Los sonidos audibles se sitúan entre los 0 y los 140 decibelios (dB). El ruido del viento en los árboles está próximo a los 20 dB, mientras que una conversación normal o la algarabía en unos grandes almacenes, por ejemplo, rondan los 60 dB.
Ahora bien, el nivel sonoro al que nuestros oídos están sometidos constantemente suele ser más alto, lo que acaba afectando a nuestra audición:
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