
Los resultados de esta comparativa son cuanto menos sorprendentes, sobre todo si tenemos en cuenta la guerra que lleva abierta contra la sal desde hace años. Y es que sólo el 54% de los estudios que se han analizado apoyan las recomendaciones de la OMS para reducir el consumo de sal.
Por su parte, el 33% no está de acuerdo con esas recomendaciones, pues señalan que reducir tan drásticamente la sal, aunque en un principio sí disminuiría la presión sanguínea y el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, al final crearía problemas de salud debidos a una ingesta demasiado reducida de sodio.
Por último, el 13% restante asegura que sus resultados no han sido concluyentes. Es decir, que no cuentan con pruebas sólidas que permitan confirmar que, si se reduce la sal hasta esos niveles, desaparecerán los problemas de salud asociados a un consumo excesivo.
No se trata de asegurar ahora que puede tomar toda la sal que desee sin riesgos. Nada más lejos de la verdad. Lo que ocurre es que, como ha demostrado este metaanálisis, existe una discrepancia bastante importante sobre lo que se considera “demasiada” sal, que al final deja a los consumidores inmersos en un mar de dudas sobre si deben seguir o no la recomendación de las autoridades sanitarias -y hasta las indicaciones de su médico- respecto a tomar menos sal.
Cada año, el gobierno español invierte millones en el Plan de Reducción del Consumo de Sal, un ambicioso programa que bajo el lema “menos sal es más salud” quiere convecernos de que debemos comer sosos los alimentos.
El plan pretende que los españoles reduzcamos un 20% el consumo de sal, partiendo del consumo de 9,7 gramos diarios que se producía en 2010, fecha en la que se puso en marcha el plan. El argumento es que si progresivamente vamos bajando el consumo diario hasta llegar a los 5 gramos al día, se evitarán 20.000 accidentes cerebrovasculares y unos 30.000 accidentes cardiacos al año.
¿Cómo saben cuál es el consumo de sal en la población? Pues porque se analizó durante 24 horas la orina de 406 personas de entre 18 y 60 años seleccionadas estadísticamente en 15 provincias españolas y se llegó a la cifra “maldita”: 9,7 gramos al día. Y se buscó una solución que se anunció a bombo y platillo: hay que reducirla. (2)
Pero hay un problema. Es muy posible que estas campañas, por su simpleza, no sean de ninguna utilidad para la salud pública.
Que la sal es peligrosa para la salud es una de las creencias más extendidas de la medicina occidental.
Sin embargo, se apoya sobre pruebas sorprendentemente endebles.
La cosa empezó en 1904, cuando médicos franceses constataron que seis de sus pacientes enfermos de hipertensión eran grandes consumidores de sal. La preocupación se acrecentó en los años 70, cuando un investigador americano, Lewis Dahl, de “Brookhaven National Laboratory”, una institución americana de investigación, declaró haber encontrado la prueba “inequívoca” de la relación entre la sal y la hipertensión. Había conseguido, en efecto, provocar hipertensión a ratas haciéndolas comer el equivalente humano a medio kilo de sodio al día (de media, el consumo de sodio de los españoles es de 3,9 gramos diarios, el equivalente a 9,7 gramos de sal).
“The Cochrane Collaboration” es una organización internacional independiente y sin ánimo de lucro cuya función es difundir información rigurosa sobre ensayos clínicos e intervenciones sanitarias. Una de sus publicaciones realizó un metaestudio que contó con un total de 6.250 parcipantes, en el cual no se encontró prueba sólida alguna de que reducir el consumo de sal disminuya el riesgo de infarto, accidente cerebro vascular (ACV) o muerte. (3)
Un estudio publicado en “Journal of the American Medical Association” en 2011 descubrió que un consumo bajo de sal podía de hecho aumentar el riesgo de fallecer por accidente cardiovascular. (4)
Y eso no es nuevo. Ya en 1988, un gran estudio, bautizado como “Intersalt”, comparó la presión sanguínea de personas de 52 centros de investigaciones médicas en todo el mundo con su consumo de sal. A pesar de la cantidad de información acumulada, las conclusiones de los investigadores no fueron claras y dieron lugar a más de diez años de controversias. (5)
De hecho, la población que consumía más sal -hablamos de unos 14 gramos al día-, tenía incluso de media una presión sanguínea más baja que aquellos que tomaban menos –en torno a los 7,2 gramos al día-.
Los estudios que han buscado establecer una relación directa entre la sal y las enfermedades del corazón no han obtenido resultados más concluyentes. Cada vez que un estudio parece señalar que la sal es perjudicial para la salud, otro sugiere lo contrario.
Por ejemplo, hay estudios que indican que en los países con mayor consumo de sal (Finlandia o Japón) la enfermedad cardiovascular es más elevada y que en tribus amazónicas que desconocen la sal desconocen igualmente la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
Por el contrario, un estudio publicado en 2006 en el “American Journal of Medicine”, que comparaba el consumo diario declarado de sodio de 78 millones de americanos con su riesgo a morir por una enfermedad del corazón, llegó a la conclusión de que existe una mayor mortalidad entre las personas que sufren enfermedades cardiovasculares y que siguen una dieta pobre en sodio. (6)
Sin embargo, esta clase de información no está hecha para impresionar a los tecnócratas del Ministerio de Sanidad. Anclados en sus certezas médicas que datan de los años setenta, y sin preocuparse por el problema real (que no es otro que el desequilibrio sodio/potasio, como voy a explicar más abajo), han continuado aplicando al pie de la letra su proyecto de reducción a marchas forzadas del consumo de sal entre sus conciudadanos.
En efecto, en el año 2010 el Ministerio de Sanidad decidió que usted y yo íbamos a tener que disminuir nuestro consumo de sal un 20% en 5 años. ¿Por qué un 20% y no un 10 ó un 50? Es un misterio.
Y el caso es que las autoridades ni de lejos han conseguido aún su objetivo en su cruzada anti-sal.
