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Ideas equivocadas sobre la artrosis

Muchas personas creen que la artrosis está causada por el desgaste de los cartílagos. Piensan que, de tanto roce, el cartílago del hueso se acaba erosionando, como las pastillas de freno de un coche que se han utilizado demasiado. Así pues, están convencidas de que, para prevenir la artrosis, lo que hay que hacer es evitar que las articulaciones trabajen demasiado para no desgastar el cartílago.

Pero ese no es el caso… sino más bien lo contrario.

Recuerde que su cuerpo es un ser vivo, a diferencia de un automóvil. Y que el cartílago, como el resto de tejidos que tienen vida, es capaz de adaptarse y reforzarse cuando es necesario.

Si un día el cartílago deja de regenerarse, muere, se rompe o desaparece, eso sí que es un problema. Un problema médico que en general se puede evitar y, en ocasiones, incluso curar.

Caminar y correr ayuda a las rodillas

En un nuevo estudio publicado por la revista Medicine & Science in Sports & Exercise se afirma que las personas que practican footing tienen aproximadamente la mitad de riesgo que el resto de desarrollar artrosis o de necesitar una prótesis de cadera.

Paul Williams, experto del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de Estados Unidos, dirige dos importantes estudios centrados en las personas que corren y en las que caminan: el National Runners’ Health Study y el National Walkers’ Health Study. Ha seguido a unos 90.000 corredores y personas que practican la marcha desde que los estudios se iniciaron en 1991 y en 1997, respectivamente. Y en ese tiempo no ha constado ningún aumento del riesgo de artrosis en los corredores, incluidos aquellos que recorren largas distancias y que hacen 100 ó 110 kilómetros a la semana.

Es más, el estudio es concluyente: correr reduce significativamente el riesgo de tener artrosis y el de terminar necesitando una prótesis, especialmente en el caso de personas con un índice de masa corporal (IMC) más bajo.

¿Cuál es la explicación? Podría ser la siguiente:

El cartílago no está irrigado por vasos sanguíneos, pero está compuesto por células vivas a las que hay que alimentar. El alimento se encuentra en el líquido sinovial en el que se bañan las articulaciones. Cada presión ejercida sobre el cartílago permite al líquido sinovial circular por el mismo y alimentar así las células con los nutrientes.

Si uno no se mueve, o se mueve muy poco, el cartílago «se muere de hambre».

La incidencia de la obesidad en la destrucción de los cartílagos

Las investigaciones más recientes demuestran que la artrosis no es el resultado del desgaste de las articulaciones, según la vicepresidenta de la fundación Arthrose de Estados Unidos, Patience White, que es también profesora de Medicina en la Universidad George Washington.

Los dos factores de riesgo principales son la predisposición familiar a la artrosis y el sobrepeso.

Cada kilo de más repercute en 8 kilogramos adicionales sobre las rodillas. Y, de forma inversa, si se pierden 2 kilos, se liberan 16 kilos en las articulaciones de las rodillas.

Pero el vínculo entre obesidad y artrosis no se limita a la presión adicional sobre las articulaciones.

Encuentro Artrosis

Las personas con sobrepeso tienen también más artrosis en las muñecas. En efecto, los tejidos grasos secretan hormonas inflamatorias que destruyen las células que regeneran el cartílago. Se trata de la hormona adiponectina, cuyos niveles circulantes son inversamente proporcionales al índice de masa corporal y al porcentaje de grasa total. Las concentraciones de adiponectina se encuentran reducidas en la obesidad, en la diabetes tipo 2 y en la enfermedad arterial coronaria. Una reducción de las concentraciones sanguíneas de adiponectina se ha asociado a un mayor incremento de la artrosis, especialmente en mujeres obesas. Inversamente, una reducción del índice de masa corporal mediante dieta y ejercicio físico aumenta los valores plasmáticos de adiponectina y reduce los síntomas inflamatorios de la artrosis.

Así que si alguien de su familia padece artrosis, usted puede disminuir el riesgo de padecerla practicando ejercicio físico y controlando el peso. Andar y correr le ayudarán a alcanzar ambos objetivos.

Pero ¡cuidado!, si ahora usted lleva una vida sedentaria, no puede pretender pasar de estar tirado en el sofá a correr una maratón tras otra, sino que debería comenzar a practicar ejercicio paulatinamente.

Los golpes bruscos y las heridas en las articulaciones también aumentan mucho el riesgo de artrosis, por lo que es importante la moderación. Además, si se hace daño, no sólo se maltrata al cartílago, sino que se verá sin duda obligado a dejar de practicar cualquier actividad física, lo cual aumenta el riesgo de ganar peso.

Más del 50% de las personas con una herida grave en la rodilla (como un desgarro del tendón o de los ligamentos), tienen muchas papeletas de llegar a desarrollar artrosis en los 10 años siguientes, según la doctora White. Incluso si la herida tiene lugar en la adolescencia.

Por lo tanto, es importante practicar con prudencia los deportes que infligen torsiones violentas a las articulaciones, como el fútbol o el esquí.

Soluciones naturales frente a la artrosis

Mantenerse en un peso adecuado y hacer ejercicio (pero a la vez ser prudente con determinados deportes) son sin duda buenos consejos para prevenir la artrosis. Pero, ¿qué debe hacer usted si ya sufre artrosis? ¿Resignarse al dolor? ¿Aceptar como único remedio las inyecciones de ácido hialurónico o los medicamentos de síntesis y, en último caso, pasar por el quirófano para implantarse una prótesis?

¡Ni muchísimo menos! La artrosis, tanto su prevención como su tratamiento, es una de las grandes especialidades de nuestro equipo, y uno de los problemas de salud ante el que realmente hay soluciones naturales mucho más que alentadoras… ¡simplemente sorprendentes!

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