Hoy el uso de algas en la cocina está a la orden del día. Las encontrará en cualquier supermercado para preparar una deliciosa sopa miso, una exótica ensalada o añadirlas a sus platos de arroz y legumbres.
Y también es bastante habitual su utilización medicinal para prevenir y tratar numerosos problemas de salud, generalmente en forma de complementos nutricionales.
Es decir, que prácticamente todo el mundo sabe ya que estas “verduras marinas” son muy ricas y sanas.
Pero le aseguro que, si aún no la conocía, esta alga va a romper todos sus esquemas.
Porque puesta sobre su plato, esta maravilla proveniente de los fondos marinos del ártico es capaz de…
…¡optimizar el valor nutricional de los demás alimentos con los que se cocina!
Por ponerle un ejemplo, añadida a las legumbres, que son deficitarias en el aminoácido metionina, esta alga contrarresta esta carencia y aumenta el aporte proteico del plato. Pero no solo eso: también reduce el tiempo de cocción y mejora la digestión gracias a su efecto carminativo, que favorece la expulsión de gases.
Y no acaban ahí sus virtudes.
Su contenido en nutrientes es tan excepcional que se ha ganado con creces el título de “superalimento”.
Además de potenciar el valor nutricional de los platos, esta alga posee una concentración sorprendente de compuestos bioactivos y nutrientes con efectos increíbles sobre la salud.
La razón es que a la riqueza de los mares en los que crece se suma un hecho extraordinario: su capacidad de absorber las sustancias inorgánicas presentes en el agua e incorporarlas a su estructura celular.
Así, en comparación con otros vegetales terrestres…
Y también…
A todos estos fantásticos beneficios para la salud además hay que sumar una última y sorprendente cualidad de esta alga que no pasará desapercibida para las personas que sufren hipotiroidismo.
El yodo es esencial y necesario para el correcto funcionamiento del organismo, en pequeñas cantidades (la ingesta diaria recomendada -IDR- es de 150 µg/día en adultos). Aún así, su déficit es generalizado y se estima que afecta a 275 millones de personas solo en Europa.
Por este motivo se aconseja consumir alimentos ricos en yodo de vez en cuando, a fin de evitar posibles carencias (que acarrean importantes problemas de salud como el bocio o el hipotiroidismo).
Para ello, mucha gente recurre a la sal yodada. Pero, ¡ojo con las cantidades! No olvide que un elevado consumo de sal aumenta el riesgo de hipertensión.
Y aquí reaparece de nuevo esta extraordinaria alga de la que le hablo como una fantástica alternativa para obtener un adecuado aporte de yodo manteniendo a raya la tensión. Eso sí, consumida siempre en las cantidades adecuadas y hervida convenientemente antes de añadirla a los platos.
Como ha visto, esta alga es un auténtico prodigio para la salud. Pero es que además su sabor es “umami”, según la tradición culinaria japonesa, el “quinto sabor”.
Este nombre significa literalmente “sabroso” en japonés, y es un sabor que acompañaría al dulce, ácido, amargo y salado que reconocemos en Occidente.
Es un sabor indescriptible que, unido a su capacidad para potenciar el resto de los sabores que la acompañan en el plato, está detrás del boom que esta alga tiene en la actualidad en la gastronomía y en los fogones de multitud de hogares.
Sabor y salud. Salud y sabor. ¿Qué más se le puede pedir a un alimento?
No es de extrañar que esta alga sea consumida por más de 100 millones de personas en todo el mundo.
Y usted, ¿no está deseando probarla en su próxima comida?
¡Claro que sí! Pero se habrá dado cuenta de que todavía no le he dicho cómo se llama.
El motivo es que no quiero que salga corriendo al supermercado o tienda especializada sin que tenga completamente claro cuál tiene que comprar para garantizar la máxima seguridad y eficacia en su consumo. Por ejemplo:
Encontrará toda esta información, junto con el nombre de esta portentosa alga, en el próximo número de Plantas & Bienestar.
Y una vez conozca las condiciones óptimas de recolección y de procesado no se prive de esta deliciosa y saludable alga en su menú.
Además, optimizará el valor nutricional de todos sus platos en un momento en el que la pobreza de los suelos agrícolas y el exceso de alimentos ultraprocesados comprometen seriamente la salud.
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