¿Había oído hablar del poder curativo del silicio?
Basta con que realice una sencilla búsqueda en Google con las palabras “testimonios silicio”, para que encuentre infinidad de reseñas sobre los increíbles beneficios de esta sustancia natural. Y déjeme decirle que la mayoría de estos testimonios se refieren a casos de artrosis y de osteoporosis.
Aunque también encontrará otros muchos de personas que utilizan el silicio para proteger su corazón, reforzar su inmunidad, cuidar y rejuvenecer la piel o fortalecer el cabello.
“Entonces, ¿por qué no había oído hablar de él en los medios de comunicación?”, se preguntará.
Sencillamente porque no tiene tanta “prensa” como otros compuestos.
Precisamente por eso, hoy me gustaría hacerle justicia y poner al silicio en el lugar que le corresponde por méritos propios para tratar la artrosis y la osteoporosis.
Si me dedica unos minutos, enseguida descubrirá un mineral imprescindible para el tejido conectivo de sus huesos y articulaciones, avalado por numerosas evidencias científicas y con el respaldo de infinidad de pacientes convencidos.
Para empezar, tengo que decirle que en torno al silicio siempre ha habido una atmósfera extraña y misteriosa. De hecho, la historia de su descubrimiento es digna de una novela de suspense.
Todo comenzó en 1957 en un laboratorio de investigación de la Universidad de Burdeos, cuando el químico Norbert Duffaut sintetizó por primera vez una molécula de silicio orgánico.
Aquellos que conocieron a Duffaut le recuerdan como un hombre íntegro, entregado a la búsqueda de remedios útiles contra el dolor y la enfermedad. Convencido como estaba de las propiedades excepcionales del silicio orgánico para la salud, enseguida comenzó a compartirlas con las personas enfermas de su entorno.
El boca a boca hizo el resto y, al cabo de unos meses, cada vez más personas utilizaban el silicio para poner remedio a innumerables enfermedades.
En su libro Las tribulaciones de un descubridor no reconocido, Norbert Duffaut relató numerosos casos de curaciones extraordinarias, a veces en pocos días y relacionados con enfermedades graves:
En 1982, Norbert Duffaut conoció a Loïc Le Ribault durante un congreso científico en Burdeos. Ambos investigadores decidieron continuar juntos sus trabajos sobre el silicio.
Y fue entonces cuando empezaron los problemas.
Desgraciadamente para ellos, a pesar de la acumulación de investigaciones que demostraban los beneficios del silicio contra numerosas enfermedades, las autoridades de Francia, país en el que se encontraban, no reconocieron nunca oficialmente sus descubrimientos.
Tras el desprecio de la comunidad científica, en noviembre de 1993 Norbert Duffaut fue hallado muerto en su cama, envenenado. La policía determinó que se había suicidado, a pesar de que todavía hoy persisten las sospechas de asesinato.
Ya en solitario, Loïc Le Ribault continuó sus investigaciones. Y en 1994 desarrolló el silicio G5, un silicio orgánico bebible que decidió vender a un precio 10 veces más caro que el original que había desarrollado Duffaut.
Por este motivo, el investigador fue inmediatamente criticado por el consejo del Colegio de Médicos y el de Farmacéuticos y forzado a vivir en el exilio en Irlanda para escapar de la justicia.
En 2007, Loïc Le Ribault murió víctima de un cáncer de boca. Pero al igual que sucedió con Norbet Duffault, sus allegados sostienen que fue víctima de una conspiración para asesinarle y ocultar así los extraordinarios beneficios del silicio.
Es imposible saber si estas muertes misteriosas serán algún día totalmente aclaradas.
Sin embargo, a pesar del destino trágico de sus dos descubridores, el silicio cuenta hoy con el respaldo de miles de pacientes de todo el mundo que confían ciegamente en él para cuidarse.
¿Cómo puede ayudarle también a usted?
Detrás de su inquietante historia también hay una contundente respuesta científica.
Poca gente lo sabe, pero el silicio es uno de los principales minerales presentes en el cuerpo humano: ¡es vital para nuestra salud!
De hecho, el organismo contiene alrededor de 7 g de silicio, una cantidad importante si se compara con los 2 g de zinc o los 4 g de hierro almacenados en el cuerpo. (1)
Pero, ¿dónde están esos 7 g?
El silicio está presente en grandes cantidades en los tejidos conjuntivos: huesos, cartílagos, piel, tendones, músculos y tejidos de soporte de las articulaciones.
El problema está en que, con la edad, nuestras reservas de silicio disminuyen de manera alarmante.
Como no me cansaré de recordarle, la alimentación moderna agrava aún más la situación de déficit de determinados nutrientes. Y el caso del silicio no es una excepción, ya que cada vez se consumen menos los alimentos que son ricos en este mineral: cereales de grano completo, frutas y verduras de calidad cultivadas en suelos ricos en silicio, agua de manantial…
Además, el agua de grifo actualmente dista mucho de ser incolora e insípida. Aunque el Informe técnico sobre calidad de agua de consumo humano asegura que el 99,3% de las aguas domésticas españolas cumplen con los requisitos sanitarios, eso no significa que no hayan sido tratadas y que no se les añadan una docena de sustancias. (2)
Concretamente, son sistemáticamente tratadas con aluminio, el cual elimina una buena parte de los silicatos del agua, las sales que contienen precisamente el silicio.
Esta disminución de ingesta alimentaria de silicio pone en riesgo nuestras reservas e impide la biosíntesis de numerosas moléculas, como el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico, componentes esenciales de los cartílagos, los huesos, la piel, el cabello, las uñas y el sistema inmunitario.
