Mil gracias a todos los que nos han escrito para agradecernos el Tener S@lud que dedicamos hace unas semanas con consejos para la prevención de la poliartritis reumatoide (es decir, la artritis “múltiple” o localizada en numerosos puntos del cuerpo).
Se trata de una de las enfermedades más dolorosas e incapacitantes que se puede padecer. Por eso en aquel texto, que llevaba por título “6 consejos que funcionan para prevenir la artritis”, le ofrecíamos pautas para evitar la aparición de la enfermedad.
Pero lo mejor es que no solo se puede prevenir, sino que la medicina natural también ofrece soluciones eficaces para combatirla una vez que la enfermedad ya ha sido declarada. Y precisamente de eso es de lo que hoy quiero hablarle.
Como digo, en esta patología el dolor es tal que es difícil no “sucumbir”, aunque sea en primera instancia, al alivio más o menos instantáneo que ofrecen los analgésicos convencionales, la cortisona(antidolor y al mismo tiempo antiinflamatoria) o incluso los antibióticos (en la artritis la inflamación de la membrana sinovial tiene en ocasiones un componente bacteriano, por lo que va seguida de una infección contra la que se utilizan estos fármacos).
El problema es que a largo plazo estas soluciones pierden eficacia y además se vuelven muy nocivas (la cortisona, por mencionar solo un ejemplo, favorece el desarrollo de la osteoporosis y termina debilitando al máximo los huesos).
Del mismo modo, y al ser la artritis reumatoide una enfermedad autoinmune, en los casos más graves los médicos llegarán a proponer tratamientos a base de inmunosupresores. Lo malo es que detrás de este nombre se esconden ciertos productos extremadamente agresivos capaces de destruir las defensas inmunitarias del cuerpo.
En la práctica actúan igual que lo haría un veneno sobre las células de la médula ósea encargadas de producir glóbulos blancos. De hecho, son los mismos tratamientos que los utilizados en quimioterapia contra el cáncer, en particular el conocido metrotexato, derivado del “gas mostaza” utilizado durante la Primera Guerra Mundial (aunque suene increíble, esto es totalmente verídico).
En definitiva, cualquier paciente que desee evitar una muy negativa sorpresa vinculada a los tratamientos farmacológicos debe hacer todo lo que esté en su mano para frenar la progresión de la artritis reumatoide por otros medios.
Y, asimismo, debería tratar de reducir las dosis de los medicamentos que esté tomando, ya que cuánto menores sean estas, durante más tiempo serán eficaces. Mi consejo es que los reserve exclusivamente para las crisis más graves, ya que en ese caso actuarán con más fuerza para aliviar los picos de dolor.
Existe una lista de sustancias y fórmulas naturales interesantes que se pueden probar en caso de poliartritis reumatoide.
Una de las más prometedoras es el régimen alimentario hipotóxico del Dr. Jean Seignalet, al que ha dado notoriedad Jacqueline Lagacé, investigadora en microbiología e inmunología.
Desesperada a causa de los dolores de artritis que sufría, descubrió en esa dieta una solución magnífica contra el dolor y la rigidez articular: “Sus resultados son espectaculares. En 10 días el dolor había desaparecido, y en 16 meses había recuperado por completo el movimiento en los dedos”. Además, constató una mejoría notable en las articulaciones de la rodilla y en la columna vertebral, que también se veían afectadas por artrosis desde hacía años. (1)
La dieta hipotóxica del Dr. Seignalet es un régimen alimenticio próximo a la dieta paleolítica: no se consumen productos lácteos de vaca, se eliminan el trigo y la mayoría de los cereales y se prioriza la cocción suave (la carne y las legumbres, por ejemplo, se cocinan poco, mientras que las frutas y verduras se comen crudas). (2)
Existen gran cantidad de nutrientes, principios activos procedentes de plantas y otras soluciones naturales que conviene tener muy en cuenta en caso de poliartritis reumatoide.
Lo ideal sería que por sí mismos constituyesen una estrategia terapéutica natural global, pero la artritis reumatoide es tan sumamente dolorosa que soy perfectamente consciente de que en algunos casos -o en momentos concretos- servirán para acompañar a otros tratamientos convencionales más fuertes.
