En octubre del año pasado, el productor de Hollywood Harvey Weinstein saltó a la actualidad tras publicarse en dos medios de comunicación decenas de acusaciones en su contra por acoso y abuso sexual.
Se rebeló que quien parecía un exitoso y poderoso magnate del cine era en realidad un auténtico depredador sexual, un abusador en serie que había ido dejando un reguero de víctimas a lo largo de su vida profesional, aspirantes a actrices muchas de ellas hoy convertidas en celebridades.
El caso Weinstein tuvo un efecto dominó, tras el que empezaron a salir a la luz en cascada, con nombres y apellidos, acusaciones de acoso y agresión sexual contra famosos y poderosos, y generó una respuesta en instituciones y empresas contra los acusados por esos hechos.
Con el nombre #MeToo (“yo también”) se convirtió en una campaña mundial en Twitter que animaba a las mujeres a contar sus casos, y que ha tenido sus propias versiones en distintos países (como la campaña francesa #balancetonporc, algo así como “delata a tu cerdo”).
Sin duda el caso Weinstein marcará un antes y un después en lo que se considera un comportamiento sexual inapropiado y contribuirá a que queden más claros los límites, dando más poder a las mujeres para decir “no” y castigando socialmente a quienes se comportan de forma intolerable.
Pero en todo este asunto hay otras víctimas.
Los hombres y mujeres normales, que no abusan de nadie y viven las relaciones con los demás de forma respetuosa y sana, son de hecho víctimas inocentes de las aberraciones sexuales de una minoría que cree que todo les está permitido.
Debido a los abusos de unos pocos, la sospecha y la desconfianza están ganando terreno en el conjunto de la sociedad, hasta el punto de que cada vez es más problemático conocerse, conversar y seducir de forma normal, sin preocuparse de que algún día puede ser castigado por denuncias injustificadas o directamente falsas.
En mis años en la escuela primaria, había niños a los que les gustaba hacer comentarios desagradables, hacer gestos obscenos y levantar las faldas de las niñas, comportamientos que como es natural los profesores detenían.
Más tarde, hacia la adolescencia, la conversación principal entre los chicos durante el recreo eran las chicas y los logros de algunos de la clase particularmente avanzados.
Con el paso de los años, las cosas se van poniendo en su lugar. Estudios, trabajo, ocio, familia… y el sexo va teniendo un protagonismo mucho menor.
Aunque no tanto. Hace unos años se hizo público un estudio de la Universidad de Ohio (EEUU) en el que los investigadores trataban de averiguar cuánto piensan en el sexo tanto los hombres como las mujeres. El resultado fue que la mayoría de los hombres tienen 19 pensamientos sexuales al día (aunque alguno de los sujetos del estudio llegaba a 388), mientras que, por término medio, una mujer tiene ese tipo de pensamientos 10 veces al día (el récord en las mujeres investigadas estaba en 140). (1)
El estudio sin duda no era metodológicamente perfecto. Es lo que se conoce en psicología como “el problema del oso polar”, un concepto surgido de un estudio paradigmático en el que los participantes debían evitar pensar en un oso polar, y lo que ocurrió es que no consiguieran sacarse de su cabeza la idea de un oso blanco. Esto demuestra que basta estar estudiando algo para que los participantes piensen más en ese algo.
Pese a sus limitaciones, el estudio de la Universidad de Ohio pone de manifiesto que pensar en sexo es mucho más frecuente de lo que podría parecer. Lo cual, como es obvio, no significa que todo valga a la hora de relacionarnos sexualmente con nuestros congéneres.
No hay excusas para que monstruos como Harvey Weinstein y tantos otros weinsteins anónimos campen a sus anchas.
Muchas civilizaciones han encontrado como solución al deseo carnal supuestamente irreprimible de los hombres la de confinar a las mujeres en sus hogares, en cabañas o en harenes cercados por altos muros, de donde sólo pueden salir con su padre o sus hermanos, vestidas con ropa que las cubra. Esto no es sino una forma abominable de pensar que todos los hombres son seres abyectos y de condenar a las mujeres, cosificarlas y privarlas de sus más elementales libertades y derechos.