Esta es la razón por la que un aumento de los aportes de silicio, a través de la alimentación y complementos nutricionales, puede tener numerosos efectos positivos en su salud. (3)
Pero más allá de los efectos del déficit de silicio, los estudios científicos más recientes revelan que se trata de un auténtico “remedio universal”.
Los numerosos estudios realizados confirman su acción a varios niveles.
¡Cuesta creer que un solo mineral pueda tener tantos beneficios para la salud! Pero así es: el silicio es un componente biológico fundamental del organismo y aumentando su aporte usted puede luchar contra una innumerable cantidad de patologías.
Ahora bien, ¿cuál es el silicio idóneo para la salud?
¿Silicio G5 o silicios vegetales (que se encuentra en la cola de caballo, el bambú o la ortiga)? Elegir el tipo de silicio adecuado, esa es la cuestión.
El problema está en que el silicio vegetal es poco “biodisponible” y, por tanto, difícilmente asimilable por el cuerpo humano.
Las formas orgánicas son por tanto preferibles para su uso en suplementación, siempre teniendo en cuenta la amplia variación en la biodisponibilidad del silicio en los distintos complementos nutricionales desde valores por debajo del 1% hasta otros cercanos al 50%, según la forma química de presentación. (11)
La forma más conocida de silicio orgánico es el silicio G5 (monometilsilanetriol o MMST) desarrollado por Loïc Le Ribault.
Este silicio tiene la ventaja de ofrecer una gran biodisponibilidad. Sin embargo, también tiene un inconveniente: la concentración de silicio autorizada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) en esta forma de presentación está limitada a sólo 180 mg por litro.
¡Atención! Esta cantidad de silicio es claramente insuficiente para paliar el déficit de este preciado mineral en el organismo. Y hace necesaria una alternativa que, afortunadamente, existe.
En efecto, hay una nueva forma de silicio que, además de ofrecer una buena biodisponibilidad, permite conseguir una dosis muy superior a la del silicio G5.
Este logro es posible gracias a la combinación del silicio con otro compuesto natural prodigioso: la colina.
La colina es un nutriente indispensable para el buen funcionamiento del hígado, del corazón y del cerebro. Pero además tiene otra propiedad que la hace especialmente interesante: su capacidad para estabilizar el silicio bajo una forma biodisponible.
Así lo reconoció en al año 2009 la propia EFSA, al afirmar que la combinación de ácido ortosilícico estabilizado con colina era una modalidad segura y muy biodisponible de silicio.
Además de su seguridad y de su biodisponibilidad, el ácido ortosilícico estabilizado con colina tiene otra ventaja decisiva respecto al G5: la dosis de esta forma de silicio autorizada por la EFSA para su suplementación no está limitada (siempre que no se supere el nivel recomendado de colina). (12)
Esto le permite aprovechar aún más todas las ventajas del silicio.
Para que no tenga ninguna duda de que esto es así, he hecho la comparación entre una botella de 500 ml de silicio G5 y una botella de 500 ml de ácido ortisilícico estabilizado con colina. Y este es el resultado:
Como puede ver en el cuadro, la diferencia entre la cantidad de silicio biodisponible es significativa: por una botella de cantidad equivalente (500 ml), se obtiene 3,1 veces más silicio biodisponible con el ácido ortosilícico estabilizado con colina que con el G5.
No le extrañará que este hecho incontestable haya marcado la recomendación que hoy voy a hacerle.
El ácido ortosilícico es por tanto la forma superior de silicio que he elegido para ayudarle a combatir los problemas derivados de la artrosis y la osteoprosis. Como acaba de ver, su formulación estabilizada con colina se encuentra entre las fuentes más importantes de silicio en forma biodisponible, y le ofrece además numerosas ventajas demostradas para su salud. (13)
Entre otras, este tipo de silicio…
El complemento que hoy le recomiendo le ofrece todas estas propiedades en un silicio biodisponible en formato para beber: 2 dosis de 15 ml al día, consumiéndolas puras o diluidas en un vaso de agua.
No obstante, este producto también puede utilizarse por vía externa aplicando una compresa empapada en silicio, por ejemplo, sobre las articulaciones o los músculos doloridos. ¡Verá cómo también funciona directamente sobre la piel!
Y esto seguro que le va a interesar: además de la mayor cantidad de silicio biodisponible, el ácido ortosilícico también presenta una diferencia importante respecto al silicio G5 en materia de precio. Teniendo en cuenta que el ácido ortosilícico tiene 3 veces más silicio, una sola botella rinde igual que tres del silicio G5. ¡Imagínese el ahorro!
Además, al tratarse de una solución hiperconcentrada, una botella de 500 ml le durará prácticamente todo un mes. La botella se suministra con un práctico tapón dosificador para tomar la dosis que usted necesita.
El ácido ortosilícico es completamente seguro para la salud y no presenta efectos adversos en las dosis establecidas. De cualquier forma, en caso de medicación o de enfermedad, consulte previamente con su médico antes de tomar este complemento.
Los beneficios del silicio se hacen notar en apenas unos días si lo utiliza en aplicación cutánea. Pero hacen falta unos tres meses de media para notar plenamente sus beneficios si lo toma como complemento nutricional, ya que las reservas en silicio tardan un tiempo en reponerse.
Así que cuanto antes empiece a tomarlo, antes notará sus increíbles efectos tanto en el tratamiento de la artrosis y la osteoporosis como sobre su organismo en general.
Como le comenté al principio, inexplicablemente el silicio es una enorme fuente de salud que, por desgracia, no ha recibido la atención adecuada hasta el momento.
Espero que a partir de ahora usted pueda beneficiarse de todas sus propiedades.
Si lo desea, puede pedir su complemento de silicio en este enlace.
Fuentes:
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