No son las canas. Ni el tener que ponerse gafas para leer. Ni que le duelan las rodillas al subir las escaleras.
Uno de los peores efectos de la edad no se ve por fuera: con cada año que cumple y por fuerte que sea, su corazón se va cansando.
Es lógico.
Desde que usted era un embrión no ha parado de trabajar ni un minuto, bombeando sangre permanentemente para llevar oxígeno y nutrientes a cada una de sus células.
Por eso, a partir de cierta edad necesita una AYUDA EXTRA para seguir funcionando a pleno rendimiento.
Es importante que sea consciente de ello, pues sin esa ayuda poco a poco su corazón se irá resintiendo y aumentará el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en algún momento.
Para evitarlo, hoy le diré cómo puede reforzar todo su sistema cardiovascular de forma natural.
Las enfermedades cardiovasculares son de largo la primera causa de mortalidad en nuestro país (1 de cada 3 personas muere por esta causa), muy por delante del cáncer y de la diabetes.
Y lo peor es que el número de víctimas no deja de aumentar, especialmente a partir de los 55 años.
Solo tiene que fijarse en la cantidad de desfibriladores que en los últimos tiempos se han desplegado por los lugares públicos o la presteza con la que acude el SAMUR ante cualquier incidente para darse cuenta de que la amenaza es real.
Pero, ¿por qué resignarse a morir de un infarto si puede evitarlo?
Por fortuna, está en su mano ayudar a su corazón fatigado, a sus venas y a sus arterias para mantenerlas en forma y disfrutar de una vida larga y tranquila.
¿Cómo?
Pues con las plantas medicinales, ¡son las mayores aliadas de la salud cardíaca! (incluso aquellas que son famosas por otros usos, como el romero o el tilo).
Déjeme que le muestre algunas de ellas y lo comprobará.
Si un pequeño esfuerzo hace mella en su salud y le falta vitalidad, es que su corazón no consigue bombear la sangre suficiente a su organismo. Para paliar esa insuficiencia cardíaca, el espino blanco (Crataegus monogyna) es uno de los mejores tónicos conocidos. Si lo toma regularmente, verá cómo su corazón va latiendo progresivamente más lento y más fuerte. Al cabo del tiempo ya no necesitará hacer paradas para descansar ni coger el ascensor.
¿Le ha sucedido alguna vez que su corazón se acelera de repente y sin ninguna explicación? ¿O, por el contrario, a veces los latidos se ralentizan e incluso parece que deja de latir? Contra la taquicardia, las extrasístoles y otras anomalías del ritmo cardíaco, la agripalma (Leonurus cardiaca) es un excelente regulador del ritmo cardíaco. Combinada con otras plantas, como el espino blanco que acaba de ver o el marrubio, las arritmias siempre acaban cediendo.
El tabaco, la mala alimentación, la falta de actividad… Son muchos los factores responsables de la hipertensión, una de las mayores amenazas para el corazón. Para mantener a raya la presión arterial, las plantas vasodilatadoras como la pasiflora (Passiflora incarnata) suponen una enorme ayuda. Su efecto relajante favorece una mayor dilatación de las arterias, facilitando la circulación sanguínea. Adapte la dosis a sus niveles de tensión habituales y los resultados le dejarán sin palabras.
¿Sorprendido del efecto que las plantas pueden tener sobre la salud cardiovascular?
Pues hay muchas más, como el romero (Rosmarinus officinalis), para mantener las arterias sanas y libres de colesterol, el tilo (Tilia platyphyllos), que hace más fluida la sangre y mejora la circulación, el diente de león, cuya hoja es especialmente eficaz para aumentar el volumen de orina excretada y reducir así la presión arterial, etc.
Ahora que ya conoce a algunas de las plantas que más luchan por su corazón, solo le queda saber cómo sacarles el máximo partido:
Encontrará toda esta información, imprescindible para ayudar a su corazón de forma activa y eficaz, en el próximo número de Plantas & Bienestar.
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Tenga la seguridad de que estas plantas, tomadas con regularidad, le serán de gran ayuda y se beneficiará de unas increíbles propiedades cardiosaludables. ¡Consulte con su cardiólogo!
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