En Occidente la solución pasa por la educación desde niños de hombres y mujeres en el respeto al otro, y por un sistema policial y judicial represivo contra los hombres que no pueden o no quieren controlarse. Y también, sobre todo a raíz del caso Weinstein, por dar voz y credibilidad a las mujeres que sufren abusos.
Todo esto es el lado oscuro del deseo sexual, pero también está el otro lado.
El deseo carnal ni es sólo negativo ni tampoco únicamente masculino.
Este deseo es el que permite el erotismo, que es el logro supremo de una relación amorosa exitosa.
Eros era el dios del amor de los griegos; Platón se refirió a él como “el que hace el mayor bien a los hombres”, “el más viejo, el más augusto y el más capaz de hacer al hombre virtuoso y feliz durante su vida y después de la muerte”. (2)
Los grandes maestros espirituales y religiosos han dejado testimonio de que “el amor lo puede todo”, “el amor mueve montañas”, “sin el amor no soy nada”…
El amor respetuoso, intenso y auténtico es una de las experiencias más increíbles que le pueden pasar a un ser humano.
Bien gestionada, la experiencia erótica roza la magia y el viaje intersideral.
Las normas de la gravedad parecen abolidas, el tiempo se detiene. Los cuerpos están tan enredados que parecen uno. Las sensaciones y los olores se entremezclan con el vértigo, antes de hacerle olvidar a uno quién es, dónde está y qué está haciendo, para convertirle en una pura sensación de voluptuosidad infinita.
En lo más alto de la pasión, dos amantes podrían pasar varios días sin comer y sin dormir; absorbidos, fundidos. Las caricias y los besos, las promesas y las declaraciones ardientes serán su alimento, y sus protagonistas, hombres y mujeres, guardarán para toda la vida el recuerdo nostálgico de esos momentos increíbles y deliciosos.
Espero que no se sonroje cuando hable de estos temas.
Lo ideal sería preocuparse de cómo vivir esta experiencia y cómo renovarla.
Para combatir los abusos hay quien propone medidas de lo más drástico. Así, ciertas universidades estadounidenses han comenzado a repartir entre sus estudiantes “kits de consentimiento consciente”, que incluyen un contrato, un bolígrafo y preservativos. (3)
La idea es dejar atrás cualquier riesgo de ambigüedad, plasmando por escrito antes de mantener relaciones sexuales hasta dónde se está dispuesto a llegar. Y para quien se haya olvidado su “kit” en casa ya hay incluso una aplicación móvil que permite registrar los contratos. (4)
Lo sé, suena un poco de locos. Es cierto que el número de abusos y acoso entre jóvenes es alarmante, llegando incluso a banalizarse el problema en algunos casos… Sin embargo, ¿de verdad es ésta la solución?
Verse en la obligación de hacer un inventario previo de los tipos de caricias que están o no permitidas en un momento tan íntimo me parece una forma excelente de… ¡echar por tierra todo romanticismo y erotismo! El sexo terminaría convirtiéndose en un acto administrativo carente de todo interés, en vez de la maravillosa experiencia que debería ser.
De hecho, la emoción que nos hace perder la cabeza y la razón no nace en un marco claro, transparente y normal.
El erotismo, por el contrario, florece en el claroscuro, la incertidumbre, la ambigüedad y el desorden de las almas.
Cerramos los ojos. Nos rodeamos de un halo enigmático. Sólo hablamos con el aliento…
En ese momento, coger la mano, rozar la rodilla o atreverse a dar un beso se convierten en momentos de increíble intensidad.
Porque si es tan emocionante llegar al final de la experiencia carnal, es precisamente porque no sabemos en un principio lo que va a suceder. No sabemos lo que la otra persona quiere, ni uno mismo lo sabe bien. Porque la magia de estas situaciones también está en la incertidumbre y en ir explorando juntos el terreno de esa nueva relación.
Hay que temblar un poco, estar nervioso y preguntarse qué va a pasar (“¿Se atreverá?” “¿Nos descubrirán?”…).
