Los investigadores de un hospital londinense(1) han recopilado datos de pacientes que han acudido a sus consultas por problemas renales y han demostrado que existe un vínculo entre la frecuencia de los cálculos y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El hecho de tener cálculos renales con frecuencia indicaría la presencia de un exceso de calcio en el organismo que acaba, además de en los riñones, en las arterias, lo que las vuelve rígidas y provoca un riesgo importante de enfermedades cardiovasculares.
Asimismo, conviene evitar los déficits de las vitaminas D y K, cuyo papel es precisamente el de distribuir de manera eficaz el calcio por todo el organismo.
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