Los pacientes con cirrosis tienen más probabilidades de sufrir complicaciones si se someten a pruebas invasivas como la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).
Este procedimiento, menos común que otras pruebas de diagnóstico, se emplea para diagnosticar y tratar enfermedades de los conductos biliares y pancreáticos pero, según un reciente estudio, en caso de cirrosis puede conllevar una agudización de la insuficiencia hepática crónica, la fase más avanzada de la enfermedad(1).
Para comprobar hasta qué punto esta prueba conlleva el riesgo de complicaciones (lo que puede causar un fallo en órganos como el corazón, el riñón, los pulmones o el cerebro) se evaluaron 441 casos de pacientes con cirrosis. Se pudo comparar así la evolución de los pacientes en los que se había realizado esta prueba invasiva, con la de aquellos que no se sometieron a ninguna intervención de este tipo durante su tratamiento.
Los investigadores observaron que el riesgo de que la insuficiencia hepática crónica se agravara aumentó un 11,4% tras someterse al CPRE, siendo solo del 3,2% si no pasaron por esta prueba.
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