Tras los acontecimientos, todo el arte consiste en ir mostrando sus cartas gradualmente. En muchos casos habrá que aparentar resistirse -aunque no mucho- antes de darse por vencido.
Por último, los momentos de entrega absoluta, de desnudez total, sólo valen en la intimidad de la alcoba, la penumbra o la noche en la cálida arena, no bajo la luz de las luces de neón.
El erotismo es exactamente lo contrario de un trayecto en metro o cercanías, una línea que se sabe de memoria. Cuando se conoce toda la ruta, está marcada y planificada de antemano, la experiencia erótica pierde gran parte de su interés. Siempre es agradable, por supuesto, pero es más bien como un gran abrazo a su oso de peluche.
El terremoto que provocó el caso Weinstein ha tenido el mérito de denunciar a los auténticos violadores, a los abusadores sistemáticos, a los que utilizan su posición de poder para doblegar voluntades y tomarse libertades indecentes. Ese poder puede ser tan grande como el de un productor de Hollywood o tan pequeño como el de un simple jefecillo en una oficina; pero poder a fin de cuentas.
Pero el huracán de la denuncia corre el riesgo de llevarse por delante todo, sin matices ni criba alguna.
Y lo que podría empezar a estar amenazado de muerte es el propio amor.
¿Qué opina usted de todo esto? Me encantaría que compartiera su punto de vista y sus reflexiones más abajo con el resto de lectores de Tener S@lud, para hacer el debate mucho más rico y diverso.
Fuentes:
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Llegar a éste momento histórico, era necesario; las mujeres en general, hemos vivido durante siglos, con demasiadas cargas (miedos, culpabilidad, confusión), provocadas por el exceso y exigencias del machismo; desde tus padres hasta cualquier macho que se cruce en tu vida. El amor no se puede esconder y menos morir, es imposible ya que es inherente a nuestro ser; lo que deberíamos reflexionar es si hemos y estamos viviendo el amor real.
Bajo el machismo todo se desvirtúa y se tiñe de sensaciones confusas desde las cuales la mujer intenta vivir o sobrevivir; y eso no es vivir el amor, es vivir buscando la manera de mantener tranquilos a los machos. Hay que andar con los zapatos de una mujer.
Me parece un post fantástico. Lo que está sucediendo por parte de mucha gente descentrada y feministas radicales es de una falta total de cultura, de educación, de humanidad y de sentido común, que parecen seres de otro mundo, de otra naturaleza sin más visión que sus resentimientos o sus fobias corrosivas.
La descripción que hace este post viene muy bien a mucha gente y nos reconforta a quienes estamos a bien con nuestra naturaleza, sea masculina o femenina. La complementariedad debe triunfar sobre la denigración, sea de un lado o de otro.
Me parece muy interesante el enfoque que has dado una vertiente humana, de la que nadie carece, la sexualidad. Ya sabemos que la educación sexual es el camino, que se recorre poco o nada. Pero las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, culturas machistas y patriarcales, llevan miles de años, justificando el uso del cuerpo femenino con numerosos matices, según época histórica, que ha provocado la situación actual que estamos viviendo.
Feliz día
Realmente es una pena que esto suceda. Creo que se ha perdido la paciencia, y con ello, la dulce antesala de la culminación del placer, cuando no se sabe ni qué ni cuándo va a suceder. Es un error querer conseguir todo ya; y en el sexo también.
El amor de pareja está sujeto a las transformaciones sociales, culturales y de toda índole que vamos creando en el transcurso del tiempo. Sin embargo está sustentado por pilares tan fuertes y determinantes, tanto genéticos como emocionales, sin los cuales difícilmente puede sobrevivir, pues son inherentes a su constitución básica, a su condición humana. Nunca morirá, sólo se transformará. Y el misterio, de una forma u otra, le rondará siempre.
Decir que el amor es lo más importante para el ser humano es hasta un hecho científico. Psicólogos y terapeutas que trabajan con pacientes terminales nos cuentan, tras largos años de experiencia, que lo que más nos preocupa a las puertas de la muerte es lo siguiente: cuánto hemos amado y cuánto nos han amado.