El Ministerio de Sanidad no se quedó ahí. También quiso conocer el contenido en sal de los alimentos que más se consumen, para ver si los españoles consumían más sal de la cuenta no tanto porque ellos mismos se la echaran en sus comidas, sino a través de los alimentos que se elaboraban fuera de sus casas. Y así supo, mediante un estudio que encargó a la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que aproximadamente el 70-75% de la sal que se consume procede de alimentos procesados y consumidos fuera del hogar -la conocida como “sal oculta”-. (7)
Así, el Ministerio de Sanidad se lanzó a negociar acuerdos con la industria alimentaria y de distribución para que redujeran el contenido en sal en los productos elaborados un 5% cada año. Previamente su cruzada contra la sal ya había dado sus frutos y las autoridades sanitarias españolas sacan pecho en todos los foros por haber logrado reducir el contenido en sal en un 26,4%, consiguiendo que el pan que se venda en España sea uno de los más insípidos de toda la Unión Europa. Explican con orgullo que “se ha hecho sin que la población perciba dicha reducción en el paladar, con lo que se ha logrado adaptar el gusto”.
Pero ¿pueden estar seguros de que la población no se ha dado cuenta? ¿no le suena haber oido mil veces –e incluso haberlo dicho usted mismo- que el pan de hoy ya no sabe a nada?
La sal es fundamental para la vida humana, tan sencillo como que no se puede vivir sin ella. Hasta la palabra “salario” procede de la raíz latina “sal”, porque en ocasiones a los romanos se les pagaba con ella. En Polonia, a los peregrinos se les sigue recibiendo hoy en día en los pueblos con agua y sal, los dos ingredientes más necesarios para la vida.
Y de hecho, la sal natural no transformada es importante para numerosos procesos biológicos, como por ejemplo:
Como ocurre con todos los alimentos, sean cuales sean, es evidente que no debemos atiborrarnos a sal.
Además, según algunos estudios, en el caso de las personas que ya padecen hipertensión y que siguen un régimen de bajo índice glucémico para reducir la presión sanguínea, disminuir también el consumo de sal mejora los resultados de dicho régimen. (8)
Pero para las personas sanas, el problema no es tanto el nivel de sal (cloruro de sodio) como el nivel de potasio, un electrolito fundamental del que en general adolece la dieta moderna.
Sí, por supuesto.
Muchas personas no son conscientes de ello, pero el riesgo de sufrir problemas de salud aumenta de manera significativa si tenemos carencia de sodio. Así, puede provocar “hiponatremia”, un estado funcional provocado por la baja ingesta de sodio o bien por una pérdida excesiva de éste en el organismo. La hiponatremia no siempre se origina por una carencia alimentaria de sodio, salvo en casos extremos (como en los campos de concentración), sino también por la ingesta de medicamentos, la absorción excesiva de agua, la deshidratación, la actividad física intensiva y algunas enfermedades, entre las que se encuentran aquellas que afectan el funcionamiento del hígado, los riñones y la glándula tiroidea. El sodio es un electrolito responsable de numerosos procesos fisiológicos críticos, como la regulación de la cantidad de agua que se encuentra en nuestras células.
Por tanto, si la sangre se vuelve demasiado pobre en sodio, los niveles de líquidos corporales aumentan y las células comienzan a inflarse. Esta hinchazón puede provocar numerosos problemas de salud, en ocasiones graves.
En el peor de los casos, la hiponatremia puede ser mortal, provocando hinchazón cerebral, coma y hasta la muerte. Parece que las mujeres en periodo de premenopausia tienen mayor riesgo de que se produzca un ataque al cerebro relacionado con la hiponatremia, dado que las hormonas femeninas afectan a la regulación de sodio.
Pero una hiponatremia puede tener efectos más discretos que le pasen desapercibidos a nuestro médico y no los relacione con un problema de electrolito. La hiponatremia puede provocar los siguientes síntomas y señales:
Los cambios de humor y de apetito se encuentran entre los primeros signos de falta de sodio, pero esta causa se suele ignorar. Y en cualquier caso, para evitar las enfermedades cardiacas, la recomendación que recibirá probablemente sea la siguiente: “beba mucha agua, haga mucho deporte y reduzca el consumo de sal”. Es decir, la receta “perfecta” para llevar nuestro nivel de electrolitos a la hecatombe.
Y existen pruebas de que un nivel bajo de sodio todavía puede dañar la salud de otras formas:
La sal natural refinada es esencial para la vida, pero eso no quiere decir que tengamos que absorberla impunemente. Un factor determinante que debemos tener en cuenta es la proporción sodio/potasio existente en nuestra dieta. Un porcentaje desequilibrado no sólo puede provocar hipertensión (presión sanguínea muy alta), sino también contribuir a otras muchas enfermedades como:
La manera más sencilla de crear un desequilibrio es consumir alimentos extremadamente pobres en potasio y ricos en sodio. Según un artículo publicado en 1985 en la revista científica “The New England Journal of Medicine” titulado “Paleolithic Nutrition”, nuestros ancestros cazadores-recolectores consumían 11 gramos de potasio al día y 0,7 g de sodio. Esta proporción hoy en día se ha invertido, ya que la dieta moderna actual aporta más bien 2,5 g de potasio al día y 4 g de sodio. Si tomamos muchos platos preparados, que casi siempre tienen mucho sodio pero pocas veces potasio, tenemos prácticamente garantizado poseer una ratio potasio/sodio invertida.
Esto podría también explicar por qué consumir mucha sal de mesa parece afectar a algunas personas más que a otras. Según un reciente estudio sobre el consumo de sodio y potasio, las personas que consumen a la vez mucho sodio y poco potasio tienen el doble de riesgo de morir de un ataque al corazón que las demás. Publicado en los “Archives of Internal Medicine” en julio de 2011, fue uno de los mayores estudios realizados sobre el tema. (11)
Entonces, ¿cómo asegurarse de tener estos dos nutrientes en una proporción adecuada?
Deje de lado los platos preparados y la comida transformada industrialmente en beneficio de alimentos frescos, enteros y, si es posible, procedentes de agricultura ecológica para garantizar una buena concentración de minerales. Este tipo de dieta aporta de manera natural mayores dosis de potasio que de sodio.
