A partir de los 50 años la artrosis es el problema de las articulaciones más frecuente. En nuestro país afecta al 15% de la población, lo que supone nada menos que 7 millones de personas.
Todo comienza una mañana, nada más levantarse. Siente rigidez en una articulación; una especie de punta de acero se hunde en su cadera, su espalda o su rodilla al tratar de bajar las escaleras.
Algunos de sus mejores sueños se evaporan drásticamente: salir de viaje tranquilo, jugar en el jardín con sus nietos o simplemente realizar alguna actividad manual como bricolaje o pasear por el barrio sin sentir ese dolor palpitante que irradia todo su cuerpo y que parece que le empuja sin cesar.
La artrosis también puede afectar al codo, la muñeca, los dedos, la columna vertebral…
El dolor se despierta con sólo presionar levemente la articulación con el dedo, y poco a poco ésta va perdiendo flexibilidad. Las articulaciones se enrojecen, se calientan, se hinchan y a veces incluso se deforman. Y al menor cambio de temperatura, el dolor empeora.
Una muestra de la gravedad de la situación es que el 76% de las personas tratadas con medicamentos para la artrosis consideran sus dolores “incapacitantes”.
Que el 76% de las personas tratadas sufran dolores incapacitantes significa que los tratamientos médicos que se administran contra la artrosis son a todas luces ineficaces.
Pero hay algo peor: numerosos estudios han demostrado que los analgésicos contra la artrosis agravan la situación, acelerando la degradación del cartílago.
En un primer momento, cuando empieza a tomar la medicación, el paciente siente que está mejorando. Y está tranquilo porque el medicamento enmascara el dolor. Pero se trata de una peligrosa ilusión.
En las profundidades de su cartílago, de sus huesos y de sus tendones se está gestando una catástrofe…
Al principio, las personas que tomaban ibuprofeno vieron disminuir sus dolores más rápidamente que el resto, y esa impresión persistió durante las dos primeras semanas.
Sin embargo, al cabo de ocho semanas no sólo los dolores habían vuelto a agravarse, sino que ahora ¡eran “significativamente más fuertes” que los del grupo que había tomado glucosamina (el producto natural)!
Y aquél no fue el fin de sus pesadillas.
El ibuprofeno, como el resto de AINEs, puede ser extremadamente peligroso si se toma durante mucho tiempo.
Utilizados de forma continuada, los AINEs provocan sangrados gástricos debido a que producen ulceraciones en la pared del estómago y el intestino.
Y no es un efecto secundario raro, sino una consecuencia frecuente. Miles de personas cada año se ven afectadas por este problema en nuestro país, y con graves efectos secundarios.
La artrosis no es como un resfriado o una pierna rota. No es un problema de salud temporal. Y por eso no se trata de aliviarlo en unos pocos días o semanas.
Lo importante es que ni en 6 meses ni en 2 ó 10 años usted acabe en una silla de ruedas o inmovilizado sobre la cama de un hospital.
Por suerte existen tratamientos naturales y sin efectos indeseables contra la artrosis. No se trata de ninguna solución milagrosa (como de hecho tampoco lo son los medicamentos) pero, a diferencia de los fármacos químicos, permiten:
Contrariamente a lo que podrá oír por todas partes, la artrosis ni es incurable ni es inevitable.
No es una enfermedad que por fuerza progrese negativamente. El cartílago no se desgasta como los neumáticos de un coche. Las cosas son un poco más complicadas.
Sin embargo, el Dr. Curtay ha preparado un Dossier muy preciso sobre la artrosis en el que le explica de forma simple las verdaderas causas de esta dolencia.
Y verá cómo, cuando haya comprendido su verdadero funcionamiento, entiende de forma clara por qué existe una solución natural que verdaderamente funciona, permitiendo revertir su evolución.
Tal y como explica el Dr. Curtay, la artrosis es un problema articular que desde hace tiempo se atribuye al uso del cartílago, que es la sustancia blanca y ligeramente elástica que recubre las extremidades de sus huesos y que les permite resbalar unos sobre otros sin que esa fricción resulte dolorosa, así como amortiguar los golpes.
Sin embargo, hace 15 años unos investigadores americanos se dieron cuenta de que la artrosis no está causada por eso. De hecho, si ese fuera el caso, los deportistas estarían mucho más afectados por esta dolencia que el resto de la población, cuando en realidad sucede lo contrario.
El origen real del problema es que las células del cartílago se vuelven “locas”.
Normalmente el cartílago está en constante renovación, y usted posee para ello unas células especiales llamadas condrocitos. Éstas “digieren” constantemente el viejo cartílago y fabrican lo que podríamos denominar “ladrillos” con los que construir nuevo cartílago y mantenerlo suficientemente grueso, elástico, irrigado y, por tanto, con capacidad protectora.