Está claro. Si es verdadero amor, es desinteresado.
No entiendo a ésas personas. Son tan retorcidas, que hasta se niegan su propia personalidad al abusar de su poder para hacer daño a otra «persona»
Habría que definir AMOR. Si tan sólo te refieres al «amor romántico» entonces que esté amenazado de muerte es una buena cosa para que pueda surgir una forma de amar consciente y equilibrada. Porque en este sistema heteropatriarcal en el que vivimos, «amar» libremente es muy peligroso para la mitad de la población. Mujeres y hombres estamos socializados de una determinada manera.
Tomar conciencia de ello nos ayuda a decidir si queremos otra forma de vida y de relación y nos da la oportunidad de poner en marcha los pasos que nos lleven a ella. Porque es engañoso decir que por la falta de unos pocos depravados otros se ven metidos en el saco. Sinceramente y esto lo digo desde el estudio que realizo en la actualidad, no conozco ni una sola mujer que no haya sido abusara en algún momento de su vida.
Y existe una paleta de lo más variada de formas de abuso. Las mujeres estamos saliendo del victimismo al que el propio sistema nos condena (esencialmente porque no nos considera capaces de defendernos) y pasando a la acción. Esto provoca terremotos en el mismo. Apoyarnos (dejándonos a nosotras la iniciativa y no diciéndonos lo que tenemos que hacer una vez más) sería una bella manera de lograr un verdadero equilibrio. Lo que llamamos «hacer el amor» (con una misma o con otra u otras personas) me parece uno de los mayores regalos de esta vida. Disfrutarlo todas sería el regalo que podríamos hacernos como sociedad.
Porque para que ese abandono, esa sorpresa y ese delicioso no saber a dónde vas existan, la confianza (es decir la ausencia de cualquier tipo de miedo) es fundamental. Lo demás es engaño. Y si en esta sociedad las personas somos maestras en algo es en el engaño, que empieza por el propio autoengaño.
Trabajemos juntas para llevar la luz hacia nuestro interior y de ahí salgamos al mundo con nuestras luces y nuestras sombras, a ver que podemos juntas hacer con ellas. Buen día
.
Totalmente de acuerdo contigo. Se trata de despertar la conciencia de todas las personas y ver lo que ha hecho el patriarcado que impera en la sociedad respecto al amor y el deseo… Y muy importante, como muy acertadamente señalas, desterrar los papeles asignados a las mujeres en el llamado amor romántico que tanto daño hace, a unas más que a otros. Gracias por compartir tu reflexión, Esther.
El amor está siendo amenazado por las denuncias a Weistein???
Acaso lo que hizo Weistein y tantos otros tiene algo que ver con el amor?
Como se nota que el que ha escrito este artículo es un hombre…
Y a qué viene un artículo de opinión sobre moral en una serie sobre salud?
La Mujer está construida por la cultura, al igual que el hombre. Solo que la cultura recibida por la Mujer, a través del sistema patriarcal, la ha situado en la sumisión, en la dependencia, en la inferioridad y en la desvalorización como ser humano. En el SXIX aparecen los Movimientos de Mujeres para reivindicar su dignidad, en EEUU y Europa se alzó su voz con fuerza
Hoy no existe la igualdad salarial, no se comparten los cuidados en la vida cotidiana ni se ha profundizado en la educación igualitaria, ni en los arquetipos que reproducen los valores del sistema patriarcal en los medios de comunicación……Urge dejar el rol de victimas, de objeto sexual, para empoderarnos y crear un mundo donde las relaciones sean armoniosas e igualitarias. Para ello el hombre tiene que desaprender y rechazar el machismo heredado, de lo contrario se producirá el desencuentro como ya escribió Ibsen en «Casa de muñecas». Urge ampliar el concepto del AMOR para enriquecernos mutuamente…..
¡Cuantas Mujeres en el mundo no tienen el derecho a la palabra, son vendidas y esclavizadas!
