Permítame hacerle una pregunta: ¿sufre algún tipo de dolor crónico o recurrente (debido a ciática, fibromialgia, artritis, esclerosis…) y utiliza analgésicos de uso común como paracetamol, aspirina o naproxeno para aliviarlo?
Si la respuesta es afirmativa, hoy quiero compartir con usted una alternativa que le permitirá reducir significativamente el número de analgésicos que usted toma (y con ello, los correspondientes efectos secundarios que provocan y que pueden llegar a ser muy graves). Incluso es posible que en un futuro no vuelva a necesitarlos.
Creo que es una excelente noticia.
Se trata de una sustancia 100% natural para combatir el dolor crónico de la que posiblemente nunca había oído hablar y que…
… es extraordinariamente eficaz contra dolores musculares, articulares, óseos y todo tipo de dolencias recurrentes.
… actúa directamente a nivel celular reduciendo la sensibilidad periférica de la zona afectada y disminuyendo la sensación de dolor.
… está completamente exenta de efectos secundarios en las dosis estudiadas (no como los medicamentos químicos, que provocan úlceras, gastritis hemorrágicas y daños renales y hepáticos, entre otros muchos). (1)
Le aseguro que va a revolucionar su botiquín y su vida, pues le va a ayudar a aliviar el dolor crónico sin causar daños en su organismo, tal y como hacen los analgésicos convencionales.
Veamos de dónde surgió esta increíble sustancia y cómo actúa en su organismo.
La naturaleza no deja de sorprendernos y nos ofrece soluciones muy efectivas desde los lugares más insospechados. Así, en la década de 1950 un grupo de científicos identificó en la yema de huevo una sustancia hasta entonces desconocida y que destacaba por su potente acción antiinflamatoria. (2)
Pero no fue hasta 1974 cuando se describieron sus propiedades analgésicas, fruto de un ensayo clínico que evaluó su eficacia y su seguridad y que demostró que el dolor se reducía en un 45,5% después del tratamiento. (3)
Un año más tarde, la prestigiosa revista científica The Lancet publicaba el estudio de unos investigadores checoslovacos que comparaba la acción analgésica de la aspirina (que por aquel entonces era el medicamento de referencia contra el dolor) con la de esta alternativa natural. (4)
El ensayo confrontaba la ingesta de 1,8 g/día de esta sustancia frente a 3 g/día de aspirina en pacientes con dolor articular. Los resultados fueron espectaculares: ambos compuestos mejoraban el movimiento articular y disminuían el dolor. Pero eso sí, la sustancia natural, además de no producir efectos secundarios, resultó ser mucho más eficaz (puesto que su dosis era un 40% inferior a la de la aspirina).
Curiosamente, esta investigación no fue reconocida en la literatura científica.
Está claro que los intereses farmacéuticos ya existían por entonces y que las aspirinas se vendían por toneladas; ¿para qué iban a dar pábulo a una alternativa natural existiendo un medicamento tan rentable?
No fue hasta los años 90 que el interés terapéutico por este compuesto natural presente en pequeñas cantidades en el huevo (pero también en la lecitina de soja, la leche o el cacahuete) fue reconocido por la comunidad científica.
Y fue gracias al trabajo de la neuróloga Rita Levi-Montalcini, galardonada con el premio Nobel de Medicina en 1986. A través de sus investigaciones, la célebre científica italiana pudo demostrar la eficacia de esta sustancia para el tratamiento de dolores neuropáticos crónicos y la inflamación crónica. (5) (6)
La palmitoiletanolamida (la sustancia de la que le he estado hablando hasta ahora), descrita así por su estructura molecular formada por ácido palmítico y etanolamida, pasó a ser conocido por sus siglas, PEA.
Las investigaciones complementarias que se sucedieron después han convertido a la PEA en una alternativa natural, real y efectiva a los analgésicos en el tratamiento del dolor crónico.
Desde el año 2010, los complementos nutricionales que la incluyen en su formulación están disponibles en forma de polvos o de cápsulas (de hecho, en los Países Bajos ya son considerados como los nuevos tratamientos “antidolor” naturales). Enseguida le recomendaré uno en concreto, pero antes me gustaría explicarle en profundidad cómo actúa esta sustancia para que así no tenga ninguna duda de su eficacia para combatir los dolores recurrentes.
