Las graves secuelas que sufren muchas niñas vacunadas contra el virus del papiloma humano (VPH) ya se han convertido en un problema de salud pública en países como Japón. Y ha sido precisamente allí donde se ha celebrado un simposio(1) para abordar este problema, que ha contado con la presencia de jóvenes afectadas de Irlanda, Reino Unido, Colombia y España.
Las conclusiones han sido que existe una relación directa entre la vacuna del papiloma humano y los graves efectos adversos que sufren muchas niñas tras su administración: dolor en las articulaciones y en todo el cuerpo, problemas visuales y del sueño, pérdida de memoria, convulsiones, desórdenes autoinmunes, invalidez permanente y un largo etcétera, incluyendo la muerte en los casos más extremos. Sólo en España se han reportado 1.172 afectadas, con 7 fallecimientos debidos a la vacuna.
Pero además de que estos síntomas son comunes entre las afectadas de todos los países, también lo es que los gobiernos y autoridades médicas siguen sin hacerse responsables del problema. Por ello en este simposio se han fijado las primeras líneas de actuación para reunir a todas las damnificadas y solicitar que se las compense por el daño sufrido, además de que se reconozca internacionalmente el riesgo de la vacuna VPH y se retire de los calendarios de vacunación.
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