Interesante artículo que intenta poner un poco de cordura en toda esta locura en busca de «lo correctamente político» que se está produciendo.
En nuestra sociedad solemos pasar de un extremo al otro sin pasar por el centro y mucho menos detenernos en él. De épocas de permisibilidad total, libertad, rebelión contra o socialmente impuesto, pasamos a otras épocas de total represión, prohibiciones de todo y auténticas dictaduras del pensamiento.
Me gustaría que los hombres lectores de este comentario recapacitaran sobre la época en las que salían con sus novias, como tenían que «convencerlas» para tener sexo y si algún comportamiento suyo, desde esta «óptica moderna», hubiera podido considerarse una violación o abuso por su parte, porque seguramente, en muchas ocasiones no llegaron a ningún acuerdo escrito ni verbal siquiera para tener sexo con ellas esa primera vez, ya que seguramente ese momento surgió de una serie de actos que llevaron a su culminación, sin que ellas accedieran explícitamente a ello, e incluso, podría asegurar que hubo momentos en que ellas se negaron a seguir u opusieron algún tipo de resistencia no escuchada por ellos, entendido como parte del juego de la seducción o comportamiento que podía esperarse de «una mujer decente», según la época.
Ciertamente muchos de esos actos, hoy en día según lo que se intenta imponer, se consideraría una violación, ya que estadísticamente un alto porcentaje de mujeres manifiestan que esa primera vez, supuso una especie de violación «consentida» para ellas.
Reflexionemos hacia donde queremos llevar esta sociedad con tanto revisionismo del pasado y el intento de imposición de una ideología puritana-feminista en extremo, que busca cercenar la libre relación entre hombres y mujeres dentro del respeto que siempre debe prevalecer en ellas.
Conversando el otro día con un grupo de mujeres comprobamos que todas, sí todas habíamos sufrido de una u otra manera acoso o violencia sexual. Inclusive de las propias parejas. Aun la sociedad es machista, hipócrita y reprimida y muy poco se habla del amor y del sexo. Los niños aprenden en internet y en las escuelas o universidades la enseñanza es muy académica. Es decir como siempre pasamos de un extremo a otro.
Me gusta eso de llevar luz hacia nuestro interior y salir luego al mundo con esa luz. El camino sí lo deben marcar tanto las mujeres como los hombres, no solo una parte de ellos. Ambos encontrar el centro del péndulo porque el amor es una energía maravillosa y tiene de todo romance, sexo, utopía, pasión, locura, alegría, etc., etc. .
¿Amor?: Si, por nuestra salud.
Como siempre pagarán justos por pecadores. Las leyes actuarán de una forma represiva para todos los hombres en general, desalojando de un plumazo, como pasa ahora, la presunción de inocencia que garantiza el artículo 24 de nuestra Constitución Española y el 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Todos estos derechos han sido eliminados, sin más, en favor de la presunción de veracidad que tienen las mujeres cuando denuncian. Lo dicho, los hombre normales pagarán por los actos de los depredadores. Una pena de justicia social.
La atracción carnal ha existido siempre. Durante siglos y diferenciando el nivel social, las manifestaciones y actuaciones erótico sexuales eran más prolijas entre el medio pudiente y siempre envueltas en cierto secretismo.
Hoy en las sociedades liberales se ha llegado a un nivel de igualdad entre ambos sexos que bajo el paraguas del bienestar ausencia de mayores problemas, integridad física, demasiada alimentación no desgastada por el ejercicio de sol a sol, han desembocado en que la atracción por el otro sexo debe terminar consumándose y en algunos casos o tal vez muchos sin que el contrario, por ser el sexo débil a lo mejor no tenga mucho que decir.
No obstante existe un exceso de exhibicionismo femenino que no favorece en nada al respeto de la propia persona, entre otras cosas porque hoy ya casi nadie reprime sus impulsos sin contar con los casos del depravado sexual o el acomplejado, que también los hay y que son incapaces de abordar un inicio de relación de forma racional con atractivo y encanto.