No desespere; empezar a contar con las soluciones naturales a su alcance es el primer paso en la dirección correcta. Estas le servirán de base para mejorar la situación, ofreciéndole alivio y suavizando sus crisis, así como consiguiendo que necesite muchos menos fármacos químicos.
Le he pedido a mi compañero Felipe M. Miller que revisara la lista siguiente por si quisiera hacerle alguna recomendación concreta de algunas de las sustancias incluidas en ella, para que le resulte aún más práctica y puede empezar a utilizarlas cuanto antes.
A continuación tiene la lista completa de las sustancias naturales que desde hoy pueden convertirse en sus mejores aliadas contra la artritis reumatoide:
1. La capsaicina. Esta sustancia que aporta el picante a la pimienta y a la guindilla es capaz de aliviar el dolor causado por la poliartritis reumatoide. Hay que aplicarla en forma de crema, que podrá encontrar con un contenido en sustancia activa que va desde el 0,025 al 0,075%. Haga 4 aplicaciones al día para obtener resultados al cabo de 2 ó 3 días de tratamiento. (3)
Tomada en forma complemento líquido la capsaicina incrementa aún más su potencia, hasta el punto de que apenas unas gotas son suficientes para hacer desaparecer los dolores articulares casi en el acto. Aquí puede conseguirla en este formato.
2. Los omega 3 procedentes del aceite de pescado, la sustancia natural que ha sido objeto del mayor número de estudios clínicos en lo que concierne al tratamiento de la poliartritis. (4)
La conclusión general es que tomar de 3 a 4 g al día de EPA (es decir, ácido ecosapentaenoico, un tipo de omega 3) permite reducir los dolores y la rigidez matinal de las articulaciones y disminuir la toma de medicamentos antiinflamatorios -una ventaja importante, especialmente teniendo en cuenta los peligros a largo plazo de ese tipo de fármacos-.
Son muchos los complementos nutricionales que incluyen omega 3 en su formulación, bien aislado o en combinación con omega 6 y 9. Es importante que el que usted elija tenga la correcta proporción de estos ácidos, aportándole las cantidades exactas que su organismo necesita. Si quiere ir directamente a lo seguro, puede pedir directamente aquí su omega 3 de calidad.
3. Los aceites vegetales (AV) de onagra y de borraja, consumidos a razón de 5 ó 6 g, al día resultan de utilidad ante la poliartritis. (5)
4. La astaxantina, un carotenoide antioxidante que se encuentra en el salmón y el krill (un pequeño crustáceo muy rico en omega 3 del que se nutren las ballenas) y del que hay que tomar una dosis de 4 mg al día. (6)
Resulta muy interesante en particular para los pacientes que toman prednisona, un corticoide prescrito con frecuencia contra la artritis y que daña los ojos.
5. El veneno de abeja, que disminuye el dolor y los trastornos inflamatorios, de acuerdo con numerosos testimonios. Además, como acompañamiento a los medicamentos clásicos contribuye a la reducción de los síntomas. (7)
6. Por su parte, dentro de la fitoterapia (la medicina a base de plantas) hay varios remedios que pueden marcar notablemente la diferencia en caso de poliartritis:
Por un lado existe una conocida mezcla que resulta muy eficaz en caso de poliartritis reumatoide. Se trata de una tintura (es decir, plantas maceradas en alcohol) de tres medidas de álamo o chopo temblón (Populus tremula) por una de fresno común o de hoja ancha (Fraxinus excelsior) y una de vara de oro (Solidago virgaurea). Se toma por vía interna (se traga diluido en agua). (8)
Un total de 10 estudios realizados apuntan que su eficacia es comparable a la de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para aliviar los dolores en caso de poliartritis.
