El otro día le hablé sobre la artritis, las causas que la desencadenan y cómo adaptar la dieta para prevenirla y evitar que vaya a más.
Pero ¿qué sucede cuando la enfermedad ya está declarada?
Como vio, los tratamientos convencionales provocan un rosario de efectos secundarios. De ahí que sea tan importante conocer las mejores soluciones naturales a nuestro alcance para tratarla (se las doy más adelante, en este mismo e-mail).
Ahora bien, antes de eso profundicemos un poco más en qué es lo que hace la artritis en las articulaciones.
Las articulaciones más comúnmente afectadas por la artritis son las de las manos, muñecas y pies, que muestran una evidente hinchazón.
Cuando la enfermedad pasa a afectar también a otras articulaciones mayores como los hombros, la cadera o las rodillas, hablamos entonces de poliartritis.
Lo que ocurre en esta dolencia es que, como respuesta al ataque del propio sistema inmunitario, la membrana sinovial crece demasiado; en concreto hasta formar de 6 a 10 capas gruesas alrededor de la articulación, en lugar de solo una.
Este engrosamiento, llamado “pannus”, destruye el funcionamiento de las articulaciones y endurece los dedos, incluso volviéndolos inservibles.
Pero no solo eso: otro síntoma de esta enfermedad, aunque más raro, es la aparición de nódulos (pequeñas bolas duras) debajo de la piel.
De manera general hay ciertos indicadores que permiten diagnosticar esta patología. Sin embargo, por desgracia no suelen percibirse hasta llegar a una etapa muy avanzada de la enfermedad, cuando las lesiones ya son significativas.
Es por eso que, para un diagnóstico precoz, hoy en día se confía en criterios clínicos que pasan por la valoración del dolor, así como la hinchazón y la rigidez de las articulaciones. Pero también se tiene en cuenta la presencia de unos anticuerpos muy específicos: los antipéptidos citrulinados, que se detectan en el 75% de los casos en las primeras etapas de la enfermedad.
Una imagen por resonancia magnética (IRM) de manos y pies, además, puede revelar erosiones de huesos y cartílagos que normalmente pasan desapercibidas en las radiografías convencionales.
El pronóstico depende de cada caso, aunque en general puede decirse que hay formas moderadas y graves de la enfermedad.
Lo que está claro es que la progresiva destrucción de los huesos y las articulaciones a menudo produce deformidades notables, especialmente en las manos y los pies. Y por eso es importante abordar la enfermedad lo antes posible, para evitar esas graves complicaciones.
Además, después de varios años de evolución incluso pueden verse afectados también otros órganos como los pulmones (por inflamación aguda de la pleura) o el corazón (debido a una inflamación del pericardio), además de las arterias pequeñas (por trastornos de la circulación que producen hormigueo, entumecimiento…).
Y aún peor: conlleva un mayor riesgo de mortalidad por diversas causas, ya sea debido a la propia enfermedad o a los medicamentos que se prescriben para tratarla (¡otra razón para priorizar la medicina natural!).
Quizás no se imagine que en la receta de su médico podría haber mucho “veneno”, pero así es.
La cortisona, el primer remedio convencional que se administra para aliviar una crisis de artritis, puede causar una gran cantidad de efectos secundarios cuando se toma durante un tiempo prolongado (descalcifica huesos, envejece los tejidos, provoca sangrados, causa úlceras, diabetes e hipertensión, engorda, sobreestimula el sistema nervioso…).
De hecho, alivia los síntomas de la enfermedad pero empeora el estado del organismo en general.
Por su parte, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) también son agresivos para el estómago y el hígado (a veces provocan incluso hepatitis tóxica).
Y lo mismo sucede con otros medicamentos con efectos adversos más o menos graves y que, encima, arrojan resultados decepcionantes (metotrexato, sulfasalazina, inmunosupresores…).
Voy a hablarle de 4 soluciones eficaces y muy completas, de las mejores que hoy día podrá encontrar frente a la artritis. Y, además, por si le interesan, también voy a facilitarle los enlaces donde puede adquirirlas.
Como ve, no tiene que resignarse a ver cómo sus huesos y articulaciones se degradan inexorablemente, ni tampoco a tomar medicamentos que pueden hacerle mucho daño. ¡Son muchas las soluciones naturales a su alcance!
¡A su salud!
P.D.: Si no leyó el primer e-mail de esta serie sobre artritis, aquí puede hacerlo. Y de nuevo si cree que estas soluciones pueden ser de ayuda para alguien de su entorno, estaré encantado de que comparta con él esta información. ¡Seguro que se lo agradece enormemente!
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Por la unidad del dolor en la que está siendo tratada mi esposa de neuralgia del nervio trigémino, después de haber probado no solo distinta medicación, sino también bloqueos intravenosos, radiocirugías , radiofrecuencias, diatermocuagulaciones… sin resultados positivos, se nos apunta la posibilidad de aplicar parches de capsaicina, la pregunta es: ¿pueden ser eficaces para este tipo de patología?
Gracias