Por otra parte pienso que algo tiene que haber desde el punto de vista hormonal, del que no quiero hablar ya que no tengo conocimientos en ese ámbito.
Enhorabuena por el tratamiento de este tema tan delicado.
Muy cierto. Ahora, después de este y otros casos, que tanto margen dan a los medios de comunicación, el temor es mayor y las acciones más medidas, lo cual el erotismo se aleja. Personalmente, además, como masajista profesional, el temor aún es mayor. Los mal entendidos son más fáciles. Creo que todos estamos consternados, al mismo tiempo que a la defensiva.
Menos mal que yo no he tenido que pasar por esos trances, y solo he tenido una pareja, pero me parece horrible en lo que se ha convertido el sexo, que no se valora a la mujer y muchas veces es porque ella no se deja valorar, por la cultura que se vive…
«…cada vez es más problemático conocerse, conversar y seducir de forma normal, sin preocuparse de que algún día puede ser castigado por denuncias injustificadas o directamente falsas.»
Si va más allá del ligoteo, pasa a la agresión y además se produce la denuncia:
Probabilidad de una denuncia falsa 1 de 13.366
Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2017/09/05/59aec40022601d052f8b4574.html
Probabilidad de morir en un avión 1 de cada 9.737
Fuente: https://elpais.com/internacional/2016/11/29/actualidad/1480416098_090095.html
Probabilidad de morir de cáncer 1 de cada 10
http://www.lavanguardia.com/salud/20150202/54425749532/probabilidad-morir-cancer-espana-antes-75-anos-10.html
Centrémonos, por favor.
Probabilidad de una denuncia en caso de «ligoteo» 0 (cero)
«No me asusta la maldad de los malos, me aterroriza la indiferencia de los buenos» Alguien dijo
Para mi toda relación debe basarse en el respeto a la integridad física y psicológica mutuas
Como siempre en la historia los países hegemónicos exportan sus maneras y manías. El cristianismo es refractario al sexo y el puritanismo, y más el americano, es fóbico en cuanto a sus manifestaciones públicas.
Solo los tontos o los fanáticos siguen a pies juntillas las ideas de corrección política y otras con las que nos bombardean continuamente. Conviene recordar el refrán que dice » En mi cuerpo y mi jaranda nadie manda». La vida se vive sin guías, planos ni manuales de uso: Eso si con respeto (Que es lo que se tiene que tener si quieres que te lo tengan) y con sentido común. Quien tenga miedo a la libertad: para eso están muchas cosas (religiosas o no) pero vivir es experimentar y atreverse.
Saludos, y totalmente de acuerdo. Espero que los artistas de todos los campos exploren y expongan a donde nos llevarían medidas tan delirantes como las de esas universidades. Sin embargo, no creo que medidas tan drásticas acaben con el erotismo, a lo más, lo enviarán a la clandestinidad, como está sucediendo con muchas otras cosas
Completamente de acuerdo con este comentario. Lo que hacen sólo unas cuantas personas los medios de comunicación (sobre todo) lo están magnificando un día sí y otro también y, de esta forma, se está creando una corriente de opinión muy desfavorable para mantener relaciones respetuosas entre las personas. Es una pena, pero es así.
Hay que ser maduro y saber estar por encima de todo esto. Pero, seamos sinceros, ¿Por qué ocurre todo esto?, pues porque hay un lobby detrás que lo mueve y los medios de comunicación se deben a los lobbies. Y ME PARECE FENOMENAL LO QUE HA CONSEGUIDO HASTA AHORA EL LOBBY FEMINISTA, en materia de violencia de género e igualdad, pero el precio es muy caro: desconfianza o/y frialdad entre muchas parejas y lo que es peor: la nueva situación social supone una clara involución , pues antes sólo eran las mujeres las víctimas en esta sociedad machista, sin embargo hoy en día hay dos víctimas pues, (además de la mujer pues la sociedad sigue siendo básicamente machista) el hombre ahora cae de facto en desgracia con sólo una denuncia en su contra de maltrato,.