Una gran parte del aporte de sal de la población española procede a día de hoy de los platos preparados y la comida industrial: panes de todo tipo, pizzas congeladas, platos preparados, aperitivos industriales y también galletas y cereales para el desayuno. Y aunque el Ministerio de Sanidad llegue a todos los acuerdos que quiera con la industria e incluso impusiera multas con el fin de que vayan disminuyendo su contenido en sal, en mi opinión lo que ocurre es que el consumo de estos alimentos debe evitarse en cualquier caso.
Y esto también se puede aplicar a la restauración rápida, de la que hoy en día sabemos que ha sobrepasado, en cifra de negocios, a la restauración tradicional. Los españoles pasan menos tiempo que nunca cocinando y, a pesar de la crisis, multiplican sus comidas fuera de casa (bares, pizzerías, kebabs, restaurantes de comida rápida…) a pesar del presupuesto que ello representa, de la calidad en general pésima de los ingredientes utilizados y de la ausencia de control sobre lo que en realidad nos estamos metiendo en la boca.
¿Quién sabe de verdad exactamente de qué está hecha la “carne” del kebab y la salsa “blanca o picante” que lo acompaña (aparte de sal)? ¿Cómo se elabora la carne de los restaurantes asiáticos? De hecho, ¿de donde procede? Y la misma pregunta sobre el líquido pegajoso en el que las suelen embadurnar Y en los autoservicios, ¿quién está en la cocina? ¿de dónde proceden los alimentos que nos servimos?
Tomar el control sobre nuestra alimentación, basando ésta en productos que se pueden identificar, frescos y a ser posible ecológicos, es el medio más eficaz para recuperar la salud, consumir menos sodio y más potasio.
Nuestro cuerpo necesita potasio para regular la presión sanguínea. Afecta a nuestra masa ósea, al sistema nervioso, a los músculos, a las glándulas adrenales (que fabrican hormonas), al corazón y a los riñones. Por lo general se encuentra adherido a un anión básico y permite de esta manera conservar el pH bueno (la acidez buena) de nuestros fluidos: sangre, linfa, líquido amniótico…
La carencia de potasio puede desembocar en un desequilibrio de los electrolitos y provocar una enfermedad denominada hipopotasenia (o hipokaliemia), que se caracteriza por:
No le recomiendo que tome suplementos alimenticios de potasio para corregir un desequilibrio si no se lo ha recetado ningún profesional de la salud. Prueba de que el potasio en dosis altas es peligroso para la salud es que es uno de los componentes que se utiliza en las inyecciones letales que se administran en Estados Unidos a los condenados a la pena capital, pues es capaz de provocar la muerte de manera instantánea por una parada cardiaca.
Por tanto, es preferible modificar nuestro régimen alimenticio e incorporar en él más alimentos ricos en potasio.
Todas las frutas y verduras son excelentes fuentes de potasio, pero algunas, evidentemente, son mejores que el resto. La palma de oro se la lleva la levadura seca, un hongo que contiene 2.000mg/100g. Le siguen:
También lo podrá encontrar en:
Puede comprar sal de mesa a base de cloruro de potasio y utilizarla para salar los platos. El único “problema” es que posee un ligero regusto amargo, aunque la mayoría de las personas no lo notan… si no se les dice nada.
Sin embargo, ¡cuidado!: pueden existir contraindicaciones al potasio; en concreto, si tiene problemas para eliminar el exceso de minerales, o si toma medicamentos que aumentan el nivel de potasio en la sangre. Esto incluye a las personas diabéticas, a las que tienen enfermedades en los riñones, bloqueo de las vías urinarias y a las que toman inhibidores ECA (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina).
Si usted no se encuentra en ninguna de esas situaciones, su médico no tendrá ningún tipo de objeción a que consuma sal a base de cloruro de potasio, mejor que de cloruro de sodio.
Mi boletín de hoy acabaría aquí, aunque pensando en los lectores particularmente interesados en la sal y sorprendidos porque ponga en duda los beneficios para el corazón de una dieta pobre en sal, permitanme que me extienda un poco más sobre ese tema:
Para ser justo, tengo que mencionar el gran estudio DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertensión) sobre el sodio, realizado en 1997 para determinar si una dieta pobre en sal puede disminuir o no la hipertensión. El estudio buscaba que los pacientes siguiesen la “dieta DASH”, que consistía en consumir muchas verduras y frutas frescas, proteínas magras, cereales integrales, productos lácteos desnatados y poca sal.
Las personas sometidas a la dieta DASH observaron una clara disminución de su presión sanguínea. Y los resultados entre los que siguieron la dieta pobre en sal fueron mejores que entre los que hicieron la misma dieta, pero rica en sal. Aunque el principal efecto de la dieta más bien parece ser que tiene un índice glucémico pobre. De hecho se puede constatar que esta dieta también es muy pobre en azúcar y fructosa. (12)
Pero en lo que respecta a la población en general que no tiene problemas de hipertensión, parece precipitado querer imponer reducciones importantes en su consumo de sal. Según el periodista científico Gary Taubes:
“Mientras que los gobiernos llevan décadas denunciando los peligros de la sal, ninguna investigación científica ha conseguido acallar las sospechas de que tal peligro no existe. Y de hecho, la controversia sobre los beneficios, si los hay, de disminuir el consumo de sal constituye una de las disputas más antiguas, agresivas y surrealistas de toda la medicina…
Los datos a favor de una reducción generalizada del consumo de sal nunca han sido concluyentes y nunca se ha demostrado que un programa así no haya tenido efectos negativos imprevistos… Tras años de investigación intensiva, los aparentes beneficios de evitar la sal no han hecho más que disminuir. Eso indica que los beneficios reales eran o bien limitados o bien inexistentes y que los investigadores que creían haber detectado tales beneficios se han equivocado por influencia de otras variables”. (13)
En 2011, una de las revistas médicas más prestigiosas a nivel mundial, el “Journal of the American Medical Association” (JAMA), publicó unos resultados asombrosos. Durante ocho años se hizo seguimiento a 3.681 sujetos europeos de mediana edad y con buena salud. Se dividió a los participantes en tres grupos de dieta: pobre, moderada o rica en sal.
