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Así debe lavarse los dientes para reducir el riesgo de sufrir alzhéimer (¡totalmente verídico!)

Hace escasas semanas han aparecido en la prensa grandes titulares sobre un “avance mayúsculo contra la enfermedad de Alzheimer”.

Todas esas informaciones derivan de un nuevo estudio que confirmaría el vínculo existente entre la enfermedad y los problemas de encías (gingivitis, periodontitis…). (1)

En concreto:

  • La gingivitis es una inflamación de las encías acompañada de sangrados.
  • La periodontitis es más profunda; en ella lo que se ve afectado es la estructura sobre la que se fijan los dientes, por lo que estos pueden terminar, literalmente, cayéndose.

Y, como decimos, ahora se sabe que en ambos casos existe un vínculo directo con el alzhéimer, al igual que existe una relación entre la enfermedad periodontal y la cardiovascular. Por ello un buen resumen o moraleja de este Tener S@lud sería: “¡vigile sus encías y dientes y cuídelos con esmero!

Ahora bien, si desea conocer un poco más en profundidad cómo funciona este mecanismo y qué puede hacer para ponerle freno, le invito a seguir leyendo el texto de hoy.

Las bacterias migran de las encías al cerebro

En realidad, el vínculo entre la enfermedad periodontal y el alzhéimer fue establecido en 2010 por el Columbia University Medical Center de Nueva York. (2)

Fue gracias a aquel fascinante descubrimiento que se supo que una mala higiene bucal podría bastar para que en los enfermos con un ligero declive cognitivo se desencadenase demencia, con una pérdida de autonomía mucho mayor y más rápida.

Posteriormente un estudio de la Universidad de Taipei (Taiwán) completó el descubrimiento demostrando la asociación existente entre una buena función cognitiva y un bajo nivel de periodontitis. (3)

Y en ese mismo sentido los análisis de tejidos cerebrales postmortem de animales enfermos de alzhéimer demostraron el paso de las bacterias patógeno-bucodentales Porphyromonas gingivalishacia el cerebro. (4)

Los resultados de este último estudio en concreto son particularmente inquietantes: los ratones fueron infectados por una bacteria que desencadenó en ellos una periodontitis y más tarde sus tejidos cerebrales fueron analizados por investigadores de la Universidad de Illinois (Estados Unidos).

Estos observaron los resultados con absoluto estupor: “signos típicos de la enfermedad de Alzheimer” como inflamación, degeneración de las neuronas e incluso producción de placa amiloidey de proteína tau (que se disemina por todo el cerebro en la enfermedad de Alzheimer y causa la muerte de las células nerviosas).

Fue una enorme sorpresa”, declararon los responsables de la investigación. “No esperábamos que ese agente patógeno periodontal ejerciese tal influencia sobre el cerebro, como tampoco que sus efectos se pareciesen tanto a los del alzhéimer”.

Bacterias que desencadenan inflamación

La periodontitis y la gingivitis son enfermedades comunes en las que las bacterias liberan citoquinas proinflamatorias a la sangre.

Por ello los síntomas de la enfermedad son el sangrado de encías y una movilidad creciente de los dientes, debido al retraimiento del hueso que los rodea (esto último especialmente acusado en el caso de la enfermedad periodontal).

Pero ¿de verdad puede demostrarse su relación con la salud del cerebro?

Un interesante estudio desarrollado en Suecia y que contó con 20.000 gemelos buscó los casos en los que uno de los dos sufriese demencia y el otro no. (5)

La investigación constató que los gemelos que sufrían alzhéimer presentaban además enfermedades de las encías y dientes móviles, al contrario que los gemelos con buena salud, cuyos dientes estaban en buen estado.

Ahora bien, dado que la enfermedad de Alzheimer tiene un fuerte componente genético, el gemelo que no sufría la enfermedad tenía igualmente el 60% de riesgo de verse afectado por ella en el futuro.

En cualquier caso, el estudio logró demostrar que la periodontitis puede tener unas consecuencias mucho más graves de lo que pudiera parecer. Y también que un paciente que ya sufre alzhéimer y presenta una elevada concentración de bacterias debido a una inflamación en la boca (causada, por ejemplo, por gingivitis o periodontitis) empeorará muy rápidamente en lo que a declive cognitivo se refiere.