También, por ejemplo, ahora es POLITICAMENTE INCORRECTO HABLAR BIEN DE LOS HOMBRES. NO SE HABLA PARA NADA DE QUE CADA AÑO MUEREN 500 HOMBRES Y 100 MUJERES POR SINIESTRABILIDAD LABORAL. Todo esto es una clara involución social. Por esto, reitero, hay que saber estar por encima de todo esto.
No me quiero extender más, lo más importante es cuidar el amor como muy bien dice el correo
Un saludo y muchas gracias por este correo que habéis mandado
Es muy cierto lo que dice este articulo pues vivimos en una sociedad en que se sobrevalora la cantidad de práctica y experiencia sexual así como el clímax mientras jóvenes y adolescentes toman la pornográfica como referencia sexual en la sociedad actual en detrimento del erotismo.
Y algo tan sano como es el deseo unido a las emociones algo que influye de manera muy positiva en el ánimo a través de la sensualidad y la fantasía erótica no pero por desgracia la sexualidad cada vez se reduce mas a un simple acto físico encausado a alcanzar una respuesta fisiológica convirtiéndola en un acto puramente mecánico y exento de magia que no aporta felicidad a nuestras vidas.
Por lo contrario que sucede con el deseo eróticos aunque muchas veces nuestra vida de preocupaciones y el estado de ánimo también influye mucho en la capacidad para sentir de forma plena esas sensaciones amorosas ya que todos pasamos por etapas diferentes en nuestras vidas y en unas nos sentimos más relajados predispuestos al amor al sentirnos más felices y en otras es todo mas mecánico y rutinario.
El feminismo no es radical (en el sentido peyorativo del término) en ningún caso. El abuso del poder en cualquier situación es lo radical, el peor extremismo. El machismo es el ámbito en el que estamos acostumbrados a vivir, nos parece lo natural. El feminismo no es un extremismo de índole femenina sino el contrapunto, totalmente necesario, al machismo.
El amor ni está ni estará nunca en peligro. Si hay respeto, ¿dónde está el problema? El dominio y la supremacía del macho es lo que se cuestiona y por tanto la forma en la que se establece cualquier vínculo, afectivo o no, entre hombres y mujeres.
Nos acercamos a una encrucijada, a otra forma de ver las relaciones de poder en todos los ámbitos, incluidas las relaciones amorosas y esto genera estrés y pone a las personas nerviosas. No hay más salida que evolucionar, aunque parece que a los hombres nos cuesta asumir que tenemos que cambiar para ver y entender el mundo y todo su contenido de otra manera. Pero lo conseguiremos. Éste nuevo paradigma nos llevará a una nueva estación que indudablemente estará más adelante, habremos avanzado. Y la locomotora de la que disponemos para afrontar el trayecto es, sin ninguna duda, el feminismo.
Creo que los extremos siempre han dado al traste con la evolución Humana. El machismo es corrosivo, como también lo puede llegar a ser cierta forma de feminismo: Oí en unas noticias que en EE:UU: un niño fue llevado al tribunal de menores por querer dar un beso a una niña. ¿Pero qué clase de bellaca esa profesora que hizo la denuncia, o la que denuncia falsamente de malos tratos y la ley le permite irse de rositas, sin un juicio por difamación, ni rectificación a los medios?
¿Es que llegado el momento, robar un beso, un mal entendido podrá llevarte a prisión y que una jefa te meta violentamente la mano en la bragueta va a quedar impune?
Hay dos tipos de machismo y xenofobia, uno dice: la mujer honrada, la pierna quebrada y en casa; el otro, ´más de escaparate, Marketing, de nuestra hipócrita civilización, dice: equitativo es, que haya la mitad de hombres y otra mitad de mujeres. Discrepo totalmente.
Si la enseñanza es sana, igualitaria, porqué en unas oposiciones no puede haber un 80% de mujeres y un 20% de hombres; o al revés, siempre y cuando el examinador se olvide de lo que tiene delante es hombre o mujer.
Un detalle, por si alguien se ofende por no ser políticamente correcto: cierren los ojos e imagínense que tienen un hijo o una hija y a más lo quieren