Los investigadores estudiaron la tasa de mortalidad en los tres grupos y publicaron los siguientes resultados:
De hecho, el riesgo de enfermedad del corazón en las personas que consumen poca sal resultó ser un 56% mayor que en las que consumen mucha. De ahí que la única conclusión razonable que los investigadores hayan podido sacar sea ésta: “cuanta menos sal consuma, más susceptible será de morir por una enfermedad del corazón”. (14)
Lo que debería haber sembrado el pánico en el Ministerio de Sanidad y, en especial, en las oficinas del Plan de Reducción del Consumo de Sal. Pero según las últimas noticias, la vida sigue como si no pasara nada.
¿Y usted qué opina sobre el «miedo» generalizado a la sal? ¿debemos enfrentarnos a los temores preconcebidos respecto a su consumo? Le invito a dejar su comentario sobre este artículo un poco más abajo y así compartir su experiencia con el resto de lectores de Salud, Nutrición y Bienestar.
Fuentes
Artículos relacionados
Todos los consejos que ustedes nos dan, son interesantísimos y muy útiles.
Yo tan sólo pondría un » pero » y es que se explayan mucho y somos algunos los que no tenemos tanto tiempo disponible para leer estos sabios relatos.
Por lo demás, un DIEZ en todo.
Ya sé que la sal no es mala, pero la sal que contiene el agua marina por ejemplo, la sal se vuelve mala cuando se refina. Igual que pasa con el azúcar, es mala la refinada. Y así con todo, harina refinada, arroz sin cáscara, pan blanco refinado, etc.
Cloruro sódico refinado aunque le añadan yodo, además siempre de antiapelmazante es veneno, sal industrial. Por qué de una vez no habláis de la sal natural sin refinar, o mejor del agua de mar rebajada convenientemente con agua sin cloro en tu dieta, donde tu organismo adquiere todos los minerales necesarios en forma de sales y además equilibra la tensión arterial. Claro el agua de mar es gratis, no es negocio, ¿el mar esta contaminado? duda o afirmación. No, el mar aunque bastante menos que el aire que respiramos esta ligeramente polucionado, que no es lo mismo, desmitifiquemos la realidad y dad al consumidor opiniones reales en relación a la sal, no química, sino natural, Agua de Mar. Saludos.
Hola, muy interesante el artículo. La opinión de un maestro mío naturopata sobre ello siempre dice: «un cuerpo ácido con defecto de sal no puede hacer bien sus funciones». O sea que pobre al que le quitan la sal si además no está alcalino sino ácido…
Encuentro más que interesante este artículo sobre la sal. Creo que sería de mucho interés el que se comparara con los estudios que hay sobre la utilización del agua de mar por su composición salina completa al tener además del cloruro sódico una composición rica en minerales y que la sal común no proporcionaría al estar estrictamente compuesta por cloro y sodio. De ahí a ver como numerosos medios de internet califican a la sal común refinada como un elemento nocivo para la salud.
Enhorabuena, leo sus interesantes artículos y los difundo.
Tengo cardiopatía isquémica, los médicos me dicen que no debería probar la sal por la tensión, que la tengo regulada con Ramipril. Yo por mi cuenta he investigado y me han convencido quienes dicen que la sal Celta o gris sin tratar no solo no hay que limitarla, sino consumirla por los beneficios que aporta por sus muchos minerales. Yo estoy consumiéndola generosamente, ¿cree que hago bien? De momento, tras un año, me va de maravilla. Un saludo.
He leído el artículo sobre la sal y la hipertensión, interesante y documentado para «quitar» creencias y aprender a cuidarse.
Yo tengo problemas por el contrario, de tensión baja (10/5).Síntomas de mareos y dolor de cabeza. Los médicos te dicen, no es peligrosa y nadie me dice las causas. Podrías publicar algo sobre éste tema.
Muchas gracias.
Soy una asidua lectora suya y le estoy muy agradecida por toda la información que me parece fantástica.
Parece que todo lo que nos cuentan esta al revés, ya que por ejemplo tomar el sol hasta ahora era algo maligno hasta que se ha demostrado lo contrario. Lo mismo pasa con los niveles de colesterol que nos ha tenido aterrorizados y que ahora resulta que tenerlos demasiado bajos es aún mas peligroso para la salud.
Sobre la prohibición de la sal tampoco estuve de acuerdo y seguí tomándola con moderación como con el sol y etc. Lo que si hago es comprar la sal del Himalaya, ya que su pureza me inspira más confianza.
En mi opinión después de haber leído muchos artículos, es que la sal comercial y el azúcar son perjudiciales para la salud, y que la única sal de hecho demasiado benéfica es la sal marina, sin tratamientos ni componentes químicos. Gracias.
El articulo es muy completo gracias por la información, pero estoy de acuerdo con reducir el exceso de sal utilizado como conservante, además es una sal refinada sin ningún tipo de nutriente, y de potasio menos, y como bien comentas los alimentos precocinados llevan una buena parte de este conservante, otra parte también entraría en la conversación de sal marina actual o sal de mina o de montaña.
Yo he reducido la porción de sal común o refinada, y me doy cuenta que muchas verduras no necesitan la sal, solo el arroz por su peculiaridad dulce, ahora el tema carne activa el problema de añadir sal, dependiendo de la comida que consumas tendrás más aportación de sal, más ahora que hace 100 años, y en eso estamos creo yo todos de acuerdo. No obstante será difícil reducir el consumo de sal, y creo que habrá otro invitado como el aditivo sintético que salará sin aportar sal, que creo que esto será el gran negocio.
Un saludo
Entonces a quién debemos hacer caso? Los médicos aconsejan beber agua, bajar consumo de la sal y caminar…
Tenia entendido que la Sal Marina evaporada, que es la que tomamos en mi casa, era de mejor calidad nutricional que la Sal Refinada.
¿Estoy equivocado?
Muy interesante el articulo, gracias por compartirlo.
Creo que seria interesante remarcar que la sal a elegir sea marina y no de roca ya que la composición más allá del NaCl varía.