Por otro lado, destacan las plantas que por sí mismas son capaces de aliviar el dolor articular que produce la poliartritis. De ellas, la más conocida es el casis o grosellero negro (Ribes nigrum), del que hay que tomar entre 5 y 12 g de hojas secas en 250 ml de agua hirviendo y dejadas en infusión 15 minutos para luego beberse a razón de 2 tazas al día. También pueden tomarse 5 ml de extracto fluido (1:1) 2 veces al día antes de las comidas. (9)
Otra planta conocida es la cúrcuma (Curcuma longa), que actúa en general contra las enfermedades autoinmunes y posee un efecto antiinflamatorio muy notable cuando se toma en dosis de 500 mg al día de curcumina (su principal principio activo). Un estudio ha demostrado una eficacia equivalente a una dosis baja de diclofenaco. (10)
Como complemento, le recomiendo este en concreto, que contiene curcumina de última generación, hasta 185 veces más potente de la que ofrecen la mayoría de complementos.
Otras plantas que también deberían consumirse con regularidad en caso de poliartritis son el incienso(Boswellia serrata), que mejora la “nutrición” articular; el jengibre (Zingiber officinale), que es también antiinflamatorio, y el regaliz (Glycyrrhiza glabra).
Y por último mencionar el harpagofito, que tiene un efecto demostrado para reducir la inflamación. Muchos ensayos clínicos han demostrado una mejoría en la movilidad y un alivio notable del dolor gracias a esta sustancia. Se toma en comprimidos de 500 mg tres veces al día. (11)
Aunque si lo prefiere, también puede administrarse como pomada. Aplicada directamente sobre las articulaciones antes de acostarse, acabará con el dolor articular… ¡mientras usted duerme! Puede pedirla aquí.
7. Asimismo, dentro de la Medicina Tradicional China (MTC) hay tres armas con las que no podrá dejar de contar. En primer lugar, otra planta, la vid Tripterygium wilfordii; en segundo, un tratamiento, la acupuntura; y en tercero, una actividad física, el Tai chi. (12) (13) (14)
Estudios científicos han demostrado el gran interés de estos tres enfoques contra la artritis reumatoide y los dolores que provoca, así como para mejorar la amplitud de los movimientos, la capacidad funcional y la calidad de vida en general.
8. Por último, el Dr. Joseph Mercola recomienda la técnica de liberación emocional (EFT, por sus siglas en inglés), próxima también a la MTC, que consiste en estimular con los dedos ciertos puntos clave en acupuntura para librarse del dolor y “cortocircuitar” los “bloqueos emocionales” en el sistema bioenergético corporal. (15)
Aunque se trate de una enfermedad difícil y muy dolorosa, con la que es complicado lidiar, la poliartritis reumatoide no evoluciona siempre de forma rápida o del mismo modo. Por tanto, tenga claro que se puede hacer mucho por ralentizar su avance, minimizando al máximo sus síntomas y ganando en calidad de vida.
Ahora bien, lo importante es no dejar pasar el tiempo en vano. Al contrario, lo mejor será que actúe cuanto antes, ya que la inflamación de la envoltura sinovial se comunica rápidamente con el cartílago y éste, una vez dañado o destruido, es muy difícil de recuperar. Eso es lo que realmente marca la diferencia.
P.D.: Por si se lo perdió, permítame copiarle aquí el enlace de la primera parte de este artículo, que envié como Tener S@lud hace semanas bajo el título “6 consejos que funcionan para prevenir la artritis” (aquí puede leerlo). También le invito a reenviar ambos textos a todos aquellos contactos que sufran problemas articulares. ¡Estoy seguro de que se lo agradecerán enormemente!
Fuentes:
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Muy interesante su artículo, soy graduada en Naturopatia, lo que me llevó a realizar este curso es investigar sobre el padecimiento de la Escleridermia Morfea o Localizada, ya que mi hija desde los 14 años de edad se le presentó esta enfermedad y llevamos casi 20 años luchando contra esta, quisiera si ustedes pudieran ayudarnos en conocer como aliviar o curar esta enfermedad le estaríamos muy agradecidos.
Hola buenos días, gracias a sus textos voy formándome y paliando poco a poco los dolores de mi poliartritis. Aún me falta camino o más lecturas interesantes. Así que muchas gracias y seguir en este buen camino. Saludos.