Si usted nota en ocasiones una sensación de quemazón que sube desde el estómago hasta la garganta o es uno de los más de 15 millones de españoles que sufre problemas de acidez recurrentes, me gustaría darle un buen consejo:
¡NO TOME OMEPRAZOL!
Puede que al principio el omeprazol parezca efectivo contra el ardor de estómago y el reflujo tras las comidas. Pero a la larga puede ser tremendamente perjudicial para su salud, como podrá comprobar en los estudios científicos que hoy le quiero mostrar y que realmente ponen los pelos de punta.
Además, usted tiene otra alternativa.
Se trata de una novedosa fórmula que le va a permitir combatir el reflujo y el ardor de estómago desde los primeros síntomas y de forma 100% natural.
Lea atentamente lo que sigue, pues le voy a presentar la solución a sus problemas de acidez sin que su salud tenga que asumir ningún riesgo.
Lo primero que hay que tener claro es que el reflujo del contenido del estómago hacia el esófago es algo normal que sucede varias veces al día en las personas sanas, sin que estas lo sientan ni tenga mayores consecuencias.
Pero cuando ese reflujo comienza a ocasionar síntomas (sobre todo por la noche) y complicaciones a largo plazo es cuando hablamos de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Esta patología se origina cuando el músculo que une el esófago con el estómago y que impide el ascenso de la comida digerida, denominado esfínter esofágico inferior, se debilita y deja de funcionar correctamente. Los ácidos y el contenido del estómago acceden entonces al esófago, provocando esa sensación de ardor en el pecho y en la garganta.
La ERGE se ve agravada en caso de hernia de hiato, con la edad, el estrés, el tabaquismo, el sobrepeso o durante el embarazo, y con el tiempo puede presentar problemas serios.
¿La sufre usted?
Si tiene dudas, estas son las primeras señales de que algo no va bien en su aparato digestivo:
Si tiene varios de estos síntomas le aconsejo que empiece a actuar cuanto antes ya que, si el reflujo persiste y el contenido ácido asciende de forma recurrente, las consecuencias pueden ser graves: esofagitis o inflamación crónica de la pared del esófago, debilitamiento de la mucosa del esófago y lesiones internas (especialmente úlceras) o estenosis o estrechamiento del esófago que dificulta el paso normal de comida. (1)
Para ello puede empezar por seguir algunas pautas como moderarse con la comida, evitar los platos excesivamente grasos y picantes e intentar reducir su nivel de estrés. Y también es aconsejable que no se eche a dormir la siesta tras las comidas ni que se acueste inmediatamente después de cenar, pues estar tumbado favorece el reflujo.
Pero si aun así la acidez persiste usted va a requerir un tratamiento específico. Y es en este punto cuando mayor es el peligro de que, por prescripción médica o por propia iniciativa, una caja de omeprazol caiga en sus manos.
Lea con detenimiento a continuación como actúa este medicamento y sepa a qué se expone realmente si alguna vez se arriesga a tomarlo.
Aunque el estómago sí está preparado para soportar la acidez provocada por los jugos gástricos (especialmente el ácido clorhídrico), las paredes y la mucosa del esófago no están diseñadas para soportar esta acidez.
Las sales digestivas tradicionales contrarrestan los ácidos estomacales con bases, generalmente bicarbonatos. Pero los medicamentos más empleados actualmente son los conocidos como inhibidores de la bomba de protones (IBP), que reducen directamente la producción de ácido clorhídrico en el estómago. Es decir, sin valorar la importancia de este ácido en un proceso digestivo saludable ni las consecuencias de su falta.
Pero lo realmente grave son los numerosos efectos secundarios que los estudios científicos han sacado a la luz asociados al consumo regular de omeprazol, pantoprazol y similares. Entre ellos destacan:
Además, los últimos estudios revelan que el consumo de IBP está directamente relacionado con la incidencia del cáncer de estómago, uno de los más peligrosos. (7)
Por si fuera poco, a largo plazo estos medicamentos provocan un «efecto rebote» por el cual el estómago produce incluso más ácido que antes. Es decir, el tratamiento se convierte en crónico y genera dependencia.
