Los pacientes con cirrosis hepática avanzada (patología caracterizada por una importante inflamación generalizada y que puede conllevar un fallo multiorgánico y la muerte) cuentan con una nueva herramienta terapéutica: la albúmina, principal proteína de la sangre y que se puede encontrar sobre todo en la clara del huevo.
Un equipo de investigadores(1) ha descubierto que la administración de albúmina en altas dosis ayuda a detener esa inflamación sistémica. Y, además, que posee un efecto inmunomodulador por el que se estimula el sistema inmunitario.
Para confirmar su eficacia contaron con 18 pacientes con cirrosis avanzada que fueron divididos en dos grupos según las dosis de albúmina recibidas durante 12 semanas: el primer grupo recibió una dosis baja (1g/kg de peso corporal cada dos semanas) y el segundo una más alta (1,5g/kg cada semana), siendo este último en el que se observó una significativa reducción de los marcadores de inflamación.
Por último, el estudio ha confirmado que estas altas dosis de albúmina también ayudan a estabilizar la circulación sanguínea, lo que previene las disfunciones circulatorias comunes en la cirrosis.
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