En definitiva, los condrocitos son las células esenciales que le ayudan a deshacerse de su viejo cartílago y le proporcionan lo necesario para producir cartílago nuevo. Es gracias a ello que sus articulaciones pueden permanecer flexibles y elásticas durante décadas.
Pero si los condrocitos son maltratados, enloquecen, por decirlo de alguna forma, y verá que las consecuencias de ello son terribles.
Antes de abordar estas malas noticias, debo indicarle cómo puede cuidar de sus condrocitos, lo cual también es aplicable a los casos en los que la artrosis ya ha comenzado a desarrollarse.
Para evitar que la artrosis se desencadene o se agrave hay que cuidar la salud de los condrocitos. Para ello, usted debe:
Hay que comenzar por la alimentación. Los condrocitos se encuentran en el cartílago, el cual tiene una particularidad: que no está irrigado por los vasos sanguíneos.
Eso quiere decir que las células del cartílago no reciben oxígeno ni nutrientes por la sangre, como sí les ocurre a las demás células del cuerpo. Su alimento se encuentra en el líquido sinovial, una sustancia que se asemeja a la clara de huevo y con la cual baña la articulación.
Para oxigenar y nutrir sus condrocitos, usted debe hacer penetrar su líquido sinovial en el cartílago. Y para ello es necesario que se mueva con regularidad.
El cartílago es un tanto esponjoso, y cada vez que se le presiona un poco de líquido sinovial circula por dentro y por fuera. Y así es cómo sus condrocitos se nutren y se oxigenan.
Los problemas comienzan cuando:
Estas son las razones por las que es tan importante, para prevenir la artrosis, hacer ejercicio físico moderado con frecuencia y mantenerse lo más próximo posible al peso ideal de cada uno.
Pero eso no basta. También hay que evitar los golpes y cualquier tipo de inflamación crónica.
Nuestro cartílago está ahí para “encajar” las frecuentes presiones que reciben las articulaciones. Usted puede saltar, correr y bailar sin ningún miedo a dañarlo, sino más bien al contrario.
No obstante, el cartílago no está hecho para recibir golpes demasiado violentos. En caso de esguince o de caída practicando esquí, fútbol o rugby, de accidente de coche, de bicicleta o de patines, por ejemplo, un gran golpe daña notablemente el cartílago.
También en ese caso los condrocitos sufren y pueden acabar enfermos.
Es por ello que las personas que en su juventud han sufrido un accidente de este tipo tienen un riesgo elevado de sufrir artrosis. Y es especialmente importante que sigan los consejos contra la artrosis que encontrará más adelante y que el Dr. Curtay ofrece en su Dossier de este mes. Cuanto antes comiencen, mayor será su efecto para poder evitar esta dolorosa enfermedad.
Por otra parte, los condrocitos son muy vulnerables a las sustancias inflamatorias, que también los hacen enfermar. Por lo tanto, una intolerancia alimenticia, el exceso de peso, los malos hábitos de vida, el estrés crónico y cualquier otra causa que provoque una inflamación crónica en el organismo puede afectar muy negativamente a los condrocitos.
A todo ello se suma que, a medida que envejecemos, la actividad de nuestros condrocitos disminuye notablemente.
Todos estos fenómenos son graves. Mucho más graves que el simple dolor pasajero que provocan al principio.
Un condrocito que ha dejado de cumplir su función reparadora del cartílago no sólo deja de hacer su trabajo, sino que también:
Esa es la terrible verdad. Por más chocante que pueda parecer, los condrocitos, células normalmente programadas para renovar el cartílago, empiezan a hacer lo contrario cuando se vuelven locas: destruyen el cartílago existente e impiden que el nuevo se forme.
Y ahí arranca, como ya está viendo, un terrible círculo vicioso: cuanto más se agrave su artrosis, más inflamación tendrá. Y cuanta más inflamación tenga, más enfermos estarán sus condrocitos, que a su vez seguirán agravando su artrosis.
Ahora seguro que comprende cómo de grave es el error de tomar analgésicos para combatir la artrosis. Y es que estos, al enmascarar el dolor, le impedirán sentir el grave problema que se está produciendo en sus articulaciones.
Pero, día a tras día, el desgaste continúa. Y cuanto más tiempo pase más condrocitos locos dañarán sus cartílagos, vertiendo sustancias inflamatorias y acelerando su destrucción.
Y pronto se verán afectadas las demás partes de la articulación: los tendones, los huesos, el propio líquido sinovial (que en otro tiempo permitía lubricar la articulación) se inflaman por el efecto de las sustancias inflamatorias concentradas en la zona. De ahí que el enrojecimiento, la hinchazón y el dolor terminen por ser paralizantes.
La artrosis no es un problemilla más, sino que es una enfermedad muy dolorosa e incapacitante. Debería hacer todo lo que esté en su mano para prevenirla o controlarla en caso de que ya haya aparecido.