¿Realmente merece la pena arriesgarse a sufrir estos nefastos efectos secundarios para tratar el reflujo y el ardor de estómago? Desde luego que no.
Aun así, se toman como caramelos y sin receta médica: antes de cometer un exceso con la comida, omeprazol al canto. Que tiene un poco de ardor, pues otro omeprazol y listo.
Y, para colmo, cuando son prescritos por el médico, según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud entre el 54 y el 69% de las veces se hace de manera inadecuada. (8)
En definitiva, que tomar omeprazol contra el reflujo es entrar en una espiral infernal que puede poner en serio riesgo su salud.
Por este motivo empecé aconsejándole que no lo tome y le propuse una solución natural para evitar esta larga lista de efectos adversos. Se trata de un complemento nutricional que reúne varios componentes naturales y que le va a ayudar a hacer frente al reflujo gastroesofágico y a la acidez de estómago, protegiendo su mucosa de posibles lesiones y úlceras.
Veamos cómo actúa.
Los complementos nutricionales pueden ser un gran recurso para combatir la acidez tanto en situaciones puntuales (tras comilonas o excesos de alcohol) como en caso de enfermedad de reflujo gastroesofágico. Y sobre todo cuando estas soluciones combinan distintos componentes naturales cuya eficacia ha sido demostrada por estudios científicos rigurosos.
El complemento que hoy le recomiendo cuenta con los más importantes, que son:
La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) aprueba su uso tradicional para el tratamiento de los síntomas digestivos, incluyendo pirosis y dispepsia. (11)
Este complejo de zinc y L-carnosina es un tratamiento eficaz en caso de úlcera péptica y ayuda a estabilizar la mucosa intestinal. (16) (17)
Siendo consciente de que el tratamiento del reflujo gastroesofágico no es fácil, cada uno de los compuestos naturales que acaba de ver actúa bajo un mecanismo de acción diferente, pero con un mismo objetivo: combatir el reflujo y prevenir la aparición de úlceras asociadas.
Pero, ¿por qué conformarse con solo uno de estos activos naturales frente a la acidez y el reflujo cuando puede beneficiarse de todos ellos?
Esto es exactamente lo que le ofrece el complemento nutricional que hoy he seleccionado para usted. Lo ha desarrollado el laboratorio Super Smart y reúne extractos de plantas (raíz de regaliz y olmo rojo) con D-limoneno, alginato de sodio, carbonato de calcio, bicarbonato de potasio, glicinato de magnesio y zinc junto a L-carnosina.
Una fórmula vanguardista que combina la eficacia de ingredientes que se complementan sinérgicamente para constituir un antireflujo natural de primer orden. ¡Todo en uno!
Con el consumo de 3 cápsulas al día, este complemento no solo le permitirá mejorar su bienestar diario (menor acidez, menos ardor de estómago, menos tos…), sino que también previene la aparición de inflamaciones crónicas y de úlceras a nivel de esófago y estómago.
Este tratamiento es una alternativa indiscutible a los medicamentos IBP (y a sus nefastos efectos secundarios) para combatir el reflujo gástrico por tres motivos principales:
Por ello, ahora que se avecinan las fiestas navideñas, le recomiendo que tenga en cuenta este complemento y evite el omeprazol y otros fármacos similares.
Si sufre de acidez recurrente y reflujo crónico, comience hoy mismo a tomarlo. También puede tomarlo antes de comidas copiosas; verá cómo nota menos acidez y le ayuda con las digestiones pesadas. Y si por fortuna el reflujo solo le afecta en situaciones puntuales, le sugiero que lo tenga siempre disponible como tratamiento de choque natural.
Si lo desea puede pedir ahora su complemento en este enlace.
P.D.: Este complemento es 100% natural y por tanto puede tomarlo con total seguridad, al contrario de lo que ocurre con los medicamentos IBP. En cualquier caso y como siempre le advierto, si está tomando otra medicación o tiene una situación médica concreta, consulte previamente con un facultativo.
Fuentes:
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