Un saludo
Tanto en la sal como en cualquier otra cosa, siempre me inclino por el camino del centro. Comer ni mucho ni poco, dormir ni mucho ni poco… y así en todo
Esta muy bien el artículo, pero creo que te falta comentar algo sobre la mejor sal para el consumo humano que es el agua de mar. Para cocinar y para beberla.
Saludos
Soy hipertensa desde los 25 años, en la actualidad tengo 77, como poca sal, en la empleo en los aliños.
Hace 3o 4 años me he hecho vegetariana y suelo comprar frutas y verduras ecológicas, como un plátano cada dos días. Mis analíticas están bien y pienso seguir como ahora.
Sobre el tema de la sal.
Mis conocimientos médicos son inexistentes, pero, digo yo, si en todo lo que se refiere a nuestra salud los excesos son malos, también lo serán los defectos. Osea, que lo que se necesita es sentido común y normalidad para armonizar tantas teorías dispares y contrapuestas. Y tender a los productos más naturales y ecológicos posible. Salut.
Soy medico comunitario en la ciudad de Montevideo, Uruguay.
Estoy de acuerdo con tratar de frenar esta campaña contra la sal. Durante años hemos luchado, y en particular en el propio gremio medico que sin mayores argumentos se sumerge en dicha campaña.
Se olvida que el CLNa (sal de mesa) es el ion fundamental tanto en la tierra como en los mares y además para colmo es el ion fundamental de nuestro medio interno: la sangre- el plasma.
Parece ser que las costumbres alimenticias o relacionadas con la salud están sujetas a modas. Cuando mi hijo era pequeño debía dormir boca abajo y sin almohada, hoy día eso es impensable.
Ahora le ha tocado el turno a la sal. Yo pensaba que con la sal que los alimentos poseían era suficiente.
Espero con impaciencia el día en que la opinión sobre el azúcar y los dulces cambie.
Muchas gracias por sus artículos.
Aprovecho para daros las gracias por la constancia y el esfuerzo en ampliar nuestro conocimiento relacionado con la salud, lo que conlleva también cambiar la mentalidad, conceptos hábitos, etc.
Me gustaría saber que opinión os merece la sal del Himalaya. Si es cierto que es tan beneficiosa. Gracias.
Un cordial saludo
Hola, muy interesantes los artículos que publica cada semana. Ya que ha tocado el tema de la sal podría escribir algunas palabras sobre el agua del mar y sus beneficios.
Tenía entendido que la mejor sal era la «marina sin refinar», sin flanqueantes ni antiapelmazantes, y me llama la atención y me llama la atención que nombréis la sal refinada… ¿?
¡Estoy harta de que la sal de mesa que se compra en las tiendas no sale nada! ¿Es para que compremos sal Maldon o en escamas u otro tipo de sal más cara?
Efectivamente, como usted dice, el Ministerio de Sanidad debería vigilar más los alimentos preparados industrialmente y dejar de dar la lata con la sal.
Creo que esta información contiene algunos errores de aseveración, cuando dice que nuestro cuerpo necesita cloruro de sodio en realidad que nuestro cuerpo necesita es sodio orgánico (que NO es lo mismo ya que el cloruro de sodio NO viene absorbido por el cuerpo ya que el páncreas NO desintegra la molécula de sal y evita a toda costa el contacto con aquella), es decir que nuestro cuerpo NO puede vivir sin el sodio, pero en forma orgánica (es decir que para llegar a nuestro cuerpo debió pasar por el reino vegetal).
Por otra parte tampoco es cierto que no se pueda vivir sin sal, yo mismo he estado muchos años SIN consumirla y sin el menor indicio que mi cuerpo la reclame.
Este tema es muy controversial pero mis fuentes son muy serias, confiables y científicas ya que me he dedicado por años a investigar el tema en los mejores libros de algunos de los mejores doctores.
Un saludo
Hola todos:
Para comenzar, gracias por el artículo. Mientras lo leía, me preguntaba, ¿quien “gana” (U$S, €, u otra moneda), con la reducción del consumo de sal? Y no me queda clara la respuesta. Ya me aclararé.
Pero lo que motiva este comentario es la pregunta acerca del “miedo” a la sal. Creo que hemos de perder el miedo al miedo, en todos los órdenes de la vida.
En una sociedad que se basa en el “terror estatal, empresarial, comercial…” es “el miedo” lo que hemos de conocer y por lo tanto, aprender y saber que hacer con él.
Se nos dice que no seremos socialmente aceptados (miedo a la soledad) si no escondemos los michelines, con la faja no se cual. Ahí ya ganan muchos, los fabricantes de las fajas, las agencias de publicidad, las televisoras, y… suma y sigue. O nos obligan a pagar el seguro contra accidentes, ¿quién, en lo que podemos llamar un “sano juicio”, sale en el coche a “buscar un accidente”?
Son un par de ejemplos rápidos, con los que algunos ganan mucho. De ahí la pregunta primera… ¿Quien gana con el “miedo a la sal”?
Un saludo cordial
En primer lugar dar las gracias por este interesante boletín al que estoy suscrito desde hace mucho y al que continuamente animo a mis amigos o conocidos a suscribirse.
Sin embargo, en el boletín de hoy, relacionado con el consumo de sal, he echado en falta algunas observaciones muy relevantes, seguramente igual que otras muchas personas. Me refiero principalmente a la diferenciación entre la sal de mesa, o sal común, o cloruro sódico/potásico, y la SAL MARINA, en la que se han descubierto trazas de casi todos los elementos de la tabla periódica, siempre en unas proporciones concretas.
Podemos intentar imitar a la naturaleza, pero resulta complejo acercarnos a su perfección; mejor, aprovechemos los bienes que nos brinda y tratemos de mantenerla sana y conectarnos a ella. De recomendar el consumo de sal, moderado en mayor o menor medida en función de las características que presente cada persona, que sea siempre SAL MARINA o, en todo caso, sal natural de roca, no sal artificial. Al respecto recomendaría interesarse en la obra de René Quinton y sus logros sobre la recuperación de salud simplemente con agua marina. Podemos buscar en la red: consumo de agua de mar, dispensarios marinos, plasma o suero de Quinton. A partir de ahí, la conclusión no puede ser otra que elegir para nuestro consumo la SAL MARINA.