Lo que hoy le estoy contando es de tal importancia que sé que este Dossier del Dr. Curtay es una de las herramientas más útiles con las que puede contar hoy día para preservar su salud.
Ojalá estuviera exagerando, pero es que los condrocitos enfermos pueden provocar problemas muy serios:
Coincidirá conmigo en la importancia crucial de llevar un estilo de vida sano, practicando actividad física regular (pero sin excesos) y manteniéndose en el peso adecuado.
En definitiva: debe hacer todo cuanto esté en su mano para evitar que el círculo vicioso de la inflamación se ponga en marcha.
Y si en su caso ese proceso ya se ha desencadenado, lo más importante es que:
Por lo tanto, el plan de batalla está claro, y por ello las primeras medidas descritas por el Dr. Curtay para luchar contra la artrosis se centran en prevenir y combatir la inflamación por todos los medios posibles, centrados en cinco puntos:
Pero evidentemente eso no es todo.
¿Qué hay que hacer cuando la artrosis ya se ha presentado? ¿O simplemente a medida que se va envejeciendo?
Y es que con la edad nuestros condrocitos también van trabajando menos, y también tienen cada vez más necesidad de ayuda e irrigación.
Las primeras experiencias médicas desarrolladas a partir del año 2000 para ofrecer a los pacientes con artrosis una alternativa a los tratamientos a base de AINEs y analgésicos han arrojado unos resultados muy claros.
Estas experiencias (y las que se siguen desarrollando) consistían en nutrir al cartílago y reestablecer el buen funcionamiento de los condrocitos. Uno de los primeros estudios, realizado en 2003, demostró la superioridad del jengibre sobre el placebo.
Otras investigaciones se sucedieron, enriqueciendo y precisando la lista de elecciones nutricionales adaptadas, a las cuales se pueden añadir complementos nutricionales.
Los cartílagos de cerdo, al igual que los del pollo, están repletos de sulfato de condroitina y glucosamina, nutrientes valiosísimos para nuestras articulaciones que contribuyen a mejorar las capacidades amortiguadoras del líquido que las rodea.
Pero, ¿cuándo saboreó usted por última vez pezuñas de cerdo en vinagreta? ¿Y su hocico? ¿Se prepara usted caldos de pollo en lugar de tirar la piel al hacer pollo asado?
El sulfato de condroitina y la glucosamina no son los únicos nombres de la lista de nutrientes indispensables para la salud de sus articulaciones que le ofrece el Dr. Curtay. En ella también encontrará:
No quiero decirle más por respeto hacia el trabajo tan concienzudo y completo que ha hecho el Dr. Curtay.
Verá que esta lista de nutrientes está minuciosamente detallada: descubrirá en particular por qué las catequinas del té verde, los citroflavonoides, los polifenoles de la granada, el resveratrol y la cúrcuma tienen efectos positivos frente a la artrosis.
O incluso cómo el acai, una planta originaria de Sudamérica, se ha revelado con potentes efectos antioxidantes contra la artrosis.
Tanto si tiene sus articulaciones todavía en buen estado como si sufre un estado avanzado de artrosis, el Dr. Curtay le dará consejos precisos de inmunonutrición y de tratamientos nutricionales adaptados paso a paso.
No pretenden ser una solución milagrosa, pero están apoyados por un número creciente de investigaciones científicas recientes y punteras. Muchas de esas referencias las encontrará como siempre al final del Dossier, por si quisiera consultarlas. Pero, sobre todo, encontrará advertencia acerca de los efectos secundarios -¡e incluso contraproducentes!- de los medicamentos.
Al leer este número de Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar se sorprenderá al descubrir qué cantidad de armas naturales tenemos a nuestra disposición para hacer frente a esta enfermedad, considerada hoy día como incurable.
Enviaremos a la imprenta este nuevo número de Los Dossiers dedicado a aliviar la artrosis de forma natural el próximo sábado día 28 a primera hora.
Por eso, si desea recibirlo, le aconsejo que reserve su ejemplar ahora mismo a través de este enlace.
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Al leer esta página me ha sorprendido por muchas cosas que no sabía es el motivo que te agradezco, y la compartiré con mis amigos peruanos
Muy bueno el artículo y la información, felicitaciones
Muy buenos días.
He tenido la gran oportunidad de poder acceder a su publicación, muy interesante. Muchas gracias por compartir sus conocimientos con las personas que padecemos de esta enfermedad. He aprendido muchas cosas a cerca de la enfermedad, y cómo mejorar la forma de vida en cuanto a todo lo que tiene que ver con los dolores siguiendo sus sabios consejos. Estaré pendiente de sus publicaciones, que son muy útiles para nosotros.
Gracias, sigan adelante. Que Jehovà los siga bendiciendo.
Las máquinas vibradoras o masajeadores, ¿son convenientes para fortalecer los músculos y evitar el consumo de las articulaciones?