Existen dos tipos de dolor: los agudos (que se producen de manera puntual, como un dolor de cabeza, de oídos o de muelas) y los crónicos, que son los que aparecen regularmente y suelen prolongarse en el tiempo con mayor o menor intensidad. Estos son los dolores más difíciles de erradicar y que llevan asociados un mayor consumo de analgésicos.
En función de su origen, los investigadores los clasifican en tres tipos:
Pues bien, como pudo identificar la neuróloga Rita Levi-Montalcini, la PEA es una solución natural para limitar los dolores inflamatorios, neuropáticos y mixtos. Es decir, que actúa de forma global sobre el dolor, sea cual sea su origen.
Pero, ¿cómo lo hace exactamente?
El mecanismo de acción de la PEA para ayudarle a eliminar el dolor es asombroso.
En las células existen ciertos receptores específicos conocidos como PPAR-alfa que intervienen en diferentes procesos, como el metabolismo de las grasas, la regulación de la glucosa o la proliferación celular. Y también en los procesos inflamatorios, que suelen estar detrás de todo dolor crónico.
Pues bien, las moléculas de la PEA tienen la capacidad de enlazarse a estos receptores, reduciendo la sensibilidad periférica del dolor inducida tanto por las células neurales (las propias del sistema nervioso) como por las células no neurales.
En otras palabras, la acción de la PEA permite bloquear la señal de estas células y disminuir la sensación de dolor. (7)
A este respecto se han obtenido resultados positivos en el tratamiento del dolor crónico asociado a múltiples patologías: la neuropatía diabética, la neuropatía periférica inducida por los tratamientos de quimioterapia, el síndrome del túnel carpiano, problemas lumbares y pélvicos, la ciática o incluso la fibromialgia y la esclerosis múltiple. (8) (9) (10) (11) (12)
Y al menos 6.000 pacientes con dolor crónico e inflamación han participado en ensayos clínicos desde los primeros estudios sobre la PEA, que hoy ya está reconocida como un principio terapéutico contra el dolor increíblemente positivo. (13)
No tenga duda de que tratar los dolores recurrentes con esta sustancia es eficaz, seguro y 100% natural.
Por si desea probarla, he seleccionado para usted un complemento con la máxima garantía.
Antes de nada, quiero comentarle que mientras analizaba los diferentes complementos que existen para tratar el dolor de forma natural, encontré una patente que trabaja con los máximos estándares de calidad de la Unión Europea bajo el nombre de OptiPEA; me pareció imprescindible que el complemento que eligiese para usted contara con ella en su formulación. (14)
El complemento que le recomiendo es de laboratorios Super Smart y se llama Natural Pain Relief, que en inglés significa “alivio natural del dolor”. Y eso es exactamente lo que le ofrece.
Tres cápsulas de este analgésico natural al día le van a permitir beneficiarse de:
Si usted padece algún tipo de dolor crónico y tiene alguna duda de si este complemento es o no para usted, solo tiene que pararse a pensar en la cantidad de analgésicos que ha tomado a lo largo de su vida. Estará conmigo en que es el momento de decir ¡ni una pastilla más!
Y en el caso de que, siguiendo tratamiento, no note mejoría y se haya planteado tomar algo “más fuerte”, también me gustaría que antes de recurrir a los opiáceos (que tienen riesgo de adicción y pueden provocar dependencia) diese una oportunidad a este complemento de PEA. Puede que su efecto no sea inmediato y tenga que esperar un poco para ver los resultados, pero le aseguro que se habrá librado de efectos secundarios que pueden llegar a ser muy graves.
Existen muchos tipos de analgésicos contra el dolor crónico, cada uno con sus aplicaciones y sus riesgos. Pero, existiendo una alternativa natural como la PEA, ¿por qué no iba recurrir a ella?
Si lo desea, puede pedir su analgésico natural en este enlace.
¡A su salud!
Felipe M. Miller
P.D.: Como la mayoría de los tratamientos para el dolor, este complemento es exclusivo para adultos y no está recomendado en caso embarazo o lactancia. Si usted tiene un problema concreto de salud o está tomando medicación, consulte previamente con su médico antes de tomarlo.
Fuentes:
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