Gracias de nuevo y mi deseo de un feliz día para todas las personas suscriptoras del boletín y quienes lean el comentario.
Me sorprende mucho que en el artículo de la sal hablen como beneficiosa de la sal refinada, donde le añaden químicos para refinarla, en vez de la sal marina sin refinar que tiene multitud de minerales y es natural. Es algo evidente que todos los alimentos refinados son malos para la salud. No entiendo que en su boletín Tener Salud digan que se debería tomar sal refinada.
La sal es necesaria. También lo es el azúcar. El exceso es lo perjudicial. La sal marina, natural: esa es la mejor. Son dos ALIMENTOS que sólo deben suprimirse por orden La sal es necesaria. También lo es el azúcar. El exceso es lo perjudicial.
La sal marina natural: ésa es la mejor. Son dos ALIMENTOS que sólo deben suprimirse por orden facultativa. El cerebro se alimenta de glucosa (azúcar).
La sal… nosotros llevamos el mar en nuestra sangre, si le quitamos uno de sus elementos nos perjudicamos. Incluso hay enfermedades por falta de sal y la medicina que usan los médicos… es que tomes sal dentro de unas cápsulas para tragarlo.
facultativa. El cerero se alimenta de glucosa (azúcar) la sal… nosotros llevamos el mar en nuestra sangre, si le quitamos uno de sus elementos nos perjudicamos. Incluso hay enfermedades por falta de sal y la medicina que usan los médicos… es que tomes sal dentro de unas cápsulas para tragarlo.
Hola.
Primero felicitar al autor/es de este artículo.
Esto de que las autoridades sanitarias recomienden bajar la ingesta de sal en la población en general, a parte de la gente que realmente lo necesite por culpa de alguna enfermedad, lo hacen por el mismo motivo que lo hacen con el colesterol al cual han demonizado hasta la saciedad.
El motivo es que la población tenga desequilibrios en la alimentación y así al final tenga problemas de salud, para al final si las personas no tienen conocimientos de nutrición, medicina natural y de salud, que son la inmensa mayoría, acaben dirigiéndose al médico de turno que les va a hinchar de medicamentos que, no sólo no curarán nada y sólo atacarán al síntoma, si no que, además, provocarán efectos secundarios que machacarán más aún la salud. Ése es el objetivo, el objetivo de las Farmacéuticas.
También quería decir que la sal tiene que ser de alta calidad. La sal del supermercado típica que vale menos de 1 euro el kilo es pura bazofia. Esa sal ha sido refinada por un proceso con substancias químicas y lo que se consigue es dejar restos de estos químicos, que aún en cantidades ínfimas, están presentes; y al cabo de algunos años de ingerirla pueden generar problemas de salud. Además quitan la mayoría de minerales que lleva la sal marina tal como viene del mar, haciendo que, en la mayoría de casos, sólo haya cloruro sódico que le da ese sabor tan salado.
La sal que debería consumirse para evitar estos problemas, es la sal marina sin refinar. Pero la mejor con diferencia es la sal del Himalaya. Esta sal es rosada debido a la variedad de minerales que la componen y como tiene mucho menos cloruro sódico tiene un sabor mucho menos “salado” y es más agradable al sabor. Ésta es la mejor sal del planeta por su pureza libre de contaminantes y con una gran riqueza de minerales.
Éstos minerales ayudan a que el cuerpo esté alcalino y no sea ácido, ya que evitar el ph ácido en el cuerpo es evitar riesgo de enfermedad porque la mayoría de enfermedades son ácidas, por eso hay que alcalinizar el ph del cuerpo con los minerales de la sal del Himalaya, pero también con los minerales de la verdura, hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos, etc. y a poder ser de agricultura ecológica, libre de pesticidas, fertilizantes químicos, aditivos alimentarios, etc., es decir lo más saludable posible.
Bueno, adiós y gracias.
Sal, por supuesto, y cuanto más pura mejor. En las aldeas siempre se usó la sal como conservante para todo tipo de carnes y pescados.
Me encanta y llena de alegría este artículo sobre las propiedades de la sal.
Muchísimas gracias por compartir salud !!!!!!
El problema de la sal de mesa es el Fluor y el Ferro-Cianuro que contiene además de otros venenos. Lo mejor es consumir sal de mar libre de Fluor.
Consumir sal marina, sin refinar, aunque se apelmace, es saludable?
Estoy fascinada con las continuas enseñanzas y consejos que nos envían…. Realmente son de mucha ayuda. No puedo decir cual ha sido el mejor de todos… Pero personalmente éste de la SAL, me ha quitado mucho peso de encima… GRACIAS!!!
Sobre la opción de usar la sal de mar que nos puede decir? Tiene contraindicaciones para las personas veganas? Que representan los yoduros y los fluoruros en las sales comercialmente aceptadas para nuestro consumo?
Muchas gracias
Lo primero agradecerle por compartir su sabiduría, en beneficio de todos y tan agradablemente. Tengo algunas preguntas sobre el articulo que he recibido, culturalmente y otras por lecturas.
1. Cual es mejor: la sal marina o la de minería terrestre.
2. Si obran igualmente.
3. Si la soya o soja es buena o mala para la salud en comparación con la sal natural o marina, en la cocina: la oriental, la asiática.
Gracias.
Si me lo permite tengo muchas preguntas por hacerle.
Todos sus consejos los sigo y me van muy bien. He notado alguna mejoría. Muchas gracias.
Muchas gracias por sus documentos. Me han decidido a consumir algo de sal con adición de yodo; padeciendo hipotiroidismo he sabido lo necesario para esta glándula del aporte de sal con yodo. Estando en los trópicos siempre bebía unos tragos cuando pescaba en apnea.
Ante todo, quiero mostrar el agradecimiento de esta fuente que es fuente de información.
El tema de la sal lo encuentro muy fascinante, pero encuentro que le ha faltado hablar sobre «sal refinada» y «sal marina integral», puesto que en la sociedad actual se está abusando de la sal marina refinada, con los graves riesgos que conlleva esto.