Bacterias que colonizan el cerebro y producen alzhéimer

El nuevo estudio con el que arrancaba este texto, del que tanto se ha hablado en las últimas semanas, ha sido publicado en la revista Science Advances. (1)

Lo que ha probado esa investigación es que la bacteria Porphyromonas gingivalis, a menudo presente en casos de gingivitis, implica una colonización del cerebro y una producción de proteínas beta amiloides que pasan a formar las placas cerebrales relacionadas con el desarrollo del alzhéimer.

Encuentro Artrosis

Pero los investigadores también han descubierto que los gingipains, unas enzimas secretadas por esa bacteria, podrían perturbar el rol de la proteína tau, necesaria para el normal funcionamiento de las neuronas.

Y más importante todavía: los investigadores han descubierto qué sucede si se bloquean esos gingipains. Y… ¡bingo!

Se ha confirmado que inhibir esta enzima permite reducir el número de bacterias Porphyromonas que migran a las neuronas, lo que a su vez reduce la inflamación neuronal y frena la neurodegeneración que tiene lugar en la enfermedad de Alzheimer.

Lo mejor es que ya se han obtenido resultados muy alentadores en un primer ensayo clínico.

Importancia crucial de la higiene bucal

Todo lo dicho hasta aquí no hace sino confirmar la importancia crucial de la correcta higiene de la boca y en particular de las encías.

Precisamente por eso es necesario dejar atrás el “culto” injustificado a la infernal pareja que conforman el “cepillo + dentífrico”.

De hecho, estos aportan una higiene mediocre, incluso cepillándose tres veces al día. Pero es que, además, todo aquel que crea que ese es el número mínimo de veces que hay que cepillarse al día… ¡está equivocado!

En realidad, es todo lo contrario: 3 veces a día es demasiado. Y lo peor es que, en exceso, el cepillado de dientes estropea el esmalte, desgasta los dientes, ataca las encías… ¡sin ofrecer absolutamente ningún beneficio a cambio! Ni siquiera ante un hipotético problema de mal aliento (en cuanto a los dentífricos de sabor a menta, por ejemplo, pretendidamente refrescantes, su efecto dura apenas unos 10 minutos).

La mejor forma para mantener la boca limpia y sana

La mejor solución es el uso de hilo dental o de un cepillo interdental. Y asimismo, para aquellos que así lo deseen, utilizar también un irrigador dental.

Personalmente, la solución que yo encuentro más eficaz es el hilo dental, y con mucha diferencia. Por eso, si me pidiera consejo, yo le diría que más vale una limpieza con hilo dental bien ejecutada que tres cepillados de dientes al día.

Y es que el hilo consigue eliminar restos de alimentos y otros residuos en los huecos que hay entre los dientes, a los que por norma general ninguna fricción natural llega (es decir, que no se eliminan ni con la lengua ni con el paso de otros alimentos), ni tampoco el cepillado.

Sin hilo dental (o cepillo interdental) estos restos van poco a poco acumulándose, descomponiéndose y convirtiéndose en un festín para las bacterias, que producen ácidos que atacan los dientes, provocan caries e irritan las encías (en definitiva, desencadenan gingivitis).

Un apunte importante sobre el irrigador dental

Hay quien encuentra el irrigador dental demasiado difícil de usar. No obstante, son muchas más las personas que lo usan a menudo y correctamente, con unos resultados muy satisfactorios.

Por eso le animo a probarlo a usted también.

De hecho, la solución ideal para una limpieza en profundidad de la boca consiste en combinar todas esas técnicas en una sola fórmula (hilo, irrigador y cepillado).

Así, lo mejor es seguir en primer lugar un tratamiento con irrigador dental que sanee toda la superficie y continuar con un hilo dental que complete la limpieza entre los dientes. Por último, se realizará un corto cepillado de dientes clásico con un dentífrico libre de componentes tóxicos.

Desde luego no es necesario hacer cada día una sesión tan intensiva, sino que con un par de veces por semana basta. El resto de días, como ya ha visto, yo le recomendaría utilizar el hilo dental como apoyo al cepillado de dientes.

En pocas semanas notará sus dientes más limpios y sanos y, si sufría sangrados gingivales, pronto verá cómo desaparecen. La gingivitis y la periodontitis dejarán de ser una amenaza para usted y habrá reducido de forma considerable su riesgo de sufrir alzhéimer ¡casi sin darse cuenta!


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