La sal marina integral en mi parecer es lo que la gente debería consumir, y es lo que casi no se encuentra en mercados.
Gracias
Muy interesante el artículo, y como tantas otras veces, llegamos a la conclusión de que los que toman decisiones importantes sobre nosotros, nos desinforman, nos confunden, y un largo etcétera.
Me añado a los comentarios que hablan de la sal marina, cada vez son mas las voces que hablan de tomar agua de mar.
Efectivamente comparto la mayoría de la información del artículo y la de los que escriben. Y es cierto que hecho de menos la aclaración sobre el peligro que supone el consumo de sal refinada. La sal marina sin refinar es una amalgama de distintas sales todas necesarias para cubrir las necesidades vitales del organismo. Es sencillo, sal marina sin refinar; en cualquier herbolario se encuentra.
También convendría hablar de la sal del Himalaya. Y por último, todos estos estudios científicos, los unos y otros, a mi entender, a pesar de todo el rigor científico, hecho de menos que ninguno de ellos (o al menos eso es lo que deduzco de una primera lectura, y que probablemente habría que leer el total) toma en consideración algunos conocimientos de milenios de antigüedad relacionados con la sal y su ingesta.
Me refiero a las recomendaciones de la Med. Trad. China. Pero sobre todo, el conocimiento de la tipología que nos ofrece la Ayurveda. Éste conocimiento separa a los individuos según tres tipologías y que son simples de entender. Vata, kappa y pita. No importa los nombres ni lo que significan. Un individuo delgado, flaco muy activo. Un individuo normal, con una complexión media. Y un individuo más fuerte, de espaldas más anchas. Esta mirada es muy simple, solo una pincelada, pues en el ayurveda se describen perfectamente, con su perfil mental y emocional incluso y se nos dice que podemos pasar en algunos momentos concretos de nuestra vida por alguna de esas tipologías.
A lo que voy es que a un individuo flaco, delgado, pero sano, puede tomar una gran cantidad de sal, incluso si no la toma puede sentirse enfermo. Es más se siente atraída por ella. El individuo de la complexión mayor con tendencia a la obesidad en cuanto se descuida, ese individuo, soporta peor la sal, debe tener más cuidado. Es simple. Esto no se tiene en cuenta en ningún trabajo de investigación.
Todos no somos iguales. No hay más médico para ti, que tú mismo. Obsérvate, mímate, ámate e infórmate y prueba. Después decidirás sin problemas. En definitiva muévete.
Gracias.
Tomo desde hace dos años AGUA DE MAR, tiene las sales y minerales necesarios. Creen ustedes lo mismo? Gracias
Enhorabuena por este tipo de artículos. Son extensos y con datos científicos, algo que se agradece en estos tiempos donde nos engañan continuamente. Quien no tenga tiempo de dedicarle unos minutos a su salud pues que no los lea.
Me parece muy bien que sean largos y bien documentados.
Muchas gracias
Hola soy Miguel,
Las personas deberían saber que hay 4 productos blancos que no son beneficiosos para la salud de ser humano. El azúcar refinado, la harina refinada, la leche de vaca y la sal refinada. A la sal de mesa la someten a 650 grados de temperatura y la ponen 2,5% de productos químicos para que tenga ese color y esa textura.
Como en todas las cosas, el exceso es tan malo como el defecto. Creo que el consumo moderado de sal en las personas sin problemas será lo más adecuado. ¿Por qué dejar de consumir sal para prevenir una enfermedad que en principio no sufrimos?
Una dieta sana a partir de productos naturales es lo mejor, pero cada vez se nos está poniendo más difícil.
Agradezco enormemente el desarrollo de este artículo, me sentí completamente identificad. No solo con los síntomas sino también con mi resistencia a tomar serotonina y dadas las coincidencia, mi médico me recomendó suspender a sal y tomar más agua…que contradictorio, no?
La sal la como con moderación y ahora uso la de Himalaya. Un afectuoso saludo a todo el equipo que hace posible el conocimiento por este medio.
ESTOY MUY AGRADECIDA!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Ante todo gracias por tanta información.
Yo creo en la alimentación sana y equilibrada , en tomar de la naturaleza lo más puro posible nuestro alimento y soy consciente de que hoy por hoy , debido al ajetreo de nuestras vidas y a la comodidad que nos proporcionan los productos elaborados todo ese equilibrio se pierde.
Por eso en mi casa confío y utilizo sal sin antiaglomerantes, del Himalaya o la más pura que encuentro, y me baño con ella. Por que sé que mi cuerpo la necesita e intuyo que la refinada y manipulada ha perdido esa «naturalidad» que necesitan mis electrolitos para estar a gusto. Es como meterse gránulos de plástico por vena, al igual que todos los demás refinados de los que habéis hablado.
Gracias por su escrito pues mi dieta no es muy rica en yodo y me ayudan mucho
!Ole, ole y ole…! Por que no los he descubierto antes?, llevo dos días leyendo sus extensos reportajes y me encantan todos, a cual mejor, me siento como pez en el agua, son la horma para mí zapato.
Enhorabuena y muchas gracias.
Qué buena información me aportó su artículo: hace unos meses me recomendaron disminuir al mínimo mi consumo de sodio y honestamente además de ser una dieta muy aburrida me estaba sintiendo raro. Bajé de peso más por la falta de ganas de comer comida insípida que por que la dieta fuera una maravilla.
Respecto a la salud cardiaca hay otras formas de cuidarnos: haciendo ejercicio, comiendo frutas, no fumar, etc. En la empresa donde trabajo incluso escogieron este desfibrilador externo automático pues ya en una ocasión tuvimos un incidente desagradable. Creo que debemos mejorar mucho nuestra cultura de prevención contra accidentes, comenzando con una buena y correcta información.
Saludos!
Como siempre «acertadísimos». Por la tensión dejé de tomar sal, resulta que después he pasado por una arritmia, problema cardiaco etc etc.
Cuando nos informaron Vds. de la sal marina enseguida la compré, así que llevo una temporada comiendo con sal marina, me parece mentira.
Gracias de nuevo por su información.
Saludos…………..
Por supuesto en este extenso articulo, tan documentado me impresiona mucho que hable de consumir sal común, para mi eso es veneno.
Lo contrario de la sal marina entera, sin refinar. Lo que es lo mismo que no le hayan metido la mano y por supuesto que no la hayan yodado, como la que vende santiberi, vaya pecado, como podemos confiar en esa marca?. Un saludo
Por favor, consuman SAL MARINA, no sal común refinada, la sal común mata y la marina cura.
Ya hay supermercados que la venden y no hay diferencia en el precio. Deberían prohibir la sal refinada por el bien de todos.
No entiendo muy bien este articulo, y que en el no se mencione para nada la sal marina o sal de roca, como firme garante de un correcto equilibrio.
La sal que venden como sal de mesa sirve para lo que la usan en la industria que en muchos procesos la necesitan, pero ellos necesitan solo el sodio y desproveen a la sal natural todos sus minerales y elementos que la hacen saludable e imprescindible para el organismo.
Supongo que ante un articulo tan largo esto igual se ha quedado en el portapapeles.
Saludos.
Muy buen artículo, como todos los demás!
Sigo pensando que lo más importante es escuchar más al cuerpo y menos las noticias masivas, que, generalmente, van, más bien, en contra de la salud.
A mi siempre me ha gustado la sal, tomo bastante, también bebo agua de mar y me regula enseguida todo el organismo. Siempre noté que beber mucha agua me deshidrataba!
Gracias!
Mejor usar sal de la que se «pone dura» o sea sin que se le quite el magnesio que trae original y que es el que absorbe la humedad y la pone reseca y dura.
Excelente información.
Yo consumo sal del himalaya. Me han dicho que es mejor para la salud. Me gustaría saber si esto es cierto.
Gracias
Me gusta lo que he leído…. pero son los médicos… quien nos dice como comer….. o soy yo como me encuentro… .pero con la dudas de lo que se compra ……….? Será bueno o sustitutos?
Estimado trabajador de la salud natural Sr. Dupuis,
lo saludo afectuosamente y lo felicito por su tarea muy importante para la humanidad, atento a que su trabajo es para curar y no para incrementar financieramente a ninguna internacional.
Mucho me agradaría poder leer los tan valiosos dossiers pero en estos lares de la Argentina nos esta vedado poder disponer de dinero fresco a los jubilados, por ello este casi octogenario le dice, siga así que su labor es impresionante frente a tanta calamidad del hombre en este mundo.
Un abrazo desde el alma jorge abel om namaste
Simplemente hay que exponer los componentes y propiedades de la sal marina sin refinar y sin ningún tipo de añadido.
Como siempre, muchas gracias, soy de las personas que, hace algún tiempo dejé la sal por la tensión, pero hoy acabo de tomar la decisión de tomar sal marina (que además la tengo en casa) y estoy segura que todo irá perfecto.
Un cordial saludo.
Lo dañino son los químicos que utilizan para refinar la sal la sal está compuesta por minerales y la sal marina es superior al punto que sirve como alimento y regenerador de la célula. La están utilizando para tratamiento de muchas enfermedades. Busquen en internet más información.
Pues quiero dar testimonio de qué dependiendo del tipo de sal, nos puede beneficiar más o menos y me explico:
Soy hipertenso y hace ya algún tiempo, encontré información sobre las excelencias del Agua de Mar, durante todo este tiempo y como me tenían que realizar análisis durante tres meses más o menos, he podido comprobar que mi estado ha ido mejorando, al principio tomaba el agua de mar con cierta precaución por mi problema renal y no sabía cómo podía afectar a la creatinina y a los otros marcadores, que indican el funcionamiento de los riñones, como me ha ido fenomenal hoy y desde hace ya bastante tiempo a tres cuartos de agua normal le añado un cuarto de agua de mar y de esta forma nutro a mi organismo de todos los minerales necesarios y que perdemos conforme la edad va siendo más avanzada. Consultado esto con un médico de cierta confianza me dijo: ¡Tú estás loco! ¿Y la tensión arterial? Me reí y le enseñé la tabla que me había hecho donde reflejaba la lectura del último mes sobre mi tensión arterial y no daba crédito.
Con esto quiero decir que me gustaría que alguien probase lo que digo y seguro que podría ayudar a mucha gente que por su situación geográfica, tiene una fuente de salud en el Agua de Mar, ya que nos aporta como he dicho antes, toda la gama de minerales que hay en el planeta y que nuestro organismo necesita. También hoy puedo tomar sal echa por mí partiendo del agua de mar y esta sal sí que es verdad que no altera la tensión en lo más mínimo.
En la insuficiencia renal tengo entendido que hay un desequilibrio de la relación sodio potasio, entre otros y me gustaría me informaran sobre cómo intentar ajustar este desequilibrio cuando la persona que esáé afectada por este síndorme se somete a diálisis.
El motivo principal de mi búsqueda es por que mi esposa es hipertensa y las recomendaciones de los profesionales fueron las que se describen en el articulo, tome mucha agua, haga egercicio y no añada sal a los alimentos. Encontramos que una alternativa nos llevaría a tener un consumo normal de sal, la sal del himalaya y esa fue mi pregunta y su artículo responde claramente.
Gracias por su excelente información.
He echado de menos que se hable de la composición química de la sal. Habría que decir que la sal marina contiene 92 minerales entre ellos oligoelementos, y que el agua de mar posee la tabla periódica completa. Mi pareja cuando me conoció era una persona medicada hacía 20 años con seguril, todo fue conocerme y cambiar a sal marina. Hoy es una persona que dejó el seguril, perdió 11 kg y ya no retiene líquidos. Por ello aconsejaría a todos que consuman sal marina sin refinar.
Un saludo para todos.
Yo tengo 2 meses que me detectaron presion alta. Me recetaron losartan 50 mg cada 24 horas y nada de sal y ejercicio y mucha frutas y verduras, pero de una semana para acá he andado con dolor de cabeza y nuca será que deje la sal y la